Destinysouls (borrador)

Capítulo 6• Desaparecida

Había un niño roto y solitario.

“Tener los sentimientos entumecidos es un gran mecanismo de defensa. ¿Fue esa la única forma que hallaste para soportar tanto dolor?"

⚜️

- ¡Oye! ¡No camines tan rápido! - se quejó el pequeño - Sabes que tengo piernas cortas.

- Habríamos llegado hace horas de no ser por ti y tus malditas piernas, Arán.

Arán, el enano, solía caminar más rápido. Sí, tenía piernas cortas, pero con su agilidad, era perfectamente capaz de seguirle el paso al pelinegro. Si de nada servía intentar convencerlo, entonces frustraría sus intenciones de ir a Palacio demorándolo todo el tiempo posible, entonces, tarde o temprano su tío lo encontraría, ¿No?

- ¡No me gruñas!

- Te mataré un día de estos - murmuró él muchacho. Sabía lo que intentaba Arán, esa pequeña sabandija había nacido en el Bosque y pasado toda su vida allí, conocía el lugar como la palma de su mano, pero, a pesar de ello, se había “desviado del camino sin darse cuenta" al menos unas cuatro veces. Por favor. No estaba seguro de si Arán lo consideraba tan idiota como para pensar que creería eso o si él era lo suficientemente idiota como para pensar que era creíble. Lo dejaría estar un rato más, de todas formas, no tenía tanta prisa por llegar a su destino.

- Te escuché - farfullo Arán en un resoplido - Oye. ¿No crees que es tarde? La persona importante se habrá ido ya...

- En tal caso, tendré que hallar otra manera de matar el aburrimiento - acotó indiferente - Dicen que los enanos tienen dos corazones. Muero por saber si es verdad o no.

A la mente del hombrecito llegó una imagen del pelinegro con las manos ensangrentadas y él con el tórax abierto. Tragó saliva, devolviendo la bilis.

- Sabes, la gente normal no dice cosas como esa en voz alta como si nada, ¿No podrías ser normal, al menos por un momento?

- Moriría de aburrimiento.

Arán suspiró, disfrutaba pasar tiempo con el chico, a pesar de que no había día en el que este no lo amenazara de muerte. No había mucho para hacer en ese bosque. Si tienes suerte, talento, y contactos, trabajas para el Líder. Arán no poseía ni lo uno ni lo otro, y como pasar sus días siendo la mascota de un clan o alguna familia noble no era precisamente su ideal de vida, llegó a la conclusión de que ser un vago no era tan malo.

Alzó la vista, fijándose en el muchacho a su lado, miraba al frente con la misma expresión aburrida que siempre mantenía en el rostro. A pesar de su habilidad, no podía descifrar los pensamientos del chico, no porque este no pensara en nada, sino porque su mente era como un tornado. Un remolino de imágenes, voces y emociones que le resultaba abrumador.

~ ¿En qué estará pensando ahora? ~

~ Hoy parece más taciturno que de costumbre. ~

Se encogió de hombros, aunque le preguntara, él no le diría nada, así que, ¿Para qué intentar? Pateó una rama, soltando un resoplido, malhumorado. Hacía frío y quería dormir, si no fuera por esa víbora, consideraría la posibilidad de regresar y dejar al pelinegro en su muy estúpida aventura del día. Pateó una piedra, dispuesto a patear lo siguiente que se le cruzara en el camino cuando uno de sus pies se enredó a algo, sacudió la pierna, intentando zafarse.

~ ¿Cabello? ~

Se agachó, desenredando los mechones de su pie y comprobando que, efectivamente, era cabello.

~ ¿Qué demonios...? ~

El chico, quien se percató de que su acompañante se quedó parado en su lugar, suspiró con fastidio. No tenía prisa, pero ya se estaba hartando de las tontas excusas de Arán. Se volvió, esperando encontrarse con el hombrecillo sentado en el suelo, quejándose de estar muy cansado para continuar o algo parecido.

- Arán. No pienso esperar-

- Oye... Me encontré algo - dijo él, sosteniendo con ambos brazos el cabello de la persona que yacía tirada en el suelo.

- ¿Una chica?

⚜️

PALACIO

DESPACHO DEL REY

Los presentes se miraron entre sí, estaban contra las cuerdas. La princesa, hija del rey, el hombre al que ellos admiraban, y por el que darían la vida sin dudar, estaba desaparecida; Y eso no era lo más grave.

En otras circunstancias, habrían obedecido sin chistar sus órdenes. No. Mejor dicho; Ellos la habrían buscado por cielo y tierra sin que se los ordenaran, al fin y al cabo, eran la guardia real y la princesa de su reino estaba en peligro. Su deber es hacer todo lo que esté en sus manos para asegurar su bienestar, no obstante, ésta vez la situación se salía de sus manos por completo.

Lo que Su Majestad el Rey pretendía hacer era una insania. No sólo iba en contra de todos los tratados de paz y mutua coexistencia con las hadas, también situaba en gran riesgo las relaciones diplomáticas con los países vecinos ya que (en el peor de los resultados) nadie en su sano juicio se involucraría en una guerra contra esas criaturas. La familia real era sumamente poderosa, pero no lo suficiente como para salir ilesa en un conflicto con esos monstruos, las perdidas no tendrían precedentes.

Pero Kai, un padre preocupado que solo deseaba encontrar a su hija sana y salva lo antes posible, ignoraba intencionalmente el panorama completo.




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