Destiny Moonlight- Destinados

Destiné

CHAPITRE 25...

 

Fueron alrededor de las siete cuando Joe me hizo el favor de dejar a Clarissa en su casa, despidiéndose seguidamente de mí y prometiendo que no iba a contar nada y que tal vez existía la mínima posibilidad de que Ashton me invitara a esa gran fiesta de Dante.

Suspire pesadamente en cuanto cruzo la puerta de su casa y la cerró.

-estoy muerta, Joe-

- ¿día ajetreado? -

-tener una amiga es más difícil de lo que imaginé... aunque de hecho jamás lo hice-

Pero fue entonces cuando mi bolsillo vibró deduje que era Clarissa diciendo nuevamente que no lo podía creer que Ashton y yo teníamos un pasado.

Así que no me interese en ver su nombre, sin embargo, jamás pensé que volviera a oír esa voz.

- ¿La pasaste bien con tu amiga? -

El escalofrío recorrió mi cuerpo y la desesperación abarcó todo mi ser.

-cariño, enserio eres hermosa, mi niña-

Su voz era desconsoladamente terrorífica, aguda, como si de una bruja se tratase.

- ¿Quien... quién eres? -

- Tú padre nunca te habló de mí-

¿Papá?

Gruñí por lo bajo y desvíe mi mirada.

- si esto es una broma, sugiero que a mi padre no lo meta-

-Señorita Alexa? -

Pedí en silencio a Joe que callara enseguida.

- ¿hay alguien contigo? -

-eso no te importa-

Masculle con odio.

-solo quiero ser parte de tu vida-

-¡¡¡NO SE QUIEN ERES!!!-

La desesperación llegó a su límite.

Pero... fue entonces cuando el asiento de Asher, dio un pulso hacia atrás, las manos de él tomaron furiosamente mi celular y habló:

-No vuelva a llamar, sino quiere vérselas conmigo-

Mi corazón dio un salto enseguida, mis manos empezaron a sudar y el corazón se me vino a la garganta.

-Ashton...-

Musite casi inaudible.

-no me interesa quien sea, no permitiré que la haga sentirse así-

Seguidamente dio fin a la llamada y apagó mi celular, abriéndolo por detrás y sacándole el chip.
Y cuando pensé que lo quebraría, lo guardó en su bolsillo, sus procedimientos eran feroces y furiosos.
Fue entonces cuando abrió la ventana y tiró el celular mientras estábamos en camino a mi hotel.

Mi.... celular.

-Ashton, ¡¿te has vuelto loco?!-

- ¿Desde cuándo te ha estado llamando? -

¿Porque se preocupaba?
¿qué rayos le pasaba?

-no sé...-

-Alexa-

-no insistas Ashton, es mi problema-

-esta demente, si algo te llegase a suceder-

Su respiración era constante y sus ojos destilaban nerviosismo.

-estaré bien-

Dije finalmente frunciendo mis labios.

-No, eso... eso no es cierto-

Negó con su cabeza y doblegó su espalda, para luego levantarla y apoyarse furtivamente en su asiento.

-no puedo permitirme esto-

Musito al aire.

-Ashton, no te entiendo... sabes... dices que haga mi vida y que siga mis sueños, ahora, quieres meterte y complacerme, cuidarme cuando soy yo la que tengo que encargarme de eso-

-Alexa, no discutiré esto contigo-

- ¿y que si yo si quiero? -

Me agarro fuera de base en cuanto salió del auto y cerró la puerta, parpadee unas cuantas veces y suspire pesadamente, pensando que tal vez había por fin desparecido de este momento, pero, fue entonces cuando la puerta de mi lado se abrió y frente a mi él se paró con sus manos metidas en ese abrigo de lana y sus labios rígidamente rojizos, mientras que si quijada iba de un lado a otro bailando como si masticara algo que no quisiera echar afuera.

-no te entiendo, Ashton-

Musite saliendo del auto, ignorando por completo que me seguía.

-que no entiendes...-

Ignoré su pregunta y seguí caminando.

Ya era suficiente.

-Alexa...-

Fue entonces cuando tomó mi antebrazo y me hizo retroceder, pero, sus ojos inmediatamente chocaron con los míos, de pronto el frío empezó a sacudir mi cuerpo, o al menos eso querría pensar y que no fuera por estar a una distancia comprometedora.

-Aún no entiendes que no puedo dejarte si estas en peligro, que no me puedo quedar sin pensar en ti y preocuparme-

Habían sentido esto, habían sentido esta anomalía, él corazón acelerado y la mirada, el clip que surgía entre ambos, el calor que emanaba de su cuerpo lo que era justo para mí.

Pero... le quería, siempre le quise, quería sentir su cuerpo nuevamente.

Su abrigo de lana, suave y esponjoso, recorrí aquel con delicadeza tratando de recordar cada cosa que esta noche sucediera, porque aun quería recordar todo, no quería dejar ir nada, no quería dejarlo, ni pasar un solo segundo menos sin él, su cintura era firme y dura, pero su torso era incomprensiblemente caliente y afectuoso, quería oír su corazón, su latir, su energía sin corte.

-Hay que entrar-

Musito sobre mi cabeza.

Asentí inertemente en cuanto respire su aroma por última vez y tome camino hacia mi hotel.




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