Detrás de una Sonrisa.

28

Una cita.

He preparado una pequeña cita para Elizabeth, desconozco si le gustará lo que prepare, no la he visto desde ese día en casa de Sam. Creí que la vería en la oficina como ha sucedido anteriormente, sin embargo no ha sido así.

Tengo un montón de dudas que quisiera que me respondiera, comenzando por ese golpe en su rostro, pero primero llevaré las cosas con calma. Si ella decide no contarme lo que ha sucedido, tampoco la presionare para eso. Solo quiero saber que esta bien. Y por eso mismo es que he venido a casa de Sam.

Hace un momento he ido a buscar a Elizabeth a su hogar, su madre me recibió de una manera que podría describir como ofensiva, me grito que Elizabeth no se encontraba en casa y que ella se iba a encargar de que jamás me volviera a acercar a ella, después me cerro la puerta en la cara con mucha fuerza.

—¿Te quedas a comer?

—Te agradezco la invitación, Emily, pero tengo cosas que hacer. Solo vine a hablar Sam un momento.

—En otro momento, entonces. Sam está en su habitación, pasa.

—Gracias.

Entro al lugar donde mi mejor amigo, se encuentra recostado en su cama con un control en la mano, esta jugando un video juego. En cuanto me ve se quita el audífono de la cabeza y sonríe.

—Qué bueno que llegas, necesito a mi dupla de Call of duty.

—Solo vine a preguntarte una cosa.

—No, Lizzy no está aquí—dice sin dejar de mirar su televisor.

—Ya lo se.

—¿Entonces a que vienes?

—Fui a buscarla esta mañana, su madre me dijo que no estaba.

—Lleva días fuera de su casa—comenta distraído.

Recuerdo aquella vez, cuando dijo que dormía en casa de Saul. Me pregunto si esta vez es igual.

En solo pensar que sea me causa una opresión en el pecho. Y sí, lo admito. Son celos. Por que, vamos. Como no podría sentir celos de que pase tanto tiempo con él, no me molesta que lo haga, no tampoco digo que no debería tener amigos, es solo que, solo pensar en la posibilidad de que ellos sean algo más que amigo me hace sentir celos.

—Esta en casa Jane—comenta de la nada como si estuviera leyendo mis pensamientos.

—¿Me puedes dar su dirección?

Suspira con fastidio antes de poner el juego en pausa.

—¿Para que?

—¿No es obvio?

—Cameron, Elizabeth tiene muchos asuntos que resolver ahora mismo, dudo que quiera verte en este preciso momento.

—Solo quería hablar con ella.

—¿Sobre que?—se incorpora de la cama—Ustedes no tienen absolutamente nada de que hablar.

—Sam...

—Si lo que quieres es saber que le pasó en el ojo, no te lo va a decir. Y ni se deberías estar indagando en su vida, son cosas que a ti no te incumben.

Puede que tenga razón, y sea algo que no me incumba. Pero lo que el no sabe es que entre Elizabeth y yo hay algo que esta pendiente. Le prometí que en cuanto volviera tendríamos pasaríamos todo un día juntos, en un intento de conocernos mejor.

—Solo quiero saber si esta bien.

—Esta bien, te lo prometo.

—Vale.

No pienso quedarme con esa respuesta. Por supuesto que iré a buscarla, necesito comprobar con mis propios ojos qué ella se encuentra bien.

—¿Jugamos?—toma un segundo control y me lo arroja.

—Deberías hacer algo productivo—le sugiero en broma acomodandome para jugar.

—No empieces , dejame disfrutar mis últimos días de vacaciones.

°°°

Después de jugar un par de horas con mi mejor amigo, y después de tanto insistir, Sam me dio la dirección de Jane. Me aseguro que Elizabeth estaría aquí. Por lo tanto, apenas tuve oportunidad vine enseguida.

Sam noto que estaba un poco ansioso por venir, se desespero y me dijo que me fuera.

Así que me encuentro ahora mismo fuera de la que supongo es casa de Jane.

Aparco el auto y bajo. En el corto camino que hay del pavimento hacia la puerta me llega una notificación. Rápido lo veo, es alguien que está interesado en el auto.

Llego hasta la puerta y toco el timbre mientras trato de responder al mensaje. Le informo todos los detalles y el precio que pido por mi auto y guardo el móvil sin esperar una respuesta.

La puerta se abre dejando ver a una señora que es idéntica a Jane en los rasgos, solo que ella tiene el cabello castaño y el de Jane es un poco más claro.

—Buenas tardes—saluda con amabilidad.

—Buenas tardes, ¿se encuentra Ellie?

Su ceño se frunce cuando pregunto por ella, estoy a punto de aclararle quien soy cuando ella vuelve a hablar.

—Ya, tu eres amigo de Sammy, ¿verdad?

—Sí, el fue quien me dijo que Elizabeth estaba aquí.

—Ya comprendo—dice sin borrar la sonrisa de su rostro—Pasa, llamaré a Lizzy.

—Gracias.

Ingreso al lugar, me deja solo, esperando en la sala cuando se adentra a la cocina. Como cualquier persona que pasa esta situación, me pongo a observar el lugar, aunque es pequeño debo admitir que se ve muy bien. Hay fotografías familiares de Jane, su madre y supongo que su padre. Incluso, hay retratos donde Elizabeth hace parte de ellos cuando estaba más pequeña.

No puedo evitar no ver uno en especial, en el están Jane y Ellie, recostadas en el pasto. Ambas están sonriendo, con el cabello de ambas mezclado y alborotado, con la clara diferencia de color. Elizabeth lo tiene muchísimo más oscuro que Jane.

Cualquiera que entrará en esta casa, pensaría que Elizabeth es parte de esta familia, lo que me hace recordar que en su hogar no existen este tipo de retratos.

Unos paso resonando por las escaleras hacen que voltee de inmediato pensando que se trata de Ellie, pero no es así. Es Jane, quien se paraliza momentáneamente al verme en su sala.

—¿Cameron?

—¿Que tal?—se remueve incómoda antes de bajar por completo.

Se queda a una distancia prudente.

—¿Q-qué...?

—Sam me dijo que Ellie estaba aquí.

—Oh, ella... —ni siquiera termina la frase, pero señala con su pulgar el lugar por donde su madre desapareció—Ire a... iré por ella.




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