Capítulo 13:
Al llegar a casa saludo a mi abuela y le entrego los regalos que le enviaron junto con los saludos de toda la familia, luego me voy a mi habitación a sacar mi ropa limpia que mi madre se empeñó en lavar, acomodo todo, le escribo un mensaje a mi madre para que sepa que ya estoy en casa y luego me recuesto en mi cama, mirando el techo no puedo dejar de pensar, quiero hablarle, llamarle o dejarle un mensaje, pero no sé qué decir.
Mi abuela me llama a comer, pero no quiero ir, no siento apetito, en realidad no quiero nada, pero tampoco puedo ignorar a mi abuela, así que logro levantarme de la cama y camino a la cocina, al llegar me sorprendo al ver a Ian ahí con ella
- Este joven te estaba buscando hija – mi abuela me sonríe
- Hola Sally – dice Ian y se acerca para abrazarme, comienzo a sollozar – perdóname mi amor, sé que soy un idiota, debí llamarte
- Iré a ver algo afuera – dice mi abuela saliendo de la cocina
- Solo desapareciste Ian – me alejo para mirarlo – creía que ya no me querías
- Claro que te quiero mi bombón precioso – me besa los labios varias veces – es solo que sucedieron cosas que estaban fuera de mi control
- Está bien – sonrío – solo no lo vuelvas a hacer
- Claro que no mi amor – me abraza nuevamente – ahora eres la prioridad en mi vida, hablé con mi madre para que deje de lanzar comentarios desagradables cuando esté contigo, ella sabe que entre Maira y yo ya no sucede nada.
- Me alegra y tranquiliza saber que soy yo a quien quieres – suspiro dejando que su perfume ingrese por mis fosas nasales – hueles exquisito
- Gracias mi amor – besa mi frente – me gusta oler rico para ti
- Te adoro – sonrío mirándolo – nunca me dejes Ian
- Claro que nunca te dejaré Sally – sonríe amplio – ahora mi hijo y tú son todo en mi vida
- Dan es la cosita más linda – sonrío recordando su hermosa sonrisa – se parece bastante a ti, aunque tiene los ojos de Maira, es precioso
- Así es – asiente – su cabello también es de Maira, bastante más claro que el mío
- Si – río – es una hermosa mezcla de ustedes dos – me detengo – me encantaría tener un hijo con tus ojos – siento que se tensa bajo mis brazos – solo estoy bromeando
- Sería más bello si se parece a ti – sonríe, pero noto que mi comentario le molestó
- En serio solo estaba bromeando Ian – me alejo leve y él asiente
- Tomemos café niños – dice mi abuela apareciendo por la puerta y nosotros nos alejamos – al final fui a comprar queso y jamón – dice mostrando las bolsas que cuelgan de su brazo
- Yo preparo la mesa – digo mientras le sonrío a mi amada abuela – usted siéntese abuelita
- Bueno hija – dice sentándose
- Yo te ayudo – dice Ian comenzando a caminar por la cocina – pero no sé dónde está el café, azúcar y esas cosas
- En aquel mueble hijo – dice mi abuela apuntando la parte inferior de un mueble – en la primera puerta
- Gracias – dice Ian y busca lo que necesita, las pone en la mesa mientras yo pongo las tazas en cada lugar
Así tomamos café con mi abuela y pasamos una agradable tarde, los días siguientes fueron parecidos, iba al colegio y en la tarde Ian pasaba por mí para ir a casa y tomar café con mi abuela, ella a veces dejaba que Ian entrara a mi habitación, allí podíamos estar más cómodos, darnos besos y caricias más íntimas, pero nunca pasamos cierto límite.
Un viernes después de clases mi abuela nos dejó solos, debía viajar a unas horas de distancia, debía revisar junto a sus hermanos unos trámites sobre unas tierras, no lograría regresar el mismo día, así que dormiría sola o eso creía, ya que en un arranque de valentía invité a Ian a dormir en casa conmigo, sabía lo que aquello significaba, pero estaba segura de que quería todo con él, quería ser suya en cuerpo y alma.
Los nervios me superaban, miraba el reloj, no sé si era por cómo me sentía, pero el reloj parecía estar pegado en la misma hora, ya me había bañado tres veces en la misma tarde, cuando eran las 20:00 hrs sonó el timbre, al abrir ahí estaba mi príncipe, lo abrace y sentí su maravillosa fragancia.
- Hola bonita – besó corto mis labios – se me hizo un poco tarde, tuve que ir a dejar a Dan con su mamá
- Está bien, no hay problema – sonrío y tomo su mano para que entre a la casa – vamos – entramos
- Realmente estás sola – mira alrededor – no creí que fuera cierto cuando me lo dijiste
- Pero era verdad – digo con un repentino sonrojo tiñendo mis mejillas – quería que pasaras un rato conmigo – trato de sonar lo menos nerviosa que puedo
- Yo feliz mi amor – dice sonriendo mientras me abraza y besa corto mis labios – me encanta estar contigo mi ángel
- Y a mí me encanta estar a tu lado – le doy varios besos cortos – quiero todo contigo Ian
- Y yo contigo Sally – besa mis labios mientras acaricia mi mejilla, se aleja sonriendo – no estés nerviosa, no haremos nada que no quieras
- Lo notaste – sonrío nerviosa – es que me encantas Ian y no quiero que pienses que soy una mojigata
- Claro que no voy a pensar eso mi amor – besa su manos – eres la mujer más perfecta que mis ojos han visto y nada de lo que hagas va a manchar esa imagen que tengo de ti
- Te adoro – beso sus labios y profundizo poniendo mis brazos alrededor de su cuello, él acaricia mi espalda con la yema de sus dedos.