Destiny Moonlight- Destinados

Destiné

CHAPITRE 35...

 

En la ciudad de Nueva York, eran alrededor de las cuatro en punto cuando Clarissa, Joe y yo, habíamos llegado a el apartamento más alto del hotel Heavens.

Y es que le caía de maravilla el nombre, porque como este era nombrado "Heavens" la atención y los cuartos eran totalmente caídos del cielo.

-Porque son tantos pisos-

Y era Clarissa Blair la que se quejaba teniendo la caja en su mano y moviéndose de manera incomoda de un lado a otro, incomodando tanto a Joe y a mí, como a los inquilinos del hotel frente a nosotros.

-Esto no es para nada emocionante-

Mascullo con odio.

- ¿Y se supone que debía serlo? -

Cuestione incrédula, teniendo en cuenta que mis pies me estaban matando.

-Se supone que es un nuevo capítulo en mi vida, entrar en el apartamento de él príncipe empresario y no en mi aburrida casa-

-Clarissa Blair ¿es... es en serio? -

- ¿Qué? No todo el mundo tiene un momento en el apartamento de él príncipe empresario-

-Tocas algo y no vuelves a entrar-

Volví a subir la caja que estaba llegando a mis pantorrillas y suspiré pesadamente.

Pero, en cuanto volví mi vista a Clarissa Blair ella sonreía de lado a lado, teniendo en cuenta que su sonrisa roja era más roja que su cabello espolvoreado.

- ¿Puedo volver? -

-Blair...-

Y en cuanto sonó el "tin" del elevador las personas desalojaron el elevador, liberando el aire de Clarissa rápidamente.

-Por fin, gracias al cielo-

-Querrás decir gracias al Heavens-

-Muy graciosa-

Negué con la cabeza y recosté mi cabeza a la pared del elevador liberando mis manos de la caja, posicionándola en el suelo y dedicándome a liberar mis nervios notorios.

-Por cierto, ¿ya sabes que te pondrás en la gran gala de pasado mañana? -

- ¿Cómo estas tan segura de que iré, Blair? -

-Pues, ¿el príncipe empresario no te ha invitado...-

Por un momento baje la mirada y suspire pesadamente, teniendo en cuenta que eso era absurdo, que Ashton me invitara a una fiesta en la cual yo era una invitada de honor, como parte del ritual familiar.

-Bueno no es que sea tan importante después de todo, tal vez está esperando el momento perfecto para pedírtelo-

Y era increíble que esta pelirroja aún tuviera una emoción interna y soñadora, aun cuando no se trataba de ella.

Rodeé los ojos y sonreí de lado, tomando en cuenta que faltaban cuatro pisos para llegar al apartamento de Ashton.

No obstante, la señal de lo alto de este hotel era increíble, aún a grandes alturas, pues no fue impedimento para que la llamada de alguien llegase a mí.

Baje la caja.

Trague fuerte en cuanto lo saque de mi maleta pidiendo a gritos que no fuera un número desconocido.

Pero en cuanto la palabra "Padre" se asomó en es pantalla, un nuevo sentimiento se apodero de mí, era como una mezcla entre nostalgia, por el hecho de que llevaba meses sin hablar con mi padre y la otra de felicidad por saber que el acosador, no estaba llamándome descaradamente, después de haberme tomado fotos.

-Papa...-

Musite casi para el viento.

-Dicen que en esta época Nueva York es muy transitada-

Desvié la mirada como si con eso, ocultaría el hecho que transcurría ahora mismo.

-Sí, bueno... siempre-

Masculle.

- ¿Cómo van las cosas Alexa?, cuéntame, cariño hace más de dos meses que no sé nada de ti-

-Que te puedo decir... Nueva York absorbe a las personas totalmente-

-bromas neoyorquinas, vaya...-

-Papá- negué con la cabeza y mordí mi labio inferior, teniendo en cuenta que de alguna manera siempre lograba sacarme una sonrisa.

Y entonces, simplemente me sumergí en una conversación con él, acerca de los eventos extracurriculares, las agendas que hasta ahora llevaba, los comentarios explícitos de los profesores y los pensamientos fluidos sobre mi año hasta ahora, me comento también sobre los días solitarios en Jacksonville, pero, que con un poco de compañía perruna era esplendido pues, resultaba ser que había adoptado a un perrito hace como tres semanas y que había adoptado el nombre de Alex, algo que usualmente encontré similitud con mi nombre.

También comento sobre el inusual encuentro con la señora de la noche de tacos, la última vez que Ashton comió con nosotros y que había tenido una pequeña charla con ella, acompañado de risitas y sobre sus vidas, descubriendo así que ella mantenía alrededor de cinco meses que se había divorciado de su esposo y que ahora luchaba por la custodia total de su hijo, aunque estaba costando mucho, porque el hombre adjudicaba que la mujer le había sido infiel totalmente con un hombre y que esa escena para un chico de diez años no era muy buena base de familia que digamos.

- ¿Y qué hará ahora? –

-Supongo que seguirá luchando-

-Lo que un padre haría-

-Claro está-

Y en cuanto las puertas del elevador se abrieron para nosotros, contuve la respiración sintiendo vacío mi ser por un momento, por un momento sentí como el pánico se estaba apoderando de mí y como los recuerdos corrían a mi como balas de metal puro incrustándose en mi interior.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.