Destiny Moonlight- Destinados

Destiné

CHAPITRE 40...

 

El amor nunca será como nosotros lo esperamos...

Cabe decir que la figura de Lanzarote del Lago (Sir Lancelot para los más puristas) es uno de los personajes destacados del ciclo artúrico, símbolo de la caballerosidad medieval, aparte de destacar por su incansable búsqueda del Santo Grial una vez se asoció al Rey Arturo con las creencias cristianas, totalmente alejadas de los druidas y la mitología celta. No obstante, gracias a la literatura romántica posterior, en la vida de Lanzarote entraría la mismísima esposa de Arturo: la Reina Ginebra.

Arturo le encomendó la misión de traer a Camelot a su entonces novia, Ginebra, para la boda real. En el trayecto a Camelot, Lanzarote y Ginebra se enamoran y desde ese momento, la vida de Lanzarote se convierte en un eterno conflicto con su conciencia, entre dos aguas, entre su amor por la Reina y sus obligaciones hacia el Rey.

En una de sus aventuras, Lanzarote oye hablar de una doncella, la cual vive secuestrada en un castillo, y que sólo el mejor caballero del mundo podría rescatarla. Lanzarote la logra sacar del castillo a la joven, una mujer de belleza impresionante, que resultó ser Elaine, hija del rey Pelles. Ella se enamora de Lanzarote, que para su desilusión había hecho votos de castidad en honor de su Reina y por lealtad al Rey. Así, Elaine consigue gracias a un hechizo proporcionado por el Hada Morgana llevar a Lanzarote a su cuarto y pasar la noche con él.

Libre ya del conjuro, Lanzarote se da cuenta de lo que había sucedido y se va del castillo abandonando a Elaine en medio de la vergüenza. Tiempo después, llega la noticia de que Elaine había dado a luz un niño, al que llamó Galahad, el primer nombre de Lanzarote. Tras enterarse de esto, la Reina, llamó traidor a Lanzarote, renegando de su pasada amistad y Amor.

No todo quedaría ahí. Arturo se entera por Morgana de la relación que hubo entre Lanzarote y su esposa, y con gran dolor, condena a ésta a la hoguera y destierra para siempre al caballero. Lanzarote regresará a Camelot, rescatando a Ginebra de su destino, matando en el afán a algunos de sus antiguos compañeros de la mesa redonda, por lo que el Rey marcha contra él. En su ausencia, el Trono es usurpado por su hijo ilegítimo, Mordred (de su relación con la mencionada Morgana, que era media hermana del propio Arturo), que en la lucha subsiguiente con su padre le da muerte.

Ginebra, al saber que ha muerto su esposo, al que a pesar de todo quería, entra en un convento, por lo que Lanzarote decide convertirse en ermitaño hasta el final de sus días. Tan sólo seis semanas; seis semanas después se entera de la muerte de Ginebra, su verdadero Amor, en el convento.

Por lo general mi primera clase siempre era, Literatura, la cual compartía con la romántica, pero no enamoradiza, Emily.

La historia de hoy era la inflamable historia desgarradora de Ginebra y Lancelot, este es el tipo de amor que de alguna manera sucede por casualidad, donde el destino una vez más nos demuestra que:

Ninguno de los personajes de esta historia encuentra felicidad romántica en el sentido ordinario. Pero quizá más importante que vivir felizmente para siempre sea la lealtad absoluta que muestran los tres hacia las demandas más profundas de su alma, a pesar de que eso les cueste nada menos que perderlo todo. Si el amor entre Ginebra y Lancelot fuera inferior a un amor del alma, ninguno de los dos habría dado paso a la tentación. Si el amor de Arturo tanto por su amigo como por su reina fuera algo menos que amor del alma, posiblemente se habría satisfecho en la venganza, con la aprobación absoluta de todos los que lo rodeaban.

Puede ocurrir que semejante amor llegue a nuestra vida. Y si es así, podremos comprender por qué los antepasados pensaban que con ello habían sido visitados por un dios, contra lo cual los poderes humanos son impotentes. A menudo la simple lujuria, o el deseo secreto de castigar a un cónyuge, se disfraza mediante declaraciones de gran pasión. Pero la naturaleza real de semejante deseo queda manifiesta cuando nos enfrentamos con la clase de elección a la que se ven forzadas estas tres figuras míticas. Quizá nos podamos considerar afortunados si semejantes fuegos cauterizadores no se hacen presentes en nuestra vida. Si lo hacen, se producirá inevitablemente un gran sufrimiento para las tres personas. No obstante, si la vida nos enfrenta a un desafío semejante es mejor que recordemos la historia de Arturo y Ginebra, que nos habla de que la traición puede ser el medio más adecuado para llegar a conocernos y para averiguar lo que en realidad somos y creemos.

Y es que el hecho de que sea el destino quien ponga a esa persona frente a ti no quiere decir, que serán felices por siempre sin un poco de esfuerzo propio, la vida no era así de fácil, lo sabía tenia conciencia de ello, no solo por el simple hecho de estar los dos juntos era perfecto y era una relación estable, porque eso era lo que sucedía el mundo creía en el típico amor rosa, sin embargo, no era de sorprenderse que todo se volviera contra ellos.

El amor, nunca es fácil, el amor siempre se sale con las suyas, el amor jamás dejaría tomarse solamente por casualidad, jamás.

La última clase de Columbia University, para mí, era Literatura Escrita, la cual compartía con mi simpática compañera pelirroja Clarissa Blair, eso sin mencionar lo emocionada que estaba de que al fin haría algo interesante para ella, aunque sinceramente no sabía de qué hablaba, se le notaba en sus ojos tan sobresalientes y esa sonrisa tan ensanchada que de alguna manera la hacía parecer una caricatura.




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