Al otro día me despedí de Matilde.
— señorita lamento mucho ya no poder cuidar de ti como antes— sus manos sujetaban las mías con cariño y sus ojos estaban cristalizados. Matilde era como una segunda madre para mí.
— pero nana sólo serán 3 años, me verás más rápido que lo que crees.
— es sierto ya tendrás 20 años.
— jaja es sierto.
Después de ésa agradable despedida salí rumbo al aeropuerto, sería una hora de viaje hasta donde viví él amiga de mí padre. Ya en el avión me percaté de que no había nadie a mí lado, así que llamé a la asapata.
— disculpe señorita, desea algo
— aquí no se sienta nadie, es que me gustaría sentarme al lado de la ventana.
Sonreí de forma agradable, aunque la asapata se veía nerviosa, sin quitarle lo desaliñada que se encontraba, no quiero imaginar que tipo de ejercicios estuvo asiendo.
— sí no se preocupe su compañero de viaje llegará en cualquier momento.
En cuanto le asapata termino de decir eso, al avión se subió un chico vestido de negro entero, pantalones negros, camisa negra e incluso su chaqueta era negra, avanzo hasta donde yo estaba y subio sus gafas de sol y la maleta al maletero. Me sorprendió lo guapo que era, parecía el mismo Apollo y sus ojos también eran color negro, menuda combinación.
— se puede saber hasta cuando me vas a mirar— aparte la mirada, mientras él se sentaba en el asiento al lado de la ventana — no es que me moleste, pero tienes una cara demasiado inocente.
Era un chico guapo sí, aunque me acaba de demostrar que es un arrogante.
— supongo que tú eres un chico malo y temes enamorarte de la chica inocente— le desafíe con la mirada — y no te preocupes, mí novio es más guapo que tú
"Que novio"
Me grito mí conciencia.
"Y yo que se"
— A ver muéstrame una foto, de ese"novio"
— Ehm una foto! — me asusté y alse la voz. Me aclaré la garganta — no tengo, es que no le gusta tomarse fotos
Hasta yo me solprendi por la buena excusa que inventé.
— si claro y yo soy la persona más dulce del planeta, pequeña deberías aprender a mentir— sonrió con arrogancia— tú eres demasiado transparente.
No hablamos más hasta que el avión aterrizó y esa parte ya de la saben pues fue lo primero que les conté. Ahorro volvamos al presente.
— Hola, ya soy la persona que buscas— le hable pero parecía fuera de la tierra — estás bien — la sacudí un poco y ante mí tacto reaccionó.
— Sí disculpe es usted le señorita Emma— asentí con la cabeza— sígame
Durante todo el trayecto, no hablamos de nada, era una muchacha muy bonito ya saben de ésas delgaditas con caderitas. Cuando llegamos al lugar me quedé de piedra. Era una gran mansión, las enormes rejas se abrieron permitiendo que el coche pasará.
— muchas gracias
— sólo hice mí trabajo
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Editado: 29.12.2024