Devuélveme el corazón

Capítulo 6:

Al terminar las clases del día me despido de mis amigas con la promesa de no “dejarme morir” por alguien que no valía la pena, mientras caminaba con mis auriculares puestos recibo una llamada de mi madre.

  • Mamá – Le sonrío al móvil al ver su foto al contestar
  • Hija – Escucho su voz al otro lado un tanto melancólica - ¿Cómo estás?
  • Bien mamita y ¿Tu? – Sigo escuchándola – Te noto un poco apenada
  • Es porque te extraño hija – Trago el nudo que se había formado en mi garganta, cuanto desearía que estuviera a mi lado y poder contarle todo lo que me estaba pasando, cada pensamiento, para sentir sus brazos a mi alrededor dándome refugio - ¿Cuándo vendrás?
  • Este fin de semana mami – Seco el borde de mis ojos que estaban húmedos - saliendo de clases me iré directo al terminal – Suelto una risita – podremos regalonear las dos juntitas
  • Sí “pajarito”, ya te extraño mucho – La escucho suspirar - ¿Va todo bien?
  • Claro – miento – Todo va muy bien, el fin de semana te contaré todo, ¿Bueno?
  • Bueno, ya hija, me tengo que ir, tus hermanitos ya van a llegar – la escucho en silencio, no quería despegarme del móvil - ¿Sally?
  • Aquí estoy – suspiro – Está bien, dale mis saludos a los peques, te amo
  • En tu nombre, también te amo hijita, te estaré esperando – siento como se corta la llamada.

Miro el móvil y suspiro aguantando el nudo en la garganta, respiro profundo y sigo caminando a paso firme en dirección a la casa de mi abuela Meredith.

Subí las escaleras lo más rápido que pude, solo quería llegar a casa y descansar un largo rato, al llegar saludo a mi abuela Meredith y la convenzo de que no llevo hambre, subo a mi habitación y me cambio de ropa, por fin podía sentirme más a gusto, me puse mis auriculares comenzando a escuchar a Demi Lovato, las lágrimas caían por mi rostro, recuerdos del sueño que me atormentó toda la noche y el golpe realmente bajo que había sufrido de parte de Paul, de verdad quería dar vuelta la página de mi vida.

Deben haber pasado unas horas, porque me dormí, cuando abrí mis ojos afuera ya había oscurecido, al revisar mi móvil veo un mensaje de mi primo Sam.

“Sally, Sergio necesita que le confirmes si irás a su cumpleaños el miércoles, para que le digas, me preguntó, pero no sabía si era 100% seguro que irías.

Besos, Sam”

Sonrío al recordar que Sergio ya me había dicho, pero como andaba con los pensamientos en cualquier otra parte, me había olvidado, tomé mi móvil y le envié un texto para confirmar, luego me volví a dormir.

Narra Ian:

Ya es una necesidad mayor a mis fuerzas, necesito ver a Sally, no he podido ir a ver a sus amigas a la salida del colegio, verlas me da cierta tranquilidad, pero no puedo controlar las ganas que tengo de volver a hablar con ella, ver sus hermosos ojos achinarse al reír.

Nuevamente escucho sonar el móvil, otra vez veo el número extraño, respondo porque ya me tiene cansado.

  • ¿Sí? – digo con mi voz más gruesa que de costumbre
  • Ian, soy Sergio – dice una juvenil voz al otro lado de la línea – el del grupo motivacional
  • Ah, eras tú – sonrío al recordar al joven – no sabía quién era tan insistente
  • Lo siento – suelta una pequeña risa – es que llevaba días queriendo invitarte a mi cumpleaños, es en 2 días, el miércoles
  • A ¿qué hora? – miro mi agenda que está a un lado de la computadora, veo que está llena hasta las 21:00 hrs, niego sabiendo que no podré ir
  • Comienza a las 19:00 hrs – dice alegre
  • Yo creo que… - no me deja seguir
  • Vendrán muchos compañeros del grupo de motivación – dice sin detenerse a respirar – ya confirmaron Sam, Angélica, Sally, Mía y varios más.
  • Wow, son varios – *dijo Sally, no lo imaginé, dijo Sally* no puedo dejar de sonreír, miro mi agenda y la cierro de golpe – ahí estaré, no tengas dudas de ello
  • Excelente – escucho que le habla a alguien más “dice que vendrá” – entonces mañana a las 19:00 hrs en mi casa, te envío la ubicación por Whatsapp
  • Bueno – me levanto y comienzo a caminar por mi oficina – no lo olvides, ahí nos vemos
  • Nos vemos – corta la llamada

“La voy a ver, la voy a volver a ver”, esa frase no deja de dar vueltas en mi cabeza, la alegría no cabe en mi pecho, pero ¿qué es lo que me pasa?, nunca había sentido esto en mí, ni con Maira.




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