Narra Sally:
Los próximos días son increíbles, salimos junto a Ian, vamos al mirador, vamos a comer, salimos de paseo, me siento feliz a su lado, tenemos citas románticas, vamos a la playa, es un sueño todo esto, siento que nada puede ser más perfecto que esto. Pero en el interior siento que algo pasa, tiene actitudes extrañas, a veces lo llaman y no quiere contestar o cuando contesta no quiere que yo escuche sus conversaciones, algo huele extraño, espero sólo sea mi paranoia y no que realmente esté pasando algo de lo que no me estoy dando cuenta.
Las clases han ido sin muchas novedades, Yarela sigue con su novio, de a poco hemos ido perdiendo el contacto, el estar con Ian en parte me aleja de mis amigas, solo Caterin ha estado más cercana a mí, me ayuda cuando olvido alguna prueba, me envía mensajes de texto los días que tendremos trabajos grupales, es un amor de amiga, pero siempre me dice que tenga cuidado, que Ian no se ve como una persona confiable y a veces temo que tenga razón.
Luego de casi 3 meses de salidas con Ian he descubierto que no podré vivir sin él, que los días que no lo veo siento que me falta el aire, mis temores sigue creciendo cada vez que su teléfono suena, porque estoy notando que poco a poco se está alejando de mí y no sé cómo retenerlo a mi lado.
Un día a finales de Octubre…
Caminábamos por la orilla del mar cuando siento que su agarre se tensa, al mirar en la dirección que ve, veo a Dan corriendo con sus bracitos abiertos, tras él viene Maira y la madre de Ian.
Me fui, di la vuelta mientras ellos seguían discutiendo, ya no quería eso, todo me había quedado claro, Ian no los había dejado, no importaba lo que pasara entre nosotros, su corazón siempre pertenecería a su familia, lo supe desde el principio, pero no quería verlo, no quería reconocer que el hombre que tenía frente a mí era un tipo sin valor, que solo buscaba su propio placer.
Pasaron los días y no le hablé, decidí que sería lo mejor, él tampoco me buscó, no me dio una explicación de nada, mis días se volvieron sombríos, demasiado opacos para vivirlos, me sentía frustrada, hasta que el día de nuestra graduación, después de la ceremonia lo vi, ahí, parado frente a su auto con un ramo de flores, cualquier mujer con un poco de amor propio se hubiera ido, pero todos esos sentimientos que creí muertos, regresaron, volví a sentir esas mariposas de anticipación, se acercó y yo fui incapaz de alejarme.
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Editado: 09.11.2024