CHAPITRE 52...
Eran estos momentos, en los que realmente me ponía a especular en lo que estaba sobreviniendo, en lo que a mi alrededor se estaba desatando, las cosas estaban poniéndose feas, en razón sentimental, mi pequeño pasado con Ashton Clark había sido descubierto por mi primo, Dante Lovegood, lo que probablemente contaba que la familia Lovegood, ya sabía de mi pasado.
Steven había llamado anoche pidiendo respuestas inmensas de algo que yo sinceramente no podía explicarle, porque mi valor para decirle, lo que de verdad sentía, no se encontraba en mí, había huido, como el cariño que le guardaba a mi novio, tal vez, pensarían que era ese tipo de chicas zorras, a decir verdad, me consideraría una, pero, el hecho es que era imparable no hacerlo, porque no quería dejar ir a Ashton, como tampoco dejaba que Steven hiciese su vida, no dejaba que supiese la verdad, temía que al decirle las cosas, el no sabría cómo actuar, empezaría a pensar cosas erróneas y dejarle ahora mismo como están las cosas con su madre…
…
Sinceramente no me atrevía a dejarle, no ahora.
Las clases en Columbia University seguían iguales, el profesor Miller, había anunciado el día de la presentación de la entrevista con su debido ejecutivo o empresario, recalcando que era el único día de entrega y exposición, que no se aceptaba tardanzas o alguna baja en sus presentaciones, puesto que cada ejecutivo o empresario seria testigo del trabajo de su entrevistador “aprendiz”.
Cabía decir, que me faltaban algunas preguntas, había descuidado por completo mi examen, solo por mis tontos sentimientos de adolescencia.
Finalmente, las dos de la tarde en Nueva York había llegado, las clases habían acabado.
Clarissa Blair, no había llegado, no había venido a la clase tal vez fue porque tenía algo que hacer con Calvin Blair.
Bajando los escalones me sumergí en mis pensamientos, quedando en la inercia en mi exterior, suspiré pesadamente tomando el puente de mi nariz entre mis dedos, mortificando mi mente con los recuerdos de Steven vs los recuerdos de Ashton.
Me mataba el simple hecho de que Steven…
Torpemente alguien tropezó conmigo y dejo que mi maleta que había mantenido todo este tiempo en mis manos cayera como bolsa de harina al suelo, tirando afuera todo lo que en ella dentro había.
La melena pelirroja y alborotosa que se presentaba daba señales de que se trataba de Clarissa, fruncí severamente mi ceño tomando mis cosas rápidamente y trotando tras de ella.
Esquivando inconscientemente a todos los que se interponían, aunque, no podía decir lo mismo de Clarissa, ella chocaba a todos sin importar de quien se tratase, aun así, no le perdía el rastro, ni un poco.
-¡¡TONTA!!-
Y en cuanto se cruzó con Jasbleydis Jiménez, la mexicana de la clase de artes, esta se enojó a tal magnitud que le grito por haberle tirado todos sus utensilios que tenía en el suelo.
-¡¡No te fijas tarada!!-
Percibí los utensilios y las cosas de Jiménez, por lo que recogí a velocidad del rayo disculpándome con ella.
-Siento lo que paso-
-Dile a tu amiguita que no siga con esas estupideces-
Alego tirando sus manos de un lado a otro, atrapando seguidamente sus cosas entre sus extremidades superiores.
-Ella solo esta distraída-
Masculle tomando camino hacia la salida por donde Clarissa había ido.
Corrí en trote logrando alcanzar una distancia favorable con Clarissa, mientras esta afirmaba sus pies en el suelo y se mantenía de manos cruzadas con su cabello revoloteando por el cielo.
-¡¡CLARISSA!!-
Y por más que gritase ella ignoraba mi voz, al menos que tuviese audífonos, aunque lo dudaba la delincuencia de hoy en día estaba cada vez más peor.
-Clarissa, espérame, Clari…-
-Déjame en paz-
Un tras pies provoco que reaccionara de inmediato al momento que ella se giraba y ponía límites entre nosotras, con su ceño severamente fruncido y el odio palpitando en sus ojos, con su mandíbula tensa y ese aire de “te matare” muy común en las personas antisociales.
-No entiendo que sucede… yo-
- ¿Esta segura que no entiendes? -
Mascullo
-Clarissa quisiera saberlo, por favor, pero, yo…-
Y aunque intentara miles de veces, corresponder a su enojo me era imposible, sus ojos dilataban específicamente transmitiendo un dolor incrustado.
- ¿Esta segura que me has contado todo?, porque supongo, que somos mejores amigas-
- ¿Supones? -
Cuestione incrédula, rodee los ojos y me cruce de brazos imitando a mi amiga.
-Somos mejores amigas, no le he confiado a nadie más mis secretos, Clarissa solo tú sabes todo eso-
Además de Ashton y Dante.
-Y si soy tu mejor amiga, porque no me has contado todo, porque no me has contado tus extraños conexiones con Dante-
Y justamente sabes esos momentos de tortura donde tu cabeza es taladrada y otra vez, por la voz de una sola persona, ensombreciendo mi rostro.
-Clarissa yo…-
- ¿Me dirás ahora que es mentira? –
-Pues yo...-