CHAPITRE 56
Y la vuelta al hotel de Ashton se volvió un completo y nervioso silencio, las paredes que comprendían el ascensor se veían envueltas en una textura de peluche o algo realmente suave, como si de la textura de una alfombra se tratara, nunca lo había notado tanto, las luces que iluminaban este se veían tan relucientes como estrellas, acompañadas por un candelabro de muy notorio precio súper alto.
Los números de los pisos que atravesábamos ascendían cada vez más, multiplicando cuarto.
-Y…-
La verdad no quería ser la primera en hablar, ni responder algo que comprometiera mi persona.
Así que me limite a parpadear repetidas veces, mientras desviaba mi mirada.
- ¿Te ha gustado tu vestido? –
¿Qué si me gustaba mi vestido?
Por Dios en el cielo y todos los habitantes de este planeta, ese vestido parecía sacado de un ensueño, lo comprendía, pero, estaba tan anonada de que ese fuese mi vestido que me petrifique al momento que lo vi, podrías fácilmente y tomarlo como una manta y acurrucare con él por las noches, no había duda era hermoso, pero, no creía que ese fuese mi estilo, no creía que yo fuese suficiente para este, sencillamente era algo que no caía conmigo y… era cierto las fiestas de la familia Lovegood eran conocidas por ser fiesta de “cuentos de hadas”, como si se tratase de tiempos de antaño, con vestidos extremadamente largos y con mucho volumen, eso lo traían de la Tía Abuela segunda del tío Richard Lovegood, vive en escocia, se crio allá aunque es originaria de Ámsterdam, pues, después de la segunda guerra mundial, la familia de ella se mudó a Escocia y bla, bla, bla.
Aunque creía interiormente que la vieja provenía de Transilvania, familiar de algún vampiro, o algo parecido.
-Es… lindo…-
Me limite a decir.
Oí su pequeña carcajada y le miré de reojo solo para admirarlo negar con la cabeza divertida.
- ¿Lindo? -
Suspire voluntariamente.
-No es mi estilo… es muy voluptuoso y de princesa…-
Masculle.
-Así que no es tu estilo-
-Solo digo que las cosas que ese vestido carga son muy elegantes, son algo muy pesados para mi gusto-
Solo lo veía realizar una mueca terriblemente sexy con sus labios y escucharme sin mirarme.
-Alexa Collins… ¿Cuál es tu estilo? -
-Yo…solo… no se… ¿algo más cómodo? -
Comente dudosa.
- ¿Cómodo? -
-Si no mal recuerdo, eres conocida como la chica misteriosa-
Mis mejillas pronto tornaron rojo su exterior nivelándose en una perfecta sintonía.
- ¿Qué tiene que ver eso? -
Reproche soplando mis mejillas y desviando mi mirada.
- La chica misteriosa, me recuerda… vagamente a un cuento de hadas…-
¿Cuento… de hadas?
- ¿Qué? -
-Si es así-
Y sencillamente se puso frente a mí y sonrió con ilusión en sus ojos tomando mis manos y posándola sobre las suyas, haciendo de esta subida en ascensor eterna.
Y continuo:
-Una chica de baja clase, es hechizada hasta la media noche por una bruja que viene en busca de chicas deprimidas, como ella, le da su vestido… ¿Cómo dices tú? -
- ¿Voluptuoso? -
-Exacto, voluptuoso-
Tomo aún más fuertes mis manos y un mechón de su cabello se removió sobre su frente.
Y continuo:
-Es hechizada y llevada en una calabaza guiada por ratones, cruza todo el pueblo y finalmente llega a su destino, baja de la calabaza con sus zapatillas de cristal, entra la fiesta sin que nadie se diera cuenta de quién es ella, porque la bruja hechizo a la chica de pies a cabeza, entra a la fiesta sin ser detectad por nadie, pero, sin embargo, al mismo tiempo es el centro de atención por todos, camina hechizada tanto de la bruja como del hermoso y esplendoroso castillo y se encuentra frente a frente con el príncipe-
-Creo que me se la historia-
-Es más interesante cuando yo la cuento-
Con una ceja alzada me enredo sus palabras, atrayéndome simultanéate y complementando mi mano derecha con la suya.
Fue entonces cuando las puertas del apartamento de Ashton fueron abiertas, sonreí nerviosamente mientras este me conducía por todo su apartamento dejando su saco a un lado y suspirando pesadamente tirándose sobre su sofá de tres personas.
Y a un costado de él me senté yo, después de haber desenlazado nuestras manos.
-Y… ¿Cómo sigue la historia? -
Y entrecerró sus ojos un poco sonriendo triunfante.
-Te lo dije es más interesante cuando yo la cuento –
Negué con la cabeza divertida…
-El punto es que baila con el príncipe, bailan, bailan y se pierden en sus miradas-
Y nuevamente allí estaba, sonreía de lado mientras tomaba mi mano y la sostenía con dulzura, allí estaba embelesando sus palabras, allí estaba yo, perdiéndome en su mirada, admirando sus ojos ligeramente tormentosos con destellos azules, admirando su piel perfectamente clara y su mechón que caía sobre su frente.