Me miró a los ojos,
despejó el dolor y mi pesar,
se convirtió en mi amiga,
la admiré cada día más.
Me enamoré de la noche fría,
de su oscura soledad.
A las 6, sus pasos me seducían,
aceleraban mi corazón,
mis recorridos los hacía,
acompañado de su silencio seductor.
oh, si fuera mujer,
cuan hermosa y admirada sería,
por ti, un inspirado escritor.
Noche de mis amores,
¿de qué color serán tus ojos?,
tu compañía me hablaría al oído
un te amo decidido.
Noche,
tu belleza me ha convertido
en sublime admirador.