Destinysouls (borrador)

Capítulo 1• La familia maldita

LA TIERRA. AÑO MMCMXCI

El fin era un hecho. La salvación un lejano sueño. No querían verlo, su propia necedad les impedía darse cuenta de lo muy jodidos que estaban. O tal vez, en el fondo lo sabían, solo se negaban a aceptarlo porque así no tendrían más opción que afrontar también su propia culpa. La ignorancia siempre lleva consigo un precio para aquellos que la acogen. En este caso, lo pagarían con sus vidas, que era lo único que les quedaba.

Pero, el fin del mundo, remordimientos que jamás aceptarán, merecer o no un trágico final. Todo esto, en realidad no es relevante. El centro de la historia que te voy a narrar, se reduce a la peculiar familia que hoy conocerás.

Un padre responsable y amoroso.

Una madre compresiva y protectora.

Dos niños deseados, nacidos del amor.

“Se nota a simple vista lo mucho que se aman."

La familia perfecta.

Locura, ambición y una maldad profunda. Esas eran unas de sus muchas cualidades. Construir la familia perfecta requiere los sueños y la sangre de otros, incluidos los propios. Estar podridos en egoísmo también es un ingrediente importante. Agrégale una taza de dolor, una pizca de desesperación y ya está. La familia perfecta.

“Si haces cosas malas, serás castigado."

¿Esa era la razón? ¿Por eso la obscuridad les había arrebatado tanto? Ellos perdieron a su padre y ella tuvo que decir adiós al hombre al que amaba.

Dolor.

Impotencia.

Y una ira incontrolable.

Era todo lo que sentía mientras se hacía las mismas preguntas una y otra vez. “¿Por qué?” “¿Por qué ahora?"

“¿Por qué... a mí?"

Evelín se casó poco después del desafortunado suceso. Su nuevo compañero era un hombre cuyo sentido del deber se alzaba sobre todas las demás cosas. Y aunque no estaba ahí por un acto de bondad o amor, acompañó a los niños cuál padre, brindándole también consuelo a la madre.

El tiempo corría veloz sin tomarse un respiro, acercándose así el momento en el que sus vidas tomarían el rumbo correcto. El camino que había sido desviado.

⚜️

LA TIERRA. AÑO MMMVI

La paz está sobrevalorada. El planeta, el mundo y todas las personas en él están perdidos. Sin importar cuánto intenten cambiar, mejorar. Sin importar cuánto alardeara la gente de su buena fé.

En el fondo todos quieren lo mismo.

Caos.

~ Todos estarán demasiado ocupados en su propia mierda como para prestar atención a la tuya. ~

Valentín sonrió a su plato ante aquel pensamiento. Quizá era muy negativo. Tenía poca fé en la humanidad. Dudaba de la suya propia bastante seguido.

- Y...

Alzó la vista, recordando que seguía estando en el comedor.

~ De nuevo. Estás disociando, Valentín ~

Los últimos días había estado actuando de forma diferente. Se sentía diferente. También estaba ese mal presentimiento que tenía en el pecho, no se movía de allí por más que intentara ignorarlo.

- ¿Emocionado? - interrogó Daniel, pensando en que debió esforzarse por sonar más como un padre sinceramente interesado por los sentimientos de su hijo y menos como un robot programado para hacer dicha pregunta.

El chico pensó, divertido, que, de los dos, ninguno parecía mínimamente preocupado por su pequeño viaje. Menos si se comparaba con la chica junto a él que temblaba de pies a cabeza.

- Me parece que te diriges a la persona equivocada - acotó, volviendo la vista a su plato con cuchillo en mano, disponiéndose a cortar el filete sobre este.

Daniel observó a la chica durante unos segundos hasta que la vió suspirar con pesadez, liberando el aire que parecía estar conteniendo.

- Solo un poco. Quizá esté un poquito nerviosa - dijo cuando, en realidad, estaba muerta de miedo. No pudo pegar el ojo en toda la noche y comenzaba a dolerle un poco la cabeza. ¿No debería estar emocionada porque al fin saldría de casa?

- Está bien sentirse así - sonrió Daniel, colocando su mano sobre la de ella.

- Creo que deberíamos cancelar el paseo.

La atención de los presentes se dirigió instantáneamente al chico.

- ¿Cómo dices?

- Casselín parece aterrada, así que pensé que le vendría bien tomarse un par de días para tranquilizarse - argumentó Valentín, luchando con la carne - Maldición. Corta de una buena vez...

- Interesante manera la que propones, Valentín. Pero no podemos posponer el viaje. Casselín se sentirá mejor cuando estemos allá, ¿Cierto? - le lanzó una mirada a la chica - ¿Hija? - ella asintió frenéticamente - ¿Y tú? ¿No estás asustado? - preguntó, redirigiendo la conversación al chico.

Valentín maldijo por lo bajo cuando intentó por enésima vez cortar la carne y solo consiguió romper el plato.

~ ¿Pero qué mierda? ~

- Valentín - llamó Evelín.

- Estúpido pedazo de mier-




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