CHAPITRE 24...
Alexa...
-no te encanta, combina con mis ojos-
-es cautivador... si-
Comente lo mas alegre posible.
Tratando de no levantar ninguna sospecha de que odiara estar en este lugar.
-espera aquí, vendré con otro-
Fue entonces cuando desapareció en el vestidor y empezó su segundo cambio.
Me levante seguidamente buscando entre los vestidos alguno que me quedara, que fuera perfecto para mí, pero no hallaba, todos era o muy grandes o muy pequeños...
Maldición...
-no es excelente siempre soñé con ir de compras con una amiga-
Fue desde la lejanía que Clarissa se comunicaba conmigo, mientras yo solo me limitaba a buscar entre los escombros de la ropa algo que me ayudase a ir a esa tonta fiesta.
-me lo puedes creer ¡yo también!-
Exclame con desesperación... Dios, La fiesta era en menos de tres días y no tenía idea de lo que usaría.
-es tan excitante ver de nuevo a Dante -
Fueron cuestiones de segundos cuando esa cortina se corrió y el vestido perfecto deslumbro...
Desde su cristalización platinada hasta sus esbeltas demostraciones de figura... el vestido perfecto había aparecido frente a mi.... Y lo tenia... Clarissa.
-¿Qué tal este?-
Tome mi pecho y agonice por dentro mientras enarcaba mis cejas y me limitaba a asentir.
-en serio ¿te gusta?-
Volví a asentir con mas ganas deseando que ese vestido estuviera en mi y no en ella.
-tienes razón, a mi me encanta-
Dio un giro inesperado dejando deslumbrar la belleza de ese hermoso y carísimo vestido, mientras sus mejillas se ruborizaban frente al espejo.
-casi puedo imaginar a Dante... galante, con su cabello rubio platinado y sus ojos azules como el mar, puedo imaginarme bailando con Dante al son de la música, el y yo, la luna sobre nosotros y un beso...-
-creo que te estas precipitando-
Masculle.
- No Alexa, no lo hago... no te estoy hablando en broma-
Tomo mis manos y me obligo asentarme, sonriendo tiernamente y dejando a un lado su cabello, sus manos temblaban.
Eso era claro.
-Sus ojos son como el mar, tan intensos, misteriosos, su mirada es tan intrigante y seductora, siempre me hizo sonreír, siempre cargaba ese optimismo sobre él, no le importaba si su día era una mierda... eso lo hacia perfecto... Dante Lovegood es definitivamente...-
Fue ahí donde entendí todo, fue ahí donde capte lo que en verdad sucedía, ella no estaba enamorada, no estaba loca por Dante.
Ella simple y sencillamente admiraba a Dante, tanto como yo lo hacía con Ashton, ella admiraba su forma de ser y ¿quién no?
Sabía como era mi primo, sabía que nada lo paraba.
Dante siempre le importo un comino, lo que sus padres pensaran de mí, siempre ando conmigo, nunca dijo algo que fuera en contra de mi voluntad, aún sabiendo que nuestra familia pedía a gritos que yo fuera una empresaria, nunca me dijo: "deberías seguir los consejos de tu familia"
Nunca lo hizo, porque sabía que nuestro destino no estaba en la boca de los demás, no, nuestro destino estaba en nosotros mismos.
Aunque tarde o temprano se sabría.
El ocaso apareció y las calles de Nueva York se volvieron muy transitas, las luces eran las únicas que nos daban señal de a donde ibamos.
-oye por casualidad, tu amigo, el viejo ese no estara por aquí-
Fruncí mi ceño y la mire de reojo.
-Clarissa, no le dije a Joe que nos esperara, el no tenía la oblogación, además estaba con su sobrino tal vez tenía algo que hacer-
-Alexa, me duelen los pies, estoy agonizando, amiga, ayuda-
Fue entonces cuando se apoyo a mí y fingió desmayó junto al montón de bolsas que cargaba.
-Clarissa...-
-ummm....-
-La bolsa esta en un charco-
Y sabía que hacía falta solo decir eso para que ella levantará su mirada y fruncido su ceño seguido de un grito de susto.
Pero cuando vio que todo fue una estrategia y que su bolsa estaba mas seca que la calle,me miro fulminante.
-no soy tu almohada, amiga-
Indique con una ceja alzada.
-Alexa... no puedes hablarle por telefono-
-no le daré a Joe mas trabajo del que Ashton le dio a él, no tiene la obligación de venir a buscarme, el....-
Mierda...
Había mencionado a... Ashton.
-¡¿Hablas de él príncipe empresario?!-
Su rostro pronto se ruborizo y sus ojos verdes se exaltaron.
Mordí mi labio inferior y cerré mis ojos, dandome mentalmente un gran sermón sobre lo que era callar la boca.
-Alexa...-
- se lo que dije, ¿bien?-
-solo que...-
Trataba de enmendar mi error, pero, aun así ella ya lo había descubierto.
-Alexa, se que es algo personal, enserio lo entiendo, pero, somos amigas y si somos amigas, no debe haber secreto entre nosotras, de eso se trata...-
-La amistad lo sé-
Lo sé porque hace unos meses atrás alguien más me había enseñado lo que era la verdadera amistad, lo que de verdad importaba en este mundo y por mi egoísmo ahora él se encontraba fuera de mi alcance.