Diario de la chica que nadie ve.

Las peleas de mis padres.

Mi infancia no está hecha de recuerdos felices... Está hecha de gritos, silencios incómodos y lágrimas que aprendí a esconder.

Desde pequeña, las peleas de mis padres eran la banda sonora de mis días. Las discusiones entre mi papá y mi hermana... Eran como tormentas que nunca se iban. Yo solo trataba de ser buena, de sacar buenas notas, no porque me lo exigieran, sino porque en el fondo creía que si me esforzaba, tal vez... Mis padres serían un poco más felices.

Recuerdo los días en que mi mamá se iba de la casa, dejándonos con el corazón en la garganta. Y luego volvía... Pero yo la entendía porque ella solo buscaba su felicidad y un futuro mejor para nosotros, pero yo aún sabiendo eso seguía rota por dentro.

Mi papá siempre fue muy estricto con nosotras, demasiado. No podíamos hacer muchas cosas que otras niñas sí. Todo controlado, limitado... Como si vivir también fuera una regla que había que conseguir.

Yo crecí en medio de todo eso. Sin saber que era la paz en casa. Sin saber lo que era sentirse realmente libre, realmente vista, realmente amada... Sin condiciones.

Y aunque ya no soy esa niña pequeña, todavía cargo con las marcas de todo aquello.

A veces me cuesta confiar. A veces siento que tengo que esforzarme el doble para que alguien no se vaya.




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