Devuélveme el corazón

Capítulo 22:

Caminamos de regreso a casa, miro a Paul y no entiendo lo que quiere, es un hombre soltero y libre, no necesita estar a mi lado.

  • Soy tu amigo Sally – me dice como si leyera mi mente – no pienso que exista un mejor lugar para estar, que aquí, apoyando a mi amiga, la que me quiere a pesar de que he sido un pésimo amigo
  • No digas eso Paul – acaricio leve su brazo – nuestra amistad está por encima de todo
  • Gracias por dejarme estar a tu lado – me ofrece su brazo y lo tomo – desde ahora seré tu sombra
  • Bobo – río por su ocurrencia – espero que no cumplas esa amenaza
  • No es una amenaza – ríe – solo que te estaré cuidando todo el tiempo que pueda
  • Está bien – sonrío y así caminamos hasta casa, al llegar le envío un texto a Caterin para avisar que ya llegué, le prometí avisarle y debo cumplir, porque sé que es capaz de venir a casa y asegurarse que llegué si no lo envío el mensaje.

Ya en casa Paul me ayuda a ordenar un poco, mis padres se irán en un par de días y queremos dejar todo limpio, yo me quiero mudar a una nueva casa, en un pueblo cercano, quiero alejarme un poco de éste lugar.

Varios días después:

Luego de dejar a mi familia en el terminal de buses, Paul me acompaña al pueblito al que me quiero mudar, miramos varias casas en arriendo y otras en venta, algunas son muy hermosas, pero quiero una con un gran patio, para que Theo pueda jugar en el patio, pediré un préstamo, así que creo que lo mejor sería comprar de inmediato una casa, mi lógica dice que arrendar una casa conlleva más gastos.

Me llama mucho la atención una casita que queda frente a un parque, es de un piso y medio, quiero dejar la parte de arriba para cuando Theo quiera tener su propio espacio, pueda usar ese lugar, tiene varios cuartos en el primer piso, le falta un poco de cuidados, pero es encantadora, tiene un patio amplio, unos rosales adornan el perímetro del terreno, necesitan un poco de cuidados, pero siento que todo es muy hermoso, puedo imaginar nuestra nueva vida aquí.

Después de unas semanas todos los trámites están listos y puedo mudarme a mi nuevo hogar o por lo menos comenzar la renovación de la casa.

El sol de la tarde se filtraba a través de las ventanas de la nueva casa, iluminando las paredes que aún conservaban el eco de las risas de sus antiguos habitantes. Con una mano en mi barriguita ya prominente, observo el espacio con una mezcla de emoción y nerviosismo. Era un lienzo en blanco, un nuevo comienzo que tanto necesito.

Paul está a mi lado, con una sonrisa amplia que contagiaba optimismo.

  • Imagina la habitación de Theo – dijo, moviendo las manos como si pintara un cuadro en el aire – Podemos poner una cuna blanca, con esos móviles de estrellas que giran y unas paredes en tonos suaves, quizás un azul o un verde menta, asiento, mi mente llenándose de imágenes.
  • Sí, y unos estantes para libros – apunto una esquina de la habitación – Quiero leerle cuentos desde que sea un bebé – respondo con la voz iluminada por la esperanza.
  • Todo esto es solo el principio – acaricia mi brazo – vamos a crear un hogar lleno de amor para él

Mientras recorríamos las habitaciones, comencé a soñar despierta con los momentos que viviríamos aquí: las noches de desvelo, las risas durante las comidas y las mañanas suaves llenas de luz, de alguna forma me siento segura con Paul a mi lado, su apoyo incondicional era como un abrazo cálido en medio del caos que está sucediendo fuera de aquí.

Ambos comenzamos a hacer una lista de cosas que necesitamos para renovar totalmente la nueva casa, nuestra casa, donde Theo va a crecer rodeado de amor, de mis amigos y familiares.

  • Primero, la habitación de Theo – dijo Paul, apuntando en su teléfono – Luego, podemos ir a comprar un montón de pañales y ropita – comienza a caminar por la casa – No olvidemos el carrito de bebé. ¡Oh! Y una mecedora, para esas noches de insomnio – añadió, mientras su entusiasmo era contagioso – en la esquina del living podemos poner su cuna de la siesta del medio día
  • Me parece una idea increíble – sonrío amplio – podemos pintar las paredes de la cocina de un tono claro, para que se ilumine un poco más
  • Claro – mira todo con ilusión – el comedor igual, la casa completa debe quedar muy iluminada
  • Entonces vámonos de compras – le digo contagiada de energía, la búsqueda de todo fue muy surrealista, la conexión que existía en la elección de los colores, de todo lo que va a componer nuestro hogar, pero lejos lo más especial fue elección de la ropa para Theo, fue un momento especialmente tierno. En una tienda cercana, comencé a recorrer los estantes repletos de diminutas prendas – Mira esto, Paul – digo, sosteniendo un pequeño body con un estampado de nubes – Es perfecto – Paul se acercó, sonriendo al ver la luz en mis ojos.
  • Todo lo que elija será perfecto, porque lo eligieron ustedes – dice, colocando una mano en mi espalda.

Cada pequeño detalle, desde la elección de la pintura hasta la compra de cada prenda, se sentía como un paso hacia la curación. En ése preciso momento me di cuenta de que no solo estaba preparando la llegada de mi hijo, sino también sanando las heridas del pasado. Con cada rayo de sol que iluminaba mi nueva vida, la oscuridad se desvanecía un poco más.




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