Devuélveme mis zapatos

C U A T R O

 

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Con orgullo, Daniel observó su teléfono. Se había despertado cinco minutos antes de que sonara la alarma.

Se estiró antes de bajar de la cama y, al pisar, sintió un dolor recorriéndole la pierna. Por un segundo había olvidado el tobillo lastimado y aquella dolencia sólo le confirmó que todo lo que había pasado no se trataba de un sueño, sin embargo, estaba demasiado agotado como para asustarse de nuevo.

Fue hasta la jaula del pequeño y regordete hámster sumido en el sueño. Como su pelaje salía de los huecos, él no pudo aguantar la tentación de acariciarlo un poco. A pesar de que era un malhablado, también era muy suavecito. No pudo detenerse hasta que el pequeño despertó.

—¿Por qué molestas tan temprano? —refunfuñó mientras se apartaba.

—Buenos días a ti también.

—¿Qué quieres? Sabes que odio que me hagan madrugar.

—¡Pero si ya son más de las nueve! —exclamó Daniel, impresionado.

—Ahora resulta que eres madrugadora —se mofó el roedor—. Bueno, aprovechando que me despertaste, dame algo para comer, muero de hambre.

El chico dudaba que fuera cierto, pues el pobre era una bola a punto de reventar.

—¿A qué hora desayunas?

—¿Por qué me preguntas eso si ya lo sabes? Cada vez que despierto. —Con sigilo se acercó y olfateó la mano del muchacho—. Hoy estás muy rara, Daniela. ¿Ya amarraste al tal Bastián o qué?

Daniel frunció las cejas, confundido.

—¿Qué? ¿Amarrar a Bas…? —Meneó la cabeza—. Olvídalo. Ni siquiera sé por qué estoy hablando contigo.

—Entonces te rechazó —sentenció el animalito—. No te preocupes, la vida continúa. —Hizo una pausa—. Ahora que te di una enseñanza de vida me merezco una ración doble de comida, ¿no?

—¿Estás seguro? —inquirió con precaución—. A este paso, si sigues comiendo raciones dobles vas a morir de un ataque al corazón.

—No me importaría morir comiendo —se limitó a decir.

—Estás loco.

Daniel sonrió antes de girarse y encontrarse con la puerta de la habitación abierta, y al pequeño Esteban mirándolo impresionado.

—¿Estás hablando con Mantequilla?

Él apretó los labios y negó con rapidez.

—No, no… No lo hacía.

Esteban sonrió traviesamente antes de salir corriendo escaleras abajo y gritar a todo pulmón:

—¡Mamá, tía Da está hablando con Mantequilla!

Daniel abrió los ojos de par en par y salió corriendo, mientras trataba de ignorar las punzadas en su tobillo. Sólo hasta que bajó dos escaleras en un solo paso se dio cuenta de las consecuencias y pegó un grito.

—¡Daniela! —exclamó Jackie, asomándose desde el comedor—. ¿Estás loca?

—Eso mismo le dijo a Mantequilla —acusó Esteban.

—P-Perdón —terció él entre quejidos, incapaz de cubrir la boca del niño.

—¿Qué te pasa? —espetó la mujer y lo ayudó a mantenerse de pie—. Desde ayer has actuado muy extraño.

El muchacho decidió no responder a ello y se encaminó al comedor. Una vez estuvo sentado, la joven mujer examinó su pie, meneó la cabeza y le dio un leve golpecito que le dolió como si un auto le pasara encima.

—Ahora te aguantas —le reprendió ella—. Iré a despertar a papá, no empieces sin nosotros.

Él observó su plato lleno de lentejas y arroz. Tenía una apariencia tan sosa que no pudo evitar fruncir el ceño. Se fijó en el resto de platillos que tenían huevo con jamón y sintió cómo su estómago rugía.

—¿Ya te sientes mejor? —Se sobresaltó cuando escuchó la voz del señor Noé resonar en el comedor.

—Eh…

—Tú dirás —lo interrumpió Jackie—. Ya anda saltando de un lado para otro.

El padre de Astrid lo miró con una ceja enarcada y Daniel se encogió de hombros.

—E-Es que lo olvidé —intentó justificarse.

Noé chasqueó la lengua en respuesta.

—Cuando llegue del trabajo te doy otro masaje, ¿vale? —le prometió Jackie y él asintió acompañado de un tenue rubor en las mejillas.

Aguelito —Manuel jaló la manga del suéter del leñador. Parecía estar adormilado—, ¿por qué la tía Da habla con Mantequilla?

Daniel apretó los ojos. Justo cuando pensó que ese tema había pasado al olvido, lo volvían a ventilar. Se esforzó por tranquilizar sus nervios y tomó la cuchara con cuidado.



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En el texto hay: fantasia, fantasia misterio y romance amistad

Editado: 24.03.2022

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