Capítulo 5.

Fueron pasando los días y Ana seguía siendo muy detallista con Alberto puesto que varias veces, cuando él salía del trabajo llegaba muy cansado con sed y hambre así que en varias ocasiones ella le llevaba comida. Eran cosas pequeñas pero para Alberto era muy valioso, cualquier mínimo detalle que viniera de ella para él iba a ser asombroso. Esto poco a poco fue enamorando a Alberto y Ana también comenzaba a sentir lo mismo por él. 

Una mañana Ana estaba en su casa, le comentó a Alberto que necesitaba unas plantas para hacer un remedio que estaba tomando diariamente y no podría conseguirlas. Alberto sin pensarlo se moviliza y se dirige a un lugar donde las vendían, las compra y de inmediato se va para la casa de ella, al llegar allí la sorprende con ésto y le dice que sacó un momentico de su tiempo para que no dejara de tomar su remedio. Fue algo muy normal para él pero para ella fue algo muy bonito de su parte, le agradeció mucho y le dijo que no esperaba que el hiciera eso, él respondió que no se preocupara y que preparara la planta.