CHAPITRE 51
- ¿Dime, como lo conociste? -
Suspire pesadamente y tome corte de memoria, pensando como realmente había sido.
-Fue sin querer, fue algo espontaneo, estaba en mi instituto y Ashton llego como estudiante de intercambio, desde Nueva York-
Soltó una leve carcajada, removiendo su ser mientras plegaba sus rodillas para tenerlas como reposadero de su chocolate caliente.
- ¿Te da risa? -
Masculle con una sonrisa de lado.
-Es solo que, es extraño…se supone que, si vas a un colegio de intercambio, es porque buscas algo mejor... pero el-
-Créeme que también le pregunte lo mismo, Dante-
-Entonces, argumenta tu respuesta-
Y en ese momento caí en cuenta que era sencillamente y solamente porque la ciudad era algo muy estresante, porque tenía un pasado cansón, un pasado traumático… un pasado que no se puede olvidar.
Quería empezar desde cero, quería ser diferente, quería buscar nuevos horizontes.
-Solo, quería visitar nuevos lugares-
Musite por lo bajo, tomando un leve sorbo de mi chocolate.
-Bien… supongamos que te creo Alexa y que, por alguna buena razón, no me quieres decir la verdad-
Luego prosiguió a decir:
- ¿Te enamoraste de él, en ese instante? -
….
¿Acaso me había enamorado de él en ese instante?
Seguramente, Dante esperaba oír un: SI, increíblemente vergonzoso, pero, a decir verdad, no lo era en absoluto, no era un “SI” realmente, solo fue un silencio Pacifico, sin miedo, sin pena, sin problemas de que tal vez era algo indebido o algo agitador, solo era… tranquilo, solo recordaba cómo fueron los primeros días con Ashton.
Supongo, que tomaba a Ashton como un indebido tonto, pues, aun no le conocía, a primera vez que llego al instituto, fue donde realmente saque hipótesis.
Primeramente, lo trate: Como el típico chico playboy, de cualquier lugar, cuando me alzo con incurable felicidad, con sus brazos adormecedores, un chico que, con una mirada, podía derretir a cualquiera (Aunque eso realmente sucedía), lo trataba como el típico chico rompecorazones, sin fronteras…
Había tomado una imagen totalmente errónea de él.
-A veces, las personas no son lo que aparentan… No juzgues a un libro por su portada-
Masculle tomando mis rodillas, escondiendo mi rostro en entre ellas, dibujado una sonrisa en mi rostro.
Éramos completos tontos cuando nos conocimos, él era como un chico totalmente diferente a mí, nadie nunca nos podría relacionar (aunque dudo que ahora lo hagan), nadie nunca imaginaria que una chica de un pequeño pueblo, tendría algo de atención de un príncipe empresario.
- ¿Qué quieres decir? -
Suspire pesadamente en respuesta de Dante, con una mirada adormilada y una manía de soñolienta.
-Que jamás, pensaría enamorarme de Ashton, a decir verdad, ni siquiera se me paso por la cabeza cuando le conocí-
Lovegood, frunció ligeramente su ceño y me miro de reojo, como si no entendiera lo que acababa de decirle.
- ¿Dices que no estás enamorada de él? -
-No, eso no, lo estoy…-
Mierda, lo estoy…
Permanecí diciendo:
-Estoy enamorada de Ashton, pero, todo el tiempo que pase en Jacksonville, era más como, amistad, pura, amistad, no era algo como: Oh por Dios, chico lindo, me enamore-
Imite alocadamente a una chica probablemente de dieciséis años, con un caso gravísimo de Ashton-manía.
Ashton-manía… que loco, acabo de inventarlo, ha sido, gracioso.
Admitámoslo…
-Exagerada, ni que estuviera tan guapo-
Y literalmente me hizo girar mi cabeza hacia él de forma inédita, como si hubiera roto alguna regla, o dicho una palabra mala, o hubiera cometido un crimen.
Pero debía entender, por otra parte, que Dante era un chico apuesto, un chico que no le faltaba nada y que claramente estaba en posición de chico al decir que para el otro chico no era guapo.
-Lo es, Lovegood-
-Si como sea, entonces quieres decir, que… ¿Apenas estas empezando a enamorarte? -
-Supongo que sí, soy nueva en esto del amor…-
El amor…
Y sin pensarlo sin llamarle, me hizo pensar momentáneamente de imprevisto, en Steven… ¿Me había enamorado de él? O solo fue un cariño sin afecto amorío.
Steven había…
Llamada entrante
Steven Benson
La llamada de Steven había despertado algo en mí, que exactamente no sabía que era, no sabía porque o que lo accionaba.
Sentía unas náuseas y una ansiedad, al ver como posicionaba mi dedo anular en el botón de llamada.
- ¿Alexa? -
Por un momento mi garganta se secó y de un respingo aprisione el celular en mis manos.
-Debo contestar-
Masculle sin pensar, presionando mis pies contra el suelo, desviando mi mirada de Dante y tomando camino por la cocina, desapareciendo de la sala.
Suspire cortamente y conteste al llamado.
-Steven…-
-Alexa, Dios, ¿Dónde has estado?, no has venido ni nada, yo…-