Capítulo 2 – El peso del pasado

Pasaron los días y, aunque la determinación de Izzy seguía intacta, el pasado no la dejaba ir tan fácilmente. Cada vez que se encontraba frente al espejo, una pequeña voz en su cabeza le recordaba lo que había perdido: la confianza en sí misma. Diego había sido un fantasma que, aunque se había ido, aún rondaba en su mente, saboteando cada intento de reconstruir su vida.
Esa tarde, mientras caminaba sola por la ciudad, la ansiedad empezó a apoderarse de ella. El sol estaba a punto de ponerse, y el aire fresco acariciaba su rostro, pero Izzy sentía el peso de la culpa y el dolor en su pecho. ¿Cómo podría continuar sin arrastrar ese bagaje emocional? ¿Cómo podría dejar atrás a alguien que la había marcado tan profundamente?
Fue entonces cuando se encontró con Marc. La primera vez que lo vio fue en una reunión de amigos hace meses, pero en ese momento, él parecía ser un extraño en su vida. Ahora, mientras lo veía de nuevo en la plaza, algo dentro de ella se despertó.
Marc la saludó con una sonrisa cálida, esa que siempre tenía, y aunque Izzy intentó ocultar lo que sentía, Marc la conocía demasiado bien para no darse cuenta de que algo estaba mal.
—Izzy, ¿cómo estás? —preguntó, su tono lleno de preocupación genuina.
Izzy lo miró, y por primera vez en mucho tiempo, no pudo mentir. Estaba perdida en sus pensamientos, atrapada en la niebla de su dolor.
—No estoy bien, Marc. A veces siento que el pasado no me deja respirar, que siempre me estará persiguiendo.
Marc la observó en silencio por un momento. Sabía que las palabras no siempre eran suficientes, pero aún así, intentó ofrecerle algo de consuelo.
—Izzy, no tienes que enfrentarlo todo sola. Te tengo, y te apoyaré mientras sigues adelante. Tómate el tiempo que necesites.
Izzy lo miró, agradecida pero temerosa de lo que esos sentimientos pudieran significar. ¿Podría confiar nuevamente en alguien? ¿Podría dejar atrás el dolor y empezar a creer en algo más?