Detrás de cada sonrisa - Lo que nadie ve

Capítulo 10 - Sandra y Esperanza

Todos empezaron a salir con un ánimo apagado.

-No aguanto las piernas- soltó Julia

-Yo tampoco- dijo Esperanza

Luego de ver como Sandra las ignoraba y pasaba de largo, hicieron un juego de miradas y aceleraron el paso para alcanzarla.

-¿Te pasa algo?- Preguntó Julia

-No- dijo ella con un tono que claramente dejaba en claro que sí pasaba algo. Sin embargo, las chicas continuaron su camino a casa en silencio.

Luego de unos diez minutos caminando, y luego de que julia se despidiera de sus compañeras y tomara una calle distinta a la que estas seguían, Sandra finalmente habló.

-No quiero llegar a casa- Suspiró -mi madre está trabajando y allá solo están mi padre y mi hermano. Así que ya sabes, probablemente se vuelva a amar una discusión entre mi padre y yo porque, bueno, es lo único que sabe hacer ese señor; discutir conmigo, y mi hermano solo va a hacer de cuenta que no existo y a ignorarme, pero no va a tener el valor de decirme qué demonios le hice.

Esmeralda le acarició el hombro, antes de detenerse y darle un abrazo de consuelo.

-Me gustaría saberlo- continuó Sandra pasados unos segundos de silencio -porque, en verdad, no puedo explicarme ¿Qué pasó? ¿Por qué un día hermanos los mejores amigos y al otro pasé a ser invisible para él?. No entiendo.

Esperanza no supo que responder y, además, sabía que no era necesario, sólo tenía que estar allí y escuchar a su amiga.

Siguieron caminando y tras pasar unas cuantas esquinas más estuvieron delante de la casa de Sandra. Ella tardó unos minutos en entrar como dudando de sí debía hacerlo o no, pero al final lo hizo y Esmeralda siguió su camino sola.

Yo tampoco quiero llegar a casa- pensó -mi padre está en el trabajo y mi madre también, así que estaré completamente sola, sin nada más que tarea por hacer.

Por lo menos mi cel me ayuda a distraerme, pero con lo paranoicos que son mis padres ni siquiera quiero ponerle las manos porque en cuanto lo hago, recuero que mi madre puede ver todo lo que hago en él y que, probablemente, encontrará algo de lo que agarrarse para justificar su paranoia, como el hecho de que halla ido a casa andando y no en el trasporte que ellos pagan para asegurarse de que su “princesita” va de la escuela a su casa.

¿Quién creen que soy? ¿Una niña pequeña que necesitan proteger a toda costa? No.

Yo se cuidarme sola. Sé las amistades que me convienen, sé las parejas que me conviene y el hecho de que mi hermana halla quedado embarazada de un bueno para nada antes de casarse con él, no significa que yo también lo haré.

Ni siquiera quiero tener hijos.

Ni siquiera quiero casarme.

Ni siquiera me gustan los chicos.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.