Destinysouls

Prólogo•

 

 

Cuando el mundo se te viene encima y caes en ese profundo abismo dentro de ti llamado desesperación, intentas desesperadamente aferrarte a algo. Lo que sea. 

 

Un propósito, un amor, un sueño una meta.

 

Te ofrecí mi mano esperando mantenerte aquí. Aunque yo no fuera tu propósito, tu amor o tu más grande sueño. Quizá todavía podía brindarte un poco de esperanza.

 

O al menos eso era lo que pensaba. No puedes darle fuerzas a alguien cuando ni siquiera tú tienes la valentía de alzar la voz. Si no puedo levantarme, ¿Cómo podría pensar siquiera en sacar a alguien a la superficie?

 

Es curioso. Dices carecer de alma y que en ti no queda un solo atisbo de luz. Pero, aún así, pareces ser incapaz de soportar la soledad.

 

Ella dirigió su mirada a él por primera vez. Su ojos negros la taladraron estremeciendo su ser a tal punto que temió que sus piernas le jugaran una mala pasada. Lo observó sin mediar palabra y, antes de darse cuenta, una sonrisa lobuna se coló en su rostro. Después de todo lo que había pasado, encontraba esa situación de lo más irónica.

 

Los labios de él se mantenían cerrados en una línea recta. Su ceño fruncido y la vena sobresaliente en su cuello lo hacían lucir mucho más intimidante de lo que en realidad era. Solían malinterpretarlo por su expresión malhumorada. No obstante, ésta vez sí que estaba enojado. Ella lo sabía, solo que, para variar, ya no le importaba. ¿Tendría que? Sintió ganas de reír al pensar que antes probablemente se habría asustado si él la miraba de ese modo, pero ahora, en cambio, se preguntó a qué le tenía tanto miedo. Solo veía a un niño solitario con el alma destrozada.

 

Él tampoco pronunció palabra alguna. Se dedicó a admirar el azúl en los orbes de la chica, concentrándose en la paz que (aún en la situación en la que estaban) estos le transmitían. Lo atravesaban. Ella siempre tuvo esa peligrosa habilidad de ver a través de él.

 

No le gustaba. Jamás le gustó.

 

Quizá esa era una de las razones por las que la odiaba. No podía aceptar el sentirse tan vulnerable. Admitirlo solo provocó que se sintiera aún más enojado. ¿Quién se creía que era para irrumpir de esa manera en la vida de otros? El sentimiento en su pecho crecía en contra de su propia voluntad. Podía culpar a su corazón por ser tan estúpido, pero vaya que a ella también le tocaba una buena parte de la responsabilidad.

 

 

-Tus ojos reflejan temor. Como si me suplicaras a gritos que vaya al fondo del pozo contigo - musitó pensativa.

 

Aquello no acabaría nada bien. Para ninguno de los dos.

 

El muchacho abrió la boca, dispuesto a defenderse, pero las palabras quedaron en su garganta cuando ella se adelantó, suspirando fuertemente.

 

 

-Dime, Elyott. ¿Crees que te amo lo suficiente como para acompañarte?

 

Él titubeó, frunciendo ligeramente los labios.

 

~ ¿Cómo podría yo responder a eso? ~

 

 

 

 

🌸




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.