Destiny Moonlight- Destinados

Destiné

CHAPITRE 23...

 

-Pero como saber si me quiere, es tan difícil saberlo-

Bufe desesperadamente y apoye mi cabeza a él sillón.

-En mis tiempos, nosotros le decíamos lo que sentíamos a las chicas nos quisieran o no nos quisiera-

- ¿Y siempre les funciono? -

Joseph hizo un ademan y con una ceja alzada me miro.

-Casi siempre, porque en los tiempos de nosotros el físico no era tan importante sino lo que había en el corazón-

-Joe, eres un sabio-

- ¿Es una forma elegante de decirme viejo? –

-Joe solo estas lleno de conocimiento-

-Si usted lo dice-

-Pero... aun no entiendo su estadía en el auto, ¿no quiere que lo lleve alguna parte? –

-No, solo quería escapar de esa oficina infernal-

-Como quiera-

-Joe...-

-Si-

Tenía deseos de verla, de admirarla.

- ¿Dónde vive Alexa? -

- ¿qué quiere hacer? -

-Quiero verla-

Locamente pensar que telepáticamente podría saber algo de ella.

Las tardes en Nueva York eran casi siempre de mal gusto, los pitidos consecutivos, las paradas de los autobuses, las calles llenas de peatones, las unidades policiales yendo de aquí para allá, pero, sobre todo los malditos repartidores de pizza que cruzaba las calles como si fuesen inmortales, como si en algún momento cuando un carro se atravesara en su camino mágicamente volaría.

El hotel Castell era considerado como el numero dieciocho mejores vistos en toda la ciudad de Nueva York.

Era hasta ahora que lograba conocerlo, pero, por momentos mi corazón empezó a latir de manera constante cuando Joe simplemente apago el motor y dejo el auto estacionado.

-Es aquí-

Dijo sencillamente.

Mantuve silencio y reprimí un gruñido, con tan poca distancia y tan lejos de mí.

-Hoy la fui a buscar, pero, dijo que no iría a la universidad, tenía algo importante para hacer-

Y es que no era común que Alexa dejara de asistir a la Universidad, eso me hacía pensar lo peor.

- ¿Qué más te dijo? -

-Que era algo personal, tenía cosas que hacer-

Su padre... de seguro algo le pasaba.

Y rápidamente pude imaginar el rostro del señor Collins en cama, con una gran fiebre, también podría sobresalir como un accidente en el que fuera de vida o muerte o...

-con su amiga de la Universidad-

O solo salió de compras como una chica independiente.

No lo sé... muchas hipótesis.

- ¿Con su amiga de Universidad dices? –

-Sí, la señorita Collins dijo que saldría con una amiga-

En Jacksonville la mayoría la consideraba una chica rara, nadie hablaba con ella, era como un cero a la izquierda para ellos y ahora mírala, toda una Universitaria con una gran amiga.

-Dije algo de su agrado-

Fruncí mi ceño y miré a Joseph, quien se imitaba sonreír de lado.

- ¿Porque decirlo?

-dibujo una gran sonrisa en su rostro joven Clark-

Y sin darme cuenta, repare en que cada vez que mencionaba algo sobre Alexa, tendía a sonreír, siempre, lo hacía, porque de alguna manera ella hacia que mi corazón se sostuviera de una manera incompresible.

-Sí, bueno casi siempre sucede Joe-

-Me alegra que aun siendo un gran jefe mantenga una gran actitud-

-Las cosas en el trabajo son difíciles, aun así, creo que desde que deje a Alexa seguir su camino como universitaria estoy más optimista-

-Aún no le ha dicho que usted es uno de los patrocinadores de Columbia University-

-Para que decírselo, ella está bien así, además no quiero que piense que por mi causa está en esa Universidad, no quiero que piense eso cuando ella fue la que se lo gano, con sus grandes calificaciones-

-Viene de un pueblo pequeño-

-Y consiguió grandeza en Nueva York-

-Sí, pero con su ayuda-

-Joe...-

-Sé que el presidente de la Universidad quería revocar la solicitud al descubrir que no era lo suficiente, que solo venía de un instituto cualquiera en un pueblo y usted hizo todo lo posible para que no lo hiciera convirtiendo la empresa en un patrocinador oficial, dándole más trabajo a usted-

-Es su vida no quiero destruírsela-

-Usted es el causante de que ella este aquí-

-debo dejar de decirte las cosas Joe-

Dije finalmente con recelo.

Pero fue entonces cuando alguien toco la ventana de Joe.

Y su sonrisa... apareció, sus ojos se entrecerraron como si así pudiese ver dentro del auto.

-Es Alexa-

Gruñí por lo bajo.

-Rápido Joe tus lentes dónde están? -

-En la guantera, pero...-

-no debe saber que estoy aquí-

Nervioso y tontamente tomé los lentes y me los puse, trayendo también como tapado extra un gorro de Joe.

No obstante, Alexa volvió a tocar la ventana y saludo a Joe.

Finalmente, bajo la ventana e inicio una conversación entre ellos dos.

-Joe, hola ¿qué tal? -

-Señorita Collins, iba a algún lugar-

-De hecho, si, Joe, sería excelente si me llevaras-




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