Devuélveme el corazón

Capítulo 9:

Narra Sally:

No puedo explicar lo bien que lo pasé esa noche a su lado, tener a alguien como él a mi lado me da las fuerzas para seguir adelante, estar lejos de mi familia se siente un poco menos doloroso, lo único malo de la noche es que descubrí de una mala forma que mi prima no ve con buenos ojos mi relación con Ian, en medio de mi felicidad podía ver cómo nos miraba con odio, la entiendo, es mi prima y no quiere que nada malo me pase.

De camino de regreso a la casa de mi abuela me voy sentada junto a Ian en su jeep, cada tanto me mira y sonríe, siento que mi rostro se ilumina cuando me ve, al llegar a la calle de la casa, se estaciona y veo que mis primos se bajan del auto de atrás, lo miro sonriendo y me da un fugaz beso.

  • Descansa mi princesa – me muestra su móvil – si me necesitas, estoy a un llamado
  • Gracias – sonrío amplio – también descansa – beso su mejilla y él toma mi mejilla y me besa en los labios, me da un beso tan delicado, que siento que estoy en mi lugar seguro en el mundo – nos vemos – me sonríe y asiento bajándome del Jeep, mis primos me esperan para caminar.

Veo que su vehículo se aleja, camino junto a mis primos hasta llegar a la casa de la abuela, nadie dice nada, solo cruzo miradas con Sam y sonreímos, por alguna razón, sentía que había hecho algo malo al haber tenido ese momento de felicidad al lado de Ian.

  • Buenas noches chicas – nos dice Sam al llegar a la casa – me iré a dormir, nos vemos mañana
  • Nos vemos – le sonrío amplio - ¿vamos a dormir? – miro a Mía
  • Claro – dice seria, más seria de lo que me gustaría

Camino a mi habitación y veo que Mía me sigue, supongo que quiere dormir conmigo, al llegar busco mi pijama y veo que ella saca uno de los míos, nos acostamos y sé que va a querer conversar.

  • Lo pasaste bien hoy – me mira entre las sombras
  • Si – digo dudosa, no sabía si me había visto besándome con Ian – lo pasé bien y tú, ¿cómo lo pasaste?
  • En parte bien y en parte horrible – me dice sincera, sus ojos se ven tristes
  • ¿Por qué?, ¿qué sucedió? – me preocupa verla así
  • ¿En serio no lo sabes Sally? – se limpia una lágrima se cae por su mejilla – sabías que el Turco me ha gustado desde siempre
  • Pero eso ¿qué tiene que ver conmigo? – la miro sin entender – yo solo estuve con ustedes y con Ian en la fiesta – pienso – ¿andaba el turco que siempre te ha gustado en la fiesta?, ¿por qué no me dijiste?, así por fin lo hubiera conocido.
  • Sally – sus ojos ya están completamente llenos de lágrimas – Ian es el Turco, mi Ian, el que tú estabas besando
  • No puedes estar hablando en serio Mía – niego y un dolor insoportable comienza a apoderarse de mi pecho – dime que es mentira por favor – digo en un sollozo – pero ¿por qué no me lo dijiste antes? – la miro esperando una explicación, tenía que ser una broma – Mía… lo siento, de verdad lo siento
  • Sally – me mira a los ojos – no te creo nada, todos saben que Ian es el Turco
  • Yo no lo sabía – sollozo – te lo prometo, no sabía que Ian era el hombre que siempre te ha gustado, te lo juro
  • No te creo – se gira en la cama – solo quieres hacerme daño – siento un sollozo – maldigo el día que creí que íbamos a ser como hermanas hasta el último de nuestros días, maldigo el día en que creciste y te hiciste mujer
  • Mía – mis ojos estaban cubiertos de lágrimas, mi amiga, prima y hermana me estaba maldiciendo por algo que yo ignoraba, no lo puedo creer.

Suena mi móvil anunciando un mensaje, lo tomo y lo voy a desbloquear.

  • Seguro es Ian – gruñe Mía
  • Si – digo en un hilo de voz, me había enviado un hermoso mensaje: “Buenas noches mi princesa, espero poder verte pronto, mañana si es posible, ahora que sé que sientes algo por mí, siento que nada ni nadie me detendrá, dulces sueños mi princesa” – lo siento – susurro, de verdad lo siento.

El sentimiento que ya crecía en mí me hacía pensar en mil formas de seguir adelante, pero siempre a su lado, ¿qué había cambiado en mí?, ¿por qué no podía pensar en los sentimientos de mi prima?, a ella le ha gustado por años y a mí que me gusta hace unas semanas, se me ha dado todo, siento que en parte es injusto, pero no es mi culpa, no puedo ordenar al corazón lo que debe sentir, le quiero y mucho.

  • Si de verdad lo sientes, aléjate de él – dice y se levanta de la cama, camina a la puerta marchándose de la habitación

Respondo el mensaje con un “Espero lo mismo, besos”.

Narra Ian:

Al conducir a casa no puedo aguantar la emoción de haber podido pasar un momento tan íntimo con Sally, besar sus labios superó todas mis expectativas del día, son mejores de lo que podía imaginar, suaves, dulces, la alegría me puede, siento que no hay nada que pueda arruinar un momento así.

Al otro día:

Narra Sally:

Al despertar veo la hora, son las 07:00 hrs en punto, comienzo a girar en la cama hasta que escucho que mi abuela ya se levantó y toca mi puerta.

  • Ya voy – le digo quitando los cobertores – ya estoy despierta
  • Arriba hija – me contesta y escucho sus pasos a la cocina, me levanto y camino al baño, me doy una ducha y me preparo para ir al colegio.
  • Toma café antes de salir, no es bueno salir sin desayuno – me ofrece una taza
  • Gracias abuelita – la tomo y la preparo para beber un poco de café
  • ¿cómo te fue anoche con tus primos? – me mira mientras prepara su mate
  • Bien – medio sonrío, aunque el problema con Mía, sé que va a tener consecuencias – lo pasé muy bien, estuvo todo genial
  • Qué bueno hija – me sonríe y comienza a beber de su mate – hoy prepararé tu postre favorito para la tarde
  • ¿Milcaos? – mis ojos se abren a tope, amo ese postre – te amo más cada día – la abrazo y beso su carita – no sé qué va a ser de mí el día que me faltes
  • También te amo mi guagüita – me besa mi cara – nunca te voy a dejar solita
  • Gracias Abu – sonrío amplio y termino de comer mi desayuno, beso su cara y corro a la puerta – nos vemos en la tarde, besos.




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