Al poco rato llegó el profesor y las tres chicas dejaron de lado su conversación para volver a sus lugares. cuando el hombre empezó a explicar el tema, el salón estaba en completo silencio debido a que todos los alumnos estaban pretándole ateción, bueno, casi todos, porque Teresa se quedó sumida en sus pensamientos.
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Estoy cansada de la misma vaina- se dijo así misma- todos los hombres que se cruzaban en mi vida son unos estúpidos; mi papá, las parejas de mi madre y mis novios. En cuanto llegue a casa y lave la ropa, le escribiré a Nicolás para cortar con él.
Me da rabia todo esto y es que, ¡Dios!, Si iba a engañarme ¿No podía buscar a alguien más? ¿Tenía que ser justamente una de mis “amigas”? Es que no lo puedo ni creer.
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-Habrá un campamento de verano en la escuela y, aunque no es obligatorio, es bueno que vayan…- anunció el maestro.
-Yo no iré- dijo Teresa en automático y algunos la miraron con lástima, otros con cara de reproche y unos pocos con curiosidad.
-¿Por qué?- preguntó alguien.
-No me van a dejar- soltó relajada y se encogió de hombros.
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Mi madre apenas me deja ir a clase- pensó -ni en broma me va a dejar salir en vacaciones, ese es su momento de gloria, donde tiene una sirvienta las 24 horas del día. No se puede dar el lujo de dejarme salir.
Tan solo quiero cumplir los 18 años para largarme de una vez, es una pena que Eliza se tenga que quedar sola aguantando sus golpes y pleitos, pero yo apenas puedo resistir estar allí un tiempito más-
Se miró más manos y se pasó los dedos por las marcas que tenía. Marcas que se hacia ella cada vez que discutía con su madre porque la ayudaban a sacar la rabia que tenía dentro. El problema es que luego de que ese sentimiento se iba, el remordimiento de haberse herido la inundaba de forma violenta.
Todo esto es tu culpa -se dijo pensando en su padre- si no hubieras hecho esa locura que te llevó a estar tras las rejas, no viviríamos encerradas y siendo golpeadas casi diario.
Mamá cree que me controla así -soltó una risa amarga -si supiera como me comporto en cuanto salgo de la casa, si supiera los novios que he tenido o las novias que he tenido, o bien me mataría, o bien se moriría de un infarto. Lo bueno es que solo falta un año y tres semanas para irme a vivir con la única persona que me quiere en este mundo: mi abuela
Puedo aguantar, sé que puedo.
Editado: 24.07.2024