Detrás de una Sonrisa.

8

Saúl y yo caminábamos por los pasillos del hospital. Me estaba debatiendo si debería ir con Sandy, hoy era su cita con Dave quien seguro ni tenia idea qie iroa con ella, cuando la amiga de mi madre me había llamado para informado que mamá había tenido un ataque de asma y tuvieron que tráela de inmediato.

Me importa una mierda que suceda si no voy, le habían prometido a Sandy qué iria pero mi madre es mi madre. Ha tenido este tipos de ataques desde que tengo memoria y temo que algún día sea demasiado y me quiten a mi madre.

A lo lejos puedo ver a Asia, la amiga de mi madre. En cuanto me ve se pone de pie de inmediato.

—¿Cómo está?—le pregunto.

—Lograron estabilizarla.

Papá sale de la habitación y enseguida me abraza acariciando mi espalda.

—Todo está bien... ella está bien—no digo nada. Papá me guía a través de la habitación y ella está recostada con una mascarilla de oxígeno.

Llega el doctor a explicarle a mi padre todo los cuidados necesarios y después de una gran charla de como mamá debe ser un poco más responsable, le receta dos médicamenntos para controla cuando vuelva a tener un ataque y se marcha.

Mis padres se divorciaron hace años, a veces se comportan como dos personas normalws y a veces como suelen comportarse los matrimonios qué no funcionan, con peleas y esas cosas.

Mi madre replica que no era para tanto cuando Asia y Saúl entran a la habitación. Cuando ve a este último se alegra demasiado ya que desde que lo conoció le tomo un cariño como si fuese su propio hijo. Cosa que a mis hermanos les da celos.

Mamá nos cuenta que sucedió y como fue que Asia de inmediato la trajo al hospital. En un punto el número de Sandy aparece en mi pantalla, no respondo sin embargo insiste hasta que salgo de la habitación a responder.

—¿Ya vienes?—preguntó y solo con escichar su voz note que estaba nerviosa.—Te estamos esperando, bueno, el no sabe que vendrás, solo le dije que una amiga nos acompañaría y no tuvo problemas.

—Eh... Mamá esta en el hospital, pero ire en cuanto salga.

—¿Ella esta bien?

—Sí, solo fue un susto.

—Vale—suspiró con fuerza—. No se ni porque estoy tan nerviosa.

—Relajate, llegare pronto.

—Gracias, de verdad.

—Dr nada—colgué la llamada.

Me di la vuelta para entrar de nuevo en la habitación pero mi amigo estaba apoyado en el marco de la puerta de esta de brazos cruzados. Entrecerró los ojos hacia mi como si quisiera descifrar qué sucedía por mi mente.

—¿Pensabas ir?—pregunta.

Lr había contado para pedirle un consejo, y su consejo fue que no me metiera en eso. Pero le habia prometido a Sandy que la acompañaría.

—Se lo prometí.

Sin dar más explicaciones entro de nuevo a la habitación. Mamá esta de pie escuchando las indicaciones del médico y si algo he admirado de ella es que siempre que cae se levanta con más fuerza.

No tardaron mucho en darle el alta y Asia llevaria a mamá a casa, les conte que iroa a ver a una amoga y ella y mi padre se qiedaron en el hospital.

Saúl me llevo hasta el centro comercial donde ambos esperaban por mi.

—Que bueno que viniste, por un segundo creí que no lo harías—me susurro en cuanto me vio.

Dave me analizaba con una ceja enarcada.

—Por supuesto que tu eras la amiga—murmuró.

Mi unica reacción fue rodar los ojos.

Entramos los tres en busca de una heladería, noe agradaba ser el mal tercio, sobretodo porque el tipo constantemente me miraba a mi.

En la segunda planta se encontraba la heladería. Me lleve una sorpresa cuando vi quien estaba justo afuera.

Sandy y Dave wstaban intentando crear una conversación asi que adelante; para aunque sea saludae a Cameron y para no tener que verle la cara a Dave.

Estaba viendo su movíl, frunciendo las cejas a la vez.

—¿Esperas a alguien?—pregunte apenas me acerque.

En cuanto fija su vista en mi sonríe, guardando el movil en su bolsillo. Esta vez esa sonrisa que me brinda no me causa nerviosismo, hasta podria decir que me gusta...

—Al parecer no vendrán—se encoge de hombros restándole importancia.

—Qué mala suerte.

—No tanta, ¿Y tu?

—Soy un mal tercio—señalo a Sandy que esta junto al otro idiota en la puerta de la heladeria.

—Eso sí es mala suerte.

—Ya lo se.

—El otro día me pareció que te pusiste un poco mal, ¿Cómo sigues?

—¿Ah?

¿De que me habla?

—En casa de Sam.

—Ohh... —ya recuerdo.

—Sí, ohh—me imita de una manera... ¿graciosa? Supongo que si porque me hizo reír. O no se si reí porque ahora si me he puesto de nervios.

No se que fue lo que me paso, tuve un momento en donde mi mente me transporto a aquellos recuerdos y... Bueno el resultado fue que estuve dos dias enteros sin qierer salir de mi habitación.

—Bueno, ehm... —¿como le explico que tuve un flash Back del peor momento de mi vida?

Por suerte no tengo que hacerlo, porque Sandy llega y no se si para mi desgracia o para mi rescate.

—Liz, ya vamos a entrar.

—Okay...

—No se que hacer, ni que decir ya, todo esta muy incomodo. Y siento que tampoco me presta atención en lo que le digo.

—Mira que yo soy experta en citas—entiende mi comentario sarcástico y se pone aun mas nerviosa.

Se hace un silencio realmente incómodo, mientras Dave nos observa desde la entrada impaciente.

—¿De que han hablado hasta ahora?—preguntó Cameron.

—No mucho, solo un poco de la obra que vamos a hacer.

—Es que ambos toman clases de teatro—le explico yo.

—Bueno, si es el tema pregunta cosas sobre ello.

—¿Cómo que?

—Cuando comenzó a gustarle el teatro, que tal le parece, cuantas obras ha hecho, cosas así. El objetivo es que se conozcan.

—Pero, ¿no seria muy chismosa al preguntarle?

—Entonces deja que el pregunte.




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