CHAPITRE 36...
Minuciosamente Clarissa miraba el espacio que se suponía debía ser mi habitación, entornando sus ojos en diferentes objetos.
-Y ahora que sucede, es una escena de crimen o algo parecido-
Alardee sentándome sobre la cama.
-No es eso... solo que se ve...-
Y notaba sus intenciones, notaba como entrecerraba sus ojos y rascaba levemente su barbilla, como si este fuera una escena de crimen y ella la mejor detective de todo Nueva York.
Cuando ella solo quería saber más de Ashton por medio de sus vistas extremadamente agudas en sus propiedades.
-Buscas algo en específico-
Quise apartar su vista de las cosas, pues, de alguna manera me podía nerviosa con sus claras intenciones.
Mientras tras de mí Joe se encargaba de arreglar mis libros en la pequeña estantería.
-Es solo que... es demasiado...-
Fruncí mi entrecejo y me senté en mi nueva cama desforrada.
-Solo que...-
-Simple, es decir, no es tan digno de un príncipe-
-Clarissa es mi cuarto-
Y era increíble pensar que Ashton dormiría en una cama donde yo lo haría, es decir, iba a vivir con él, pero, eso no significaba que dormiríamos juntos, no significaba que por alguna razón Ashton tendría sus cosas junto a las mías, sabia a la perfección que el cuarto de Ashton era totalmente negro, sus estanterías eran alrededor de dos, con los informes de la empresa, un escritorio con una computadora y una terraza, con una cama de cobertores grises y acolchonados, entonces, como era posible que en un cuarto donde la cama estaba desnuda y había un escritorio totalmente vacío y una pared de cristal que me separaba del mundo exterior, con las paredes totalmente blancas y las cortinas algo contagiadas de negro.
-Pero, al menos debería tener ... no se... ¿algo de clase? -
-Que...? –
Cuestione inaudible, pero, en cuanto quise seguir mi extensa charla con Clarissa una ambulancia resonó por toda la calle, pero, tan estruendoso, que por un momento dude si era una, me levante de mi asiento viendo la oportunidad exacta para admirar a una, pero, en cuanto me pegue al vidrio la ambulancia fue a parar casi a unos metros del hotel Heavens.
-¿Qué crees que haya sucedido? –
Pregunto Clarissa una vez alado mío.
-No tengo idea-
Masculle con el ceño fruncido.
No obstante, otro evento surgió el celular de Clarissa sonó a todo dar, rápidamente inclino su mano y trato de sacar su celular del bolsillo y en cuanto lo logro, contesto sin tiempo a mirar de quien se tratará.
-Hola... si, ¿Matteo? –
Sus comisuras se elevaron notoriamente tapándose la boca con emoción, como si acaso una superestrella del rock la estuviese llamando para decirle algo como "quiero invitarte a mi concierto con dos boletos gratis de primera fila".
Porque digamos que esa es la cara de asombro que pones en cuanto una superestrella de estos tiempos te llama, ya sabes, el rubor visible en tus pómulos, las cejas extrañamente alcanzan una distancia lejana a los ojos, tus ojos se dilatan, tus piernas se debilitan.
-Sí, claro donde, claro iré...iré enseguida Matteo-
Seguidamente corto la llamada, trato de contenerse de su emoción, pero, en cuanto el teléfono se apagó, me abrazo con fulgor tirándome al suelo con estruendo.
-¡OYE! -
Exclame con horror sintiendo el peso debido a la gravedad de Clarissa Blair sobre mí.
Pero, en cuanto quise levantarme ella se arrodillo y tapo su boca, fruncí mi ceño con indignación y sacudí mis jeans.
-NADIE SE MUEVA LAS MANOS EN ALTO-
Y fue cuando mi corazón se detuvo, fue cuando un hombre irrumpió en mi habitación, fue cuando el chico con un arma y ensacado entró lentamente a ella.
Entraba lentamente, mientras Clarissa y yo nos levantábamos con delicadeza del suelo y por inercia alzábamos las manos, aunque este hace un minuto nos lo hubiera pedido.
-¿Dónde esta la señorita Collins? –
El pánico se apoderó de mi en cuanto pronuncio mi apellido.
Y me hizo pensar... tantas cosas....
Tal vez era este tipo quien me seguía a todas partes, quien me tomaba foto y acosaba... aunque realmente su voz no era la misma a la del teléfono, pero, vamos, que sicario o demente mental pondría su voz real en una llamada para atemorizar a las personas.
También... el hecho de que era realmente guapo, es decir, imagínate esos ojos azules mar, esa mirada penetrante y ultra sexy, ese cabello rubio platinado, vamos, por todos los cielos, nunca conocí a un chico así y de haberlo conocido no hubiera olvidado ese rostro majestuoso.
-no lo volveré a repetir ¿donde esta? –
Y finalmente estaba el ultimo pensamiento que broto... me asesinarían en la casa de Ashton Clark, en la casa de este empresario exitoso, en casa de mi amigo... SIN MI AMIGO.
¿es acaso eso posible?
Díganme porque nunca lo he escuchado.
-Cristhian necesito entrar enserio-
-descuide señor no están armadas-
Informo el chico con el ceño fruncido.
Pero... de inmediato reconocí su voz, su tormentosa voz, Ashton Clark había entrado en escena con su uniforme preliminar y otra mujer a su lado con un arma igualmente.