CHAPITRE 45...
Al terminar la compra en Manhattan Mall, ambas manos de Clarissa Blair estaban llenas con el hermoso vestido que finalmente había decidido comprar y que en estos últimos minutos se había vuelto paranoica con tan solo el suelo hiciese algún toque o contacto con el vestido.
- ¿Ahora a donde se supone que vamos? -
Mascullé una vez me di cuenta que todos y cada uno de nosotros caminábamos sin rumbo alguno.
Y lo sabía por el simple hecho de que habíamos pasado tres veces el mismo puesto de la heladería frozen que se ubicaba en el centro del tercer pasillo de Manhattan Mall.
-Los chicos tienen que comprar sus trajes-
Indico Clarissa.
-Oh no-
Fue entonces cuando Dante paro en seco y frunció sus ceños.
-En ese caso, mi estimada amiga, debemos irnos de este lugar-
Clarissa se giró por completo y arqueo una ceja.
-Aquí se puede conseguir buenos trajes, Dante-
-No, no entiendes Clarissa, ya tengo mi traje de hecho ya tengo mi tienda y te aseguro- rio burlonamente- que no es en este lugar-
-Hubieses dicho eso antes no estuviéramos dando vueltas en un Mal sin sentido Lovegood-
Musite por lo bajo.
-Pues perdóname sino se leer mentes, estimada amiga-
Chasquee la lengua y me cruce de brazos desviando mi mirada mordiendo mi lengua de decir alguna tontería que pusiera en cuestionamiento nuestra verdadera relación.
-En ese caso, es hora de irnos-
Fue Calvin quién levanto sus pies del suelo y se dirigió a la salida sin problema alguno, caminando con un estilo de playboy sin igual.
-Allí vamos-
Recito Clarissa con un suspiro.
- ¿Sucede algo? -
Cuestione con una ceja alzada.
Ella me miro de reojo y negó con la cabeza.
-Hace más de tres tiendas atrás Calvin capto la atención de un grupo de chicas, solo, sé que tendrá al menos el número de tres de cinco de ellas-
A unas cuatro tiendas, más atrás, un pequeño puño de jovencitas colegialas de Colegio privado se removía entre sí, sonriendo coquetamente y moviendo sus piernas de un lado a otro en el lapso en que Calvin se atrevía a acercarse a ellas, con una sonrisa campeona en sus labios, dibujando el falso destino en sus relatos, de cómo la casualidad lo guio hacia ellas.
-Te podría decir Alexa, que se me los trucos de mi hermano de memoria, cada uno hasta el último-
Un breve suspiro de parte de Clarissa cubrió una distancia de cinco centímetros, para después sentarse en unas sillas del centro, donde la vista hacia el primer espectáculo se hacía presente.
- ¿Los has vivido muchas veces? -
-Vamos Alexa, hablas con una experta-
Fingió reír en cuanto se dignó a mirar nuevamente a su hermano.
-Se podría decir que Calvin es demasiado coqueto-
Añadió Dante una vez se sentó a lado contrario de Clarissa, dejándome a mi levantada en medio de ellos.
-DEMASIADO, no es sinónimo de Calvin; OBESESIÓN si lo es-
Corrigió Clarissa.
Sencillamente Dante rio por lo bajo y asintió, mordiendo típicamente su labio inferior (algo que siempre hacia cuando se encontraba de buen humor, supongo, que fue a los doce cuando adopte esa expresión de mi primo)
-Deberían ponerle riendas o algo parecido-
Masculle mirando de reojo la escena de Calvin.
-Los siguientes pasos son predecibles, Alexa: ira tomará la mano de la "afortunada" le pedirá su teléfono y luego le dará un beso en la mejilla, s suave y lento lo suficiente para poder apreciar sus ojos-
Indico Clarissa cruzándose de brazos.
-Debes admitir que tiene romance en sus tratos-
-DEMASIADOS diría yo-
Mascullo con odio.
-Buena tardes... señoritas-
Sobresalte mis nervios al oír la voz de aquel chico que enserio no hubiera deseado ver hoy, di un paso adelante acercándome más a mi primo y desaparecí del frente de Matteo.
-Matteo Collman, que te trae por aquí-
Chasqueo su lengua seguido de una breve mirada a Dante y metió sus manos en sus bolsillos de pantalón, suspirando pesadamente.
-Comprando cosas, ya sabes, lo común y de la nada, aparecieron dos ángeles frente a mí-
-Pues donde están que no los veo, Amigo-
Fue Dante quien corto enseguida la información.
Obviaba su pésimo humor de un momento a otro y sus brazos ligeramente tensos.
-Creo que aún no nos conocemos, soy Matteo-
Estrecho sus manos amistosamente a paso lento y torturante, mientras Dante escudriñaba su interior.
Debía admitirlo... cuando Dante se enojaba sus hebras se erizaban, sus ojos palpitaban y sus labios rozaban unos con otros, a medida que su ira iba incrementando.
Y eso para cualquier chica (incluyéndome) era jodidamente sexy.
-Dante Lovegood-
-Supongo que es usted el empresario al cual debo entrevistar próximamente-
-Disculpe-
-Soy reportero "aprendiz", por lo tanto, parte de mi examen es cubrir una noticia y por supuesto, ¿de que más hablar? habiendo una gran fiesta en la Gran Manzana de Manhattan-
-Reportero aprendiz-
Mascullo Dante, realizando una mueca en su rostro.