Devuélveme el corazón

Capítulo 7:

Narra Sally:

El martes transcurrió bastante normal, aunque obviamente las miradas no faltaban, si antes no nos llevábamos bien con Lucy, ahora éramos evidentes enemigas, las miradas asesinas entre nosotras eran a muerte, sus amigas de otras aulas me miraban mal cuando me veían por los pasillos, claro que mis amigas también hacían notar su malestar, era una situación insostenible, sus murmuraciones al pasar a su lado, su risa, todo me hacía sentir un poco vulnerable, pero no era tiempo para ello, debía ser fuerte ante lo malo que pueda pasar en un futuro, estar lejos de mi familia me obligaba a ser fuerte y no dejar que nadie me vea triste o desanimada, así que mi cara era lo más serio que podías ver.

Al llegar el miércoles, estaba bastante nerviosa, hoy iría al cumpleaños de Sergio y estaba casi segura de que Ian también iba a asistir, estuve particularmente emocionada ese día, mis amigas obviamente lo notaron.

  • ¿Qué sucede joven Sally? – me miraba sonriendo Caterin, su mirada me hacía notar que ella se daría cuenta de lo que pudiera suceder en cualquier momento
  • No pasa nada – suelto una pequeña risa, me daba gracia no poder esconder mis sentimientos a mis amigas, en especial a Caterin.
  • Esa cara no es de una persona a la que no le pasa nada – rió conmigo y me dio un pequeño empujón mientras caminábamos a tomar desayuno – no es solamente porque mañana vayas a ver a tu familia
  • Hoy iré al cumpleaños de Sergio – sonrío amplio – saliendo de clases me iré a cambiar y nos iremos directo a su casa
  • ¿Iremos?, me suena a manada – alza una ceja
  • Iré con Samy – río al ver su cara de asombro – mi primo Caterin, mi primo Sam – aclaro
  • Ah, pensé que irías con “alguien” más – me dice alzando las cejas, al ver su gesto me asombra un poco, no les he hablado sobre Ian.
  • Amm – antes de que pudiera responderle me mueve los ojos para que mire en la dirección que me mostraba, al girar levemente veo que Paul estaba parado tras nosotras esperando el desayuno – la verdad es que voy con mi primo, pero allá me veré con alguien más – sonrío de lado
  • Eso es música para mis oídos – me sonríe más ampliamente, obviamente pensando que yo mentía, pero en mis planes era verdad, sentía que ver a Ian me iba a arreglar el día y quizás toda la mala semana que estaba llevando.

Después de tomar desayuno nos dirigimos al aula donde nos esperaban Yarela y Tanza. Al vernos entrar tan animadas obviamente quisieron unirse a nuestra felicidad

  • ¿De qué nos perdemos? – dice Yarela tomándonos por los hombros – Sally está mostrando demasiado su dentadura
  • No es nada – río sin poder aguantar sus miradas – es solo que hoy saldré y puede que vea a alguien importante para mi
  • ¿Quién? no nos has contado nada – dice Tanza mirándome con una ceja alzada – ¿es del colegio?
  • Claro que no – río – los del colegio son unos idiotas
  • Todos, menos el tipo que mira Caterin – dice Tanza explotando en risas
  • ¡No es cierto! – protesta entre risas – él ya se fue del colegio
  • Entonces ninguno de nuestros intereses amorosos está aquí – dice Yarela haciéndome recordar que ella estaba saliendo con un tipo mayor, no recuerdo su nombre
  • Mejor sentémonos, que viene mi amiga – les muestro que Lucy venía con sus amigas

Al pasar nos dan una mirada despectiva, sonrío de lado, quiera o no, se tuvo que ir hace unos días por faltarme el respeto, así le seguirá pasando si sigue molestándome, me aburrí de aguantar los caprichos de los demás solo porque sí, ya no voy a poner la felicidad de los demás antes que la mía.

Las clases pasaban lentas para mí, ya quería salir e irme al cumpleaños, cuando finalmente terminaron, me despedí lo más rápido que podía y me fui corriendo a la casa de mi abuela, al llegar me metí a la ducha, me bañé lo mejor que pude, necesitaba verme bien hoy, no porque vaya a ver a Ian, si no porque necesito sentirme segura de mí misma, sentirme linda, valorada.

Cubierta con una toalla fui a mi habitación, busqué la ropa que más me gustaba y con la que me sentía cómoda, me la puse, estaba feliz, me sentía linda, me puse un poco de mascara para pestañas y labial, me miré al espejo y me gustó lo que vi.

Bajé las escaleras de la casa en busca de mi primo Sam, pregunté por él y la abuela me dijo que estaba bañándose, que debería esperarlo un rato, asentí, me daría tiempo a ver mis redes sociales un rato, mientras revisaba mis notificaciones de Facebook vi que me habían etiquetado en una foto, vi la foto, éramos mis amigas y yo en clases, riéndonos , abajo decía “Las hienas riéndose de su estupidez”, bufé, el usuario era “Confesiones de una colegiala”, era tan obvio quien era la autora de esa publicación, ni siquiera se tomó el tiempo de cambiar de lugar para sacar dicha foto.

“Prefiero ser feliz en mi “estupidez” que una ignorante tras un usuario anónimo” comenté y etiqueté a mis amigas, ella no se hicieron esperar, comenzaron a comentar y a etiquetar a más personas, todos comentaban contra el usuario tras “Confesiones de una colegiala”, creo que a alguien le salió mala su “bromita”.

  • Ya estoy listo – escucho decir a mi primo que se levanta delante de mí – vamos a ese cumpleaños
  • Vamos – me levanto con una sonrisa en la cara – Mía también va – digo mirando la puerta de la habitación de mi prima
  • Sí – me mira de pies a cabeza – que guapa te ves – sonríe de lado – hoy tendré que ponerme en modo protector al parecer – besa mi frente – ve a ver si Mía está lista y nos vamos
  • Bueno – sonrío y voy a tocar la puerta, escucho un “ya estoy lista, voy en seguida” y regreso con Sam – dice que ya viene




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