Diario de una perdedora

Capitulo 22

“Feliz cumpleaños a ti”

Terminan de cantar, me avientan contra el pastel, me limpio el pastel de toda la cara, mis padres se van para que podamos convivir ahora solo los “jóvenes”, Hana y Alondra se van al teléfono para poner canciones as movidas, en mi fiesta están algunas personas con las que llegue a convivir en el centro de salud, esta alondra, Hana y Basil.

—Ese vestido azul se te ve hermoso — se acerca Basil con una mirada coqueta

—Tu igual te ves guapo, amigo — recalco la última palabra y Basil solo ríe

Mi vestido es azul, me llega un poco arriba de la rodilla, tiene un escote v y es un poco pegado de abajo, realmente este vestido lo eligieron las chicas, según hoy tenía que ser la Reyna de la noche, “chicas locas”.

Bailamos, cantamos, simplemente disfrutamos la noche.

—Cuando me darás otra oportunidad — dice Basil

—Uhm…Basil yo…

—Necesitamos que la cumpleañera abra la puerta, ha llegado mi regalo — habla alondra por el micrófono

Frunzo el ceño y abro la puerta, primero veo el enorme ramo de rosas, lo tomo y miro a alondra con lágrimas en los ojos, cuando vuelvo la mirada al ramo me topo con esa mirada, esos hermosos ojos verdes, sonrió, él se me acerca y me da un pequeño beso en la mejilla.

—Vine a entregar mi regalo personalmente — susurra

—Todos nos están mirando — musito

Ambos sonreímos, escuchamos un carraspeo por el micrófono.

—Búsquense un hotel, pervertidos — gritan

—Bien sigamos con la fiesta — grita Kilian

Seguimos con los juegos de shots, verdad o reto, bailes de pareja, dejo a los demás jugando más uno y me voy a la cocina por un vaso de agua, me topo con Basil que está sentado con la cabeza recargada sobre la barra.

—Todo bien — le sonrió y el asiente, al parecer ya está ebrio

—De-debo irme — se para tambaleándose

—Te llevo a casa —intento acercarme, sin embargo, él se aleja

—No…ya entendí que ya perdí mi oportunidad y lo acepto, solo dame un poco de tiempo y volverá tu amigo — lagrimas recorren sus mejillas

—Basil…

—Lamento si te rompí el corazón — me abraza y después se va

Me deja con un sentimiento amargo, sin embargo, tiene razón, es mejor cuando ambos estemos tranquilos hablemos, regreso a la sala con los chicos, seguimos jugando juegos de mesa, algunos se han quedado dormidos en la sala, Kilian me lleva a mi habitación con los ojos tapados, cuando abre mi habitación y me encuentro con un hermoso cachorrito, lo cargo y ese me empieza a lamer, volteo a ver a Kilian, lo abrazo y le susurro un “gracias”.

—¡Feliz cumpleaños, cariño! — susurra — Un último regalo

Se arrodilla frente a mí, mi corazón empieza a latir demasiado fuerte.

—Desde que te conocí quede hechizado, supongo que eres algún tipo de bruja o me hiciste algún amarre — me rio — quiero decir, ¿Me dejarías ser tu novio?

Asiento, me abalanzo a sus brazos, después de ese abrazo tan acogedor nos sentamos en la cama.

—Y bien como llamaremos a nuestro hijo — le pregunto, mientras acaricio al perro

—Creo que se me acabaron los cigarrillos — bromeo y yo lo miro con la boca abierta

El perrito empieza aladrar, es un Shih Tzu negro, es muy hermoso, pienso en algún nombre ideal para este pequeñín, lo miro…

—Greki…así se llamará — digo sonriente, Kilian me mira con horro — Ni se te ocurra decir una palabra, abandona hogares

Le reclamo y este, suelta a reír.

Ya han paso unos días desde mi cumpleaños, lamentablemente Kilian se volvió a ir, aunque hablamos todo el tiempo, lo extraño, cuando las chicas se enteraron se volvieron locas a tal punto de crear una página web y empezar a subir contenido sobre nosotros, Basil…iré hablar con él, llego al café donde quedamos de vernos, tomo mi orden y espero a que llegue.

—Esperaste mucho — pregunta Basil tomando asiento

—No tiene mucho que llegue — pide un café negro

—Estoy saliendo con Kilian — digo, cierro los ojos por decir eso en vez de primero hablar

Basil me mira sorprendido, decepcionado, ríe por lo bajo y después vuelve la mirada a mí.

—Me alegro, espero sean felices — después de eso, fue un poco un incomodo

Lo único que hablamos fue sobre que seriamos amigos y nos pedimos disculpas, aunque note a Basil tenso, no quise empeorar más las cosas, terminamos con nuestros respectivos cafés y ambos nos marchamos, Basil me dejo en mi casa, prometió que volvería el Basil alegre, solo necesitaba tiempo, aunque me dio un poco de tristeza, me sentí aliviada, sé que todo volverá a la normalidad.




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