Detrás del Internet

08: Un vídeo

Emma tamborileaba con sus uñas sobre la superficie de madera del tocador. El ruido ya estaba sacando de quicio a Claire; lo había tolerado durante los primeros minutos, pero después de tanto tiempo, sentía como si los golpecitos fueran directamente en su sien.

—Detente, por favor —le pidió con un tono amable. Emma alzó la vista de su móvil, notando cómo su amiga había dejado de alisar su cabello para mirarla fijamente. La súplica en sus ojos fue más notoria que en su voz.

—Perdón, fue inconscientemente —dejó salir un dramático suspiro—. Hay demasiada gente hablando de mí, me están etiquetando en demasiados tweets, ¿y sabes qué es lo peor? Hay gente diciendo que tenemos una relación a escondidas que no somos capaces de revelar. ¡Eso es una basura!

—Ese vídeo... prácticamente gritaba 'EMMA, ESTO ES PARA TI' —Claire vio cómo Emma arrugaba la nariz, posiblemente con desagrado—. No me malentiendas, ¿sí? No justifico que haya personas escribiéndote basura solo porque analizaron que tus ojitos azules, unos muy lindos ojos, por cierto, son los mismos ojos azules del vídeo de Luke.

Emma no pensó que las cosas fueran a escalar a ese nivel. Aparentemente, unos fans intensos de Nebula Drive también habían dado con su cuenta de Instagram, descubriendo que Luke había dejado un comentario en su foto poco antes de subir ese vídeo.

Sus sentimientos eran contradictorios. Al principio, sintió algo similar a emoción cuando vio aquel comentario en su foto y ni hablar de aquel audio. La voz rasposa y la entonación que dejaba entrever el cansancio... Emma reprodujo el audio tres veces, sin querer perderse ningún detalle. Pero en la mañana, cuando vio sus notificaciones, la bola de nieve en la que se estaba convirtiendo el asunto la regresó a la realidad.

Toda la vida Emma había pasado desapercibida. Tener a tantas personas opinando sobre ella y creando rumores falsos la ponía de los nervios. Incluso vio un par de mensajes que desacreditaban los rumores sobre Luke estando interesado en ella; su argumento era que Emma no tenía nada especial que llamara la atención.

No tendría que importarle lo que dijeran unos desconocidos, sin embargo, durante la última hora no podía parar de leer todas esas publicaciones que la menospreciaban. Se sentía expuesta, vulnerable, y como si su vida privada estuviera siendo invadida por miles de ojos críticos. Pero sobre todo, estaba enfadada consigo misma por la noche anterior, cuando reprodujo el vídeo nuevamente, imaginando la remota posibilidad de haber sido la inspiración detrás de aquellas letras.

—Quiero tener a ese sujeto frente a mí para gritarle, no es justo, Claire —dijo tirando el móvil sobre la cama.

—Tampoco es su culpa completamente, Em —Claire pareció meditar sus palabras por un instante—. Yo sé que te estuve presionando para que te dejaras llevar, pero si no te sientes bien con todo lo que está pasando, no seguiré molestando al respecto. Puedes dejar de hablarle; tampoco quiero que te sientas presionada a hablarle si no quieres.

Emma ladeó una pequeña sonrisa, sopesando las palabras de Claire. Apreciaba el apoyo incondicional de su amiga, pero había algo en la situación que le producía emoción, que no podía ignorar, a pesar de todo el caos que estaba causando.

—Deberías darte prisa, si se hace muy tarde luego no me dará el ánimo de salir —dijo Emma, cortando el tema de conversación anterior.

Claire asintió, retomando su tarea de alisar el cabello. Emma se dejó caer sobre la cama, mirando el techo mientras intentaba ordenar sus pensamientos. Sabía que el mundo de Luke era complicado, pero nunca imaginó que su pequeña interacción pudiera causar tanto revuelo. Mientras su amiga terminaba de arreglarse, Emma cerró los ojos, tratando de encontrar un momento de paz en medio de la tormenta que había desatado sin querer.

***

El ambiente en aquel bar playero era agradable, la música estaba a todo dar, con los temas de moda logrando que los más animados movieran sus caderas al son de cada canción. Emma, por otra parte, yacía recostada en la barra con su trago rosado, adornado con una pequeña sombrilla. Le gustaba salir a divertirse con su mejor amiga, algo que solían hacer seguido; lo que no le gustaba era tener que quedarse sola cada vez que algún chico se llevaba a Claire a la pista de baile.

En esta ocasión se había esforzado en arreglarse. Su cabello, que solía caer sin mucho movimiento, ahora estaba estilizado en unas ondas playeras. Aplicó un poco de maquillaje en su rostro, resaltando sus facciones, y se colocó un short beige suelto junto con un top blanco que le acentuaba muy bien la figura. Pero Claire también lucía hermosa con ese vestido corto verde manzana que iba a la perfección con su color de piel. Sin contar que ella tenía algo que Emma no: era extremadamente social y no temía darse a notar. Ni siquiera la podía culpar; no era algo que ella hiciera para resaltar adrede.

—Soy una amiga terrible —susurró para sí misma cuando vio que dos chicos hacían una especie de sándwich para poder bailar a la vez con Claire y deseó que ella también recibiera algo de atención.

Tomó todo el contenido restante de su vaso de un solo trago, dejándolo después sobre la barra. Al menos tenía toda la disposición de acabar con sus tragos sin interrupción alguna.

—Pequeña Emma, tiempo sin verte.

Alzó la vista al escuchar su nombre de una voz conocida.

—Hey —sonrió—. Qué buen lugar te montaste, eh. —Repasó rápidamente a Carlos con la mirada. Su camisa hawaiana combinaba a la perfección con el aire tropical que se había encargado de darle a su local. Su piel, más acanelada de lo normal gracias al sol que recibía constantemente, lo hacía lucir realmente bien.

—Siempre lo mejor de mi parte. —Se alejó un momento, mientras buscaba algunas cosas detrás de la barra—. Ya que estás sola y sin nada que beber, ¿te gustaría ser la catadora de mis creaciones? Estoy en proceso de mejorar la carta.




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