—¡CORRE AMARA! —grita, despertandome del shock, haciendo que inmediatamente mis piernas comienzen a moverse en dirección contraria a ellos.
》Debo pedir ayuda《 —es lo único que pienso.
Corro por los largos y oscuros pasillos como si no hubiera un mañana, escuchando como corren atrás para intentar atraparme, y creo que lo van a lograr. Pero no me rendiré sin dar lucha.
Cuando estoy a unos cuantos metros de la salida del edificio. Unos fuertes brazos se envuelven a mi alrededor, impidiendome continuar. Comienzo a patalear y forcejear, esperando liberarme. Al no lograr mi objetivo, empiezo a gritar.
—¡NO! ¡AYUDA! ¡ESTAMOS AQUÍ! ¡SUELTAME, MALDITO! —grito en vano. Estamos a mitad de la nada.
Otra persona viene al escuchar mis gritos. Al parecer es amigo del que me sostiene. Pues asiente con la cabeza dandole un claro mensaje de "bien hecho". Este último finalmente procede a cubrirme la cabeza con una bolsa de tela negra. Impidiendome ver lo que hacen.
Siento como el que me sostiene me carga apoyando mi cuerpo en su hombro. Como si yo fuera un saco de papas. Intento dar pelea, pero sus fuertes brazos me sostienen firmemente.
Lágrimas ruedan mis mejillas, y he comenzado a respirar entrecortadamente.
¿Qué harán conmigo?