Devon Harrison

Teresa y Isabelle

Baje del auto y aún con mí celebró haciendo corto circuito ingresé a la enorme mansión, dónde fuí recibida por una amable señora. Me llevo a mi nueva habitación luego de haberme mostrado toda la casa y sí que era enorme. Un gran comedor, una piscina una gran sala y en el segundo piso estaban todas las habitaciones y por supuesto un gran e inmenso jardín. En cuanto entre a mí habitación me bañé y dormir un poco antes de la hora de la cena. Estaba vestida con un pulober que me daba hasta las rodillas y tenía una muñeca de seilior moon y un chorts por debajo, me me hize una una roca y me saque un un flequillo, me puse unas botitas sin tacón negros que hacían juego con lo blanco del pulober, coji me teléfono y salí. Baja al primer piso de la casa donde estaba un señor cómo de unos 50 años, en cuanto me vió sonrió y caminó a mí dirección.

— cuánto has crecido, cuando te ví eres muy pequeña — sólo sonreí pues no tenía idea de cómo tratarlo — ¡Ah! claro seguro no te acuerdas de mí, soy Julián— me estendio su y yo por mí parte corresondi el gesto.

— es un placer volver a verle señor Julián.

Le dedique una sonrisa agradable. Él me invitó a centrarme en la mesa. Me senté frente a la misma y el señor Julián se sentó frente a mí, conversamos de algunas cosas hasta que fuimos interrumpidos por una voz.

— siempre es igual contigo, tardas demasiado en arreglarte — reclamo un pelirroja mientras bajaba las escaleras.

— una chica siempre debe estar hermosa pasé lo que pase, es por eso que no tienes novio— respondió la pelinegra.

—¿Sí ? ¿entonces esa también es la razón por la que tú novio te dejo hace una semana?— la otra chica frunció el seño—

— tienes mucho deseó de joder hoy verdad Teresa— la otra se encogió de hombros y la regalo una hermosa sonrisa a la pelinegra —

—¿ no se, dímelo tú? Isabella—

— ¡basta ya! — las interrumpió al parecer su madre desprendía un aire juvenil — no discutan frente a los invitados

— sí— respondieron a la ves que se sentaban en la mesa— debes ser Emma es un placer conocerte— dijo la pelinegra

— igualmente— igualmente está vez fue la pelirroja.

La comida fue servida, a diferencia de en mí otra casa donde siempre comía sóla está era mucho más familiar.

— papá, él hermano no llegaba hoy—Isabella preguntó con duda a su padre— donde podrá estar.

— conociendo al hermano debe estar corriendo por toda la ciudad en moto— respondió Teresa

— o revolcándose con una mujer— está vez fue Luz la esposa de Julián quién habló, puede una madre hablar así de su hijo.

***

Teresa y Isabelle son diferentes en muchas aspectos, Teresa es pelirroja con el pelo corto y un corte al redondo por otro lado Isabelle era pelinegra con el pelo largo que le llegaba hasta las nalgas y no tenía ni una sólo onda. Mientras Bell vestía con un vestido ajustado al cuerpo y un poco más arriba de la rodilla. Teresa sólo llevaba unos jeans anchos y una blusa corta.

— déjame advertirte algo Emma— me puse nerviosa antes la penetrante mirada Bell de alguna forma me recordaba al chico del incidente con la maleta— no te enamores del hermano es arrogante y

— atractivo— está vez fue Teresa quién habló—

— es un ser sin compromiso

— y sí te enamoras

— serás su piso y el será

— tú paraíso

— bien gracias, supongo

No podía imaginar que tipo de hermano tenían estás chicas para incluso tenerle un verso.




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