Diario de Jocelyn

Quedarse Sola

Algo a lo que la gente le teme tanto.
¿Pero qué es en verdad la soledad?

Según Google, la soledad es la carencia voluntaria o involuntaria de compañía. ¿Por qué el ser humano le teme tanto a eso? Bueno, naturalmente somos seres sociales y necesitamos la compañía de otros para sobrevivir.

Pero cuando hablamos de soledad en el contexto de después de una relación, bueno... a la gente le da miedo.
¿Pero por qué?

Para mí, son diversos motivos… o al menos, para mí lo fueron.

Cuando comienzas una relación, inconscientemente creas una rutina que poco a poco te vas acostumbrando. Por ejemplo, algo muy pequeño: los buenos días, las buenas noches, esperar con ansias el fin de semana para salir con esa persona. Pero cuando esa relación termina, lo que más duele no es que haya terminado, sino que ya no hay buenos días, ya no hay buenas noches, ya no hay salidas, ya no hay "te amo". Esas pequeñas cosas que alegraban tu día desaparecen.
Desacostumbrarse a eso es el verdadero reto.

Muchas personas lo sustituyen con otra persona para que el dolor no sea tanto. Pero en realidad, no estás aprendiendo la lección como tal.

Después de terminar la relación, lo más duro eran las mañanas.
La primera cosa que hacía era revisar mi celular, ver ese mensaje de “buenos días” con un bonito sticker.
Y después de terminar… Yo tomaba mi celular por la mañana y no había nada más que la notificación del clima.

Es duro. Es como un golpe de realidad, recordándote cada mañana que ya no estás con esa persona.

Luego de la mañana, continuaba con mi día. Estaba en mis últimos meses del semestre, así que tenía que continuar. Recuerdo que esos meses mi celular parecía un accesorio; no lo usaba para nada. Solo me llegaban notificaciones del grupo de la prepa. Ya no tenía nada que contestar. Si recibía mensajes, eran de mi mamá. Ese impacto me tomó mucho tiempo aceptarlo.

No les miento, revisaba mi cel cada hora, esperando tener un mensaje de él.
Los primeros días tenía esperanza…
Luego pasaron semanas y ahí supe que ya no iba a volver.

Así que decidí continuar.
Me despertaba, apagaba mi alarma, me ponía el uniforme, salía a tomar el camión, llegaba y me iba con mi grupo de amigas. Salía de la prepa, volvía a tomar el camión y me dormía todo el camino… porque ni siquiera quería escuchar música. Toda mi playlist me hacía acordarme de él. Así que prefería dormir.

Llegaba a mi casa, me cambiaba, hacía tarea o dormía, comía, veía la tele, me bañaba… y listo. Otro día terminado.

No les miento, también tuve demasiadas caídas.
Había semanas en las que no lloraba nada, y sentía que era un gran avance.
Y luego me decían que él ya tenía otra relación… y volvía a caer.

Y da coraje, en serio, porque te cuestionas diciendo:
"¿Apenas pasó un mes y ya tiene otra?"
Y te lo juro, lo dices con rabia.

Y luego lo acepté.
Pues yo ya no formaba parte de su vida desde hace mucho.
Y continué con mi rutina.

A lo que voy es que quedarse sola es para personas valientes, que están decididas a tomar el cambio de su vida. Porque no es fácil soltar aquella rutina que te hacía sonreír cada mañana, o irte a dormir con esos "buenas noches" largos y bonitos.

Se convierten en mañanas solas, en noches de insomnio, en preguntas sin respuesta.
Y sí, lo viví.
Y no es un proceso lineal, y eso me consta demasiado.
Pero no es algo que no se pueda superar.

Como dijo Heráclito:
“Nada dura excepto el cambio.”

Quedarse sola no está mal. Al contrario: puedes conocer partes de ti que ni siquiera sabías.
Yo descubrí que me encanta escribir —como lo hago ahorita— o que me encanta la moda.

También te hace ver todo lo que estaba mal en la relación:
Las acciones que, cuando las ves desde otra perspectiva, dices:
“¿Cómo aguanté eso?” “¿Por qué perdoné eso?”

Pero también quedarse sola te hace más vulnerable, porque apenas estás conociendo a la persona que deberías haber sido desde un principio. Y no es fácil aceptar cambiar. Tal vez no todo de ti, pero sí algo.

La gente le teme al cambio.
Le teme a lo desconocido.
Le teme a algo que no puede ver, o a no ser aceptado.

Pero créeme que a veces quedarse sola es lo mejor que le puede pasar a uno mismo.
Quién sabe… tal vez puedas descubrir tu nuevo estilo o tu banda favorita.

Quedarse sola no está mal.
Quedarse y sentirse sola, sí lo es.

– Jocelyn




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