CHAPITRE 13...
- ¿entonces dices que viajaste? –
- mi padre nos hizo vacacionar en Cancún, pasamos la mayoría del tiempo allí, luego entre a una Universidad-
En la Heladería Illinois de Nueva York, un amor empezaba a florecer.
Cabía destacar que se trataba de Clarissa Blair y su espontaneo cabello rojizo reflejado en el sol, sus manos sudaban de los nervios, mientras esta solo se limitaba a mirar el cabello extremadamente corto del nuevo Matteo Collman, pues, jamás lo recordé así.
Recordaba a Matteo con su extremado color café reluciendo por todos lados, largo y sedoso, recordaba su figura perfectamente, no tenía tanto como ahora, su cuerpo había cambiado completamente y su voz ahora sonaba más grave.
-Cancún es un lugar maravilloso-
Comento anonada Blair con una sonrisa de lado a lado, con sus labios rojizos a mas no poder.
- ¿has ido allí? -
Con una ceja alzada y una sonrisa de lado Matteo dirigió su mirada a la chica pelirroja a mi lado, la cual puso su cuerpo rígido y quedo perpleja ante la pregunta.
-Sí, fui una vez...-
Pero quedo corta cuando dejo que el viento se llevara lo que había dicho, bajo su mirada y doblego sus cejas.
Fruncí mi ceño y me centré en su rostro, había... oscurecido por completo, ya no veía una sonrisa, no veía nada.
-Clarissa...-
Y fue entonces cuando subió su cabeza y me miro.
Y pude...pude percibir el tono angustiante, pude distinguir ese tono de angustia, sus ojos se habían cristalizados, ella se había dejado llevar por un recuerdo, lo sabía, porque también a mí me había pasado.
Cuando... me aleje de Ashton.
-Fui... a Cancún a inicios del año pasado, con...-
Cerro sus ojos y trago fuerte, sonrió débilmente, aun sabiendo que no tenía fuerzas y miro a Collman.
-Fui con mi hermano y sus amigos-
Rio por lo bajo dejando soltar un gemido.
-Fue... fue un verano maravilloso-
-ya lo creo el mío igual-
Matteo sonrió de lado y con gran estruendo estrello su mano en la mesa y sonrió vagamente.
-no quieren tomar algo, porque yo si-
- ¿Invitaras a dos chicas sin dinero? –
Cuestione con una ceja alzada.
-claramente-
Fue entonces cuando se levantó y se despidió por el momento.
Sabía a la perfección que Matteo no había notado lo que sucedía con Blair, lo cual claramente me impresionaba no por ese hecho sino por mi parte, había percibido su depresión en instantes.
- ¿Blair? –
-yo enserio... no quise recordar ese entonces-
-tranquila no tienes que-
Asintió pesadamente y volvió su mirada esmeralda a mí.
-gracias, Alexa-
- ¿Por qué? -
¿Acaso hice algo por ella?
¿Le ayude en algo?
-por entenderme-
¿entenderle?
-Aquí están sus helados, chicas-
Parpadee unas cuantas veces al escuchar a la voz de Matteo a la cual me había desacostumbrado completamente.
El tiempo que estuve con Matteo en la preparatoria, era tan viejo y antepasado, que no me había acostumbrado completamente a la vida rural y ahora aparecía nuevamente mi vida pasada, era demasiado, para asimilar.
Pero... la idea incomoda de que fuera un tercio en este momento de Clarissa era interminablemente tedioso.
-Sí, soy una estudiante de periodismo-
-Oh! Periodismo, es excelente, mi madre estudio ello-
Y es que claramente la conversación entre ellos dos era realmente interesante.
- ¿enserio? -
-claramente... pero solo por dos meses-
-que extenso-
Masculle por lo bajo desviando la mirada.
-y... entonces ¿de qué vive? –
-OH ella solo es ama de casa, mi padre se negó a que ella trabajara, decía que no quería que se estuviera cansado por trabajar, que prefería que fuera una esposa ama de casa, la consiente mucho-
- ¿piensas ser así con tu esposa? –
-si llega el día, creo que la querré en casa para mí solamente, no quisiera que nadie le hiciese daño-
Pare de comer mi helado, cuando sentí mis vellos erizarse y mi mirada se clavó en la mesa.
- ¿A sí? -
Subí la mirada con delicadeza de manera natural y sencilla, tratando de no interferir en alguna de sus cosas, pero, en cuanto los ojos chocolates de Matteo intersecaron con el mío, se me subió la presión y sentí como algo floreció en mi interior.
Desvié mi mirada y tosí levemente acomodándome en mi asiento.
Cayendo en cuenta que la mirada de Clarissa Blair también estaba en la mía.
- ¿decían? -
Rasque mi nuca y suspire pesadamente.
- ¿Por qué no entraste desde el principio a la Universidad? -
Una cucharada de su helado y una mirada fue suficiente para que Clarissa Blair suspirara de amor.
-Si lo hice-
Trago fuerte y chasqueo la lengua.
-fue en otra Universidad, la Universidad Masora, queda a las afuera de Manhattan, allí mi estilo de vida fue cambiando, después de que desaparecieras de Jacksonville, yo fui de vacaciones a Cancún y luego entre a Masora, allí habían diferentes tipos de casas y habitualmente estuve en la de los chicos, era conocido como el chico nuevo y novato, los meses en ese lugar me cambiaron mucho, deje de ser el chico que era antes, ahora admito decirlo que me gusta mucho tomar y andar con diferentes chicas-