Diario de una perdedora

Capitulo 7

Querido diario:

La luz del sol pega en mi cara, intento abrir los ojos, pero la luz es muy intensa, huele a medicina, cuando por fin puedo abrir bien los ojos, miro a mi alrededor y todo está blanco.

Se siente la nostalgia del hospital, no hay nadie, después de un rato alguien abre la puerta alzó la cabeza y me encuentro con…¿Basil?

—Oh…ya has despertado — dice sorprendido —¿ya te reviso un doctor?

Me pregunta y niego, sale de la habitación, pasan como tres minutos cuando vuelve a entrar, está vez viene con una enfermera y doctor.

El doctor me checa y después se va de la habitación dejándome sola con aquel chico.

—Como llegué aquí — susurro.

—Al parecer tuviste un colapso emocional, dijo el doctor que tuviste suerte de que solo haya sido un desmayo — lo miro y me sonríe.

—Y mis padres — le pregunto.

La verdad es que no lo quiero tener más, cada que el está cerca mi corazón late muy fuerte, siento como si me quisiera dar un infarto.

—Están en la cafetería con Hana — dice y lo miro confundida.

—¿Hana? — le pregunto el asiente.

Claro ahora recuerdo, la chica que parece Barbie, pero que hacen aquí los dos.

—Espero mi pregunta no te parezca grotesca pero…¿Qué hacen aquí?

—Verificando que estés bien, no te preocupes por Zac, el está suspendido una semana — dice tomando mi mano.

Mi corazón late más fuerte, me tapo la cara y empiezo a respirar fuerte, supongo que espante a Basil porque me empezó a preguntar que, que me pasaba y después salió gritándole al doctor.

El doctor vino y me regaño dijo que no debería tener emociones fuertes por ahora, aún estoy en recuperación, después de ese incidente entraron mis padres, aún recuerdo lo que escuche y siento una sensación extraña, aún no me dicen nada, supongo que esperan a que me recupere.

Ya pasaron dos semanas y todo sigue igual, Ben no viene a casa, pero si me recoge en la escuela y me lleva a comer, siempre lleva rosas blancas, mamá ha tratado de acercarse a mí más, Basil y Hana es lo mismo, aunque siempre huyó y me voy a los baños, Dana y Vera no han ido a la escuela y Zac pues no me ha molestado mucho más que solo me manda mensajes desagradables.

—Ya me voy a la escuela — le gritó a mamá desee la puerta

—Suerte princesa — me grita mi madre

Dijo que Ben que hoy no podrá acompañarme ya que estará muy ocupado, aunque mamá me dijo que tienen que hablar conmigo por lo cual a la hora de la salida pasarán por mi, supongo que es lo que escuche en el hospital.

Estoy tan centrada en mis pensamientos que no note cuando Basil empezó a caminar a mi lado, lo miro y él a mí, me regala una sonrisa y voltea al frente, supongo que estoy roja.

—Como te has sentido — dice después del silencio que había

—Ya mejor, aunque mamá dijo que me tienen que hacer más estudios — le digo encogiéndome de hombros

—Que harás en la tarde…Hana y yo iremos al cine, pero nos sobra un boleto — menciona y yo me detengo

—Y-yo — no tengo que decir nada, intento huir, pero Basil me toma del brazo

—Ya me estoy cansando de que siempre huyas — dice cerrando sus ojos por un momento

—Yo me canse hace mucho, sin embargo lo tengo que hacer para no salir lastimada de nuevo — digo y él abre sus ojos

—Que te hace pensar que te lastimare — me dice acercándose un poco más

—Nunca nadie ha querido ser mi amigo y ahora vienes tú y me confundes — digo con lágrimas en los ojos

—Que perdedora — dicen a mis espaldas

Ambos dirigimos la mirada a quien lo dijo y me encuentro con Dana y Zac.

—Vengo por mi chica — dice Zac con una sonrisa burlona

Se acerca a mi y me toma de la cintura jalándome con él, un miedo inexplicable se apodera de mí, volteó a ver a Basil y él solo suspira y nos da la vuelta, volteó a ver a Dana y ella solo se ríe y se va, Zac me toma de la muñeca arrastrándome con él.

Cuando llegamos atrás de los callejones antes de llegar a la escuela, el me da una bofetada y después me toma de la mandíbula.

—Eres una maldita víbora — me dice

—S-suéltame — le digo con los ojos llorosos

—Oh si no que — dice furioso

—Si no la sueltas esta será la última vez que podrás ver la luz del día — dice una voz femenina furiosa

Zac se empieza a reír y voltea, es Hana ¿Qué hace aquí?, Zac me suelta y se va directo con ella parece que le va a pegar, pero Hana es rápida al momento que le rompe una botella en la cabeza, este cae al suelo, Hana va rápidamente a mi lugar y me jala, salimos corriendo del callejón lo más rápido que podemos antes de que Zac se levante.

—Hijo de… solo se aprovecha de que sus papás tienen influencias y no le pueden hacer nada — dice pateando una piedra

—Dentro de poco cerrarán el portón de la escuela — le digo

En cuanto salimos del callejón empezamos a caminar en calle contraria de la escuela, tengo la cabeza agachada me da un poco de vergüenza que Hana siempre me esté defendiendo.

—No importa, no te pienso dejar sola — dice tomando del hombro — déjame ver esa herida

Después de que casi me obliga a curarme, me hace prometer que no huiré más de ella, por lo que entiendo ahora somos amigas y eso me aterra, no por ella si no por mi, no sé cómo o más bien no se que significa ese término.

—Como aventura de mejores amigas, hoy iremos por un helado — grita Hana sacándome una sonrisa

Después de la tormenta viene el arcoíris…




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