Días

Día 20

 

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VIERNES
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El solo verla aquella vez, esconderse en el instante en que nuestras pupilas se tocaron. Hizo que fuera impulsivo por primera vez en mi vida para acorralarla sin tener una prueba sumamente evidente y verídica con respecto a Zafiro y Rebeca.

Realmente no importaba si tenía unas cuantas pistas, esas suposiciones eran simplemente mías con la idea de querer relacionarlas, pero no significaban nada.

Fue una apuesta de riesgo mi acto, porque conseguiría dejarme en una posición de tonto por acusarla cuándo podría haber la pequeña posibilidad de que no esté conectada con nada. Y allí tiraría al traste la impresión normal que procuraba dejar en ella.

Sin embargo, tuve la dicha de acertar con mis palabras al momento de acercarme. Hasta ahora, todavía no logro entender cómo fui capaz de acortar una distancia poco común en mi sobre las chicas.

«¿Es este el instinto primitivo del hombre?».

Es ridículo el pensamiento, pero probablemente no está tan alejado de la realidad.

Nuestro encuentro al ser consciente de la verdad, ella sabiendo que lo sé y por mi parte sabiendo quién es la persona detrás de los mensajes fue... Normal.

Y no esperaba menos. En mi caso, desde el primer momento en que mi cabeza cupo la posibilidad de relación, comencé a mentalizarme. Y ahora veía los mensajes de otra manera, desde otra perspectiva si ponía en mente a quién le respondía.

Releer los textos con esa idea también ayudó a comprenderla. Y aunque en su tiempo creí que si conocía a la persona en algún momento, llegaría a tener cierta aversión con ella por la razón de molestarme los primeros días y su insistencia.

Ahora, puedo garantizar de primera mano los cambios volubles que representa al ser humano. No es que haya cambiado de opinión drásticamente, todavía tengo cierto prejuicio al respecto del atrevimiento que Rebeca ejecutó, lanzándose de chapuzón sin medir los peligros antes de realizarlo. No es como si ella hubiera hecho algo malo, pero sí puede ser algo temerario de su parte. 

Su propósito hubiera terminado en muchas formas negativas para ella; vergonzosa si fuera el tipo de persona que le haría pasar pena, mala imagen si al final descubría su identidad y corriera el rumor en la universidad. La sociedad logra ser una mierda si de chismes se tratara.

¿Crees que por estar en una universidad hallarás madurez? Encontrar eso aquí es como querer diamantes en una erupción volcánica, difícil, pero no imposible.  

Dejando aun lado todos los contras que pudieron haber sucedido, a lo que quiero llegar con el cambio voluble, es que ahora sí estoy dispuesto a darme y a ella la oportunidad de conocernos. Es decir, hasta cierto punto logré acostumbrarme a esos mensajes rutinarios y eran de alguna forma entretenidos. Y ya que no habrá ese impedimento de anonimato, podremos conocernos mejor en persona.

Rebeca todavía me debe una explicación más detallada del porqué recurrió a hacer algo como esto. No creo que solo sea porque esté atraída y sienta timidez de hablar conmigo, ¿verdad? Bueno, no descarto que sea viable. Cada persona es diferente indudablemente.

Es simplemente curioso cómo pueden abordar ciertas personas sus propios obstáculos.

Al cruzarme ese pensamiento, sonrío de una forma irónica y alboroto el cabello sobre mi frente. Retuve los hombros para que no se alzaran debido a las pequeñas risas que me atacaron. 

Es increíble como me adapté a la situación y lo asumí de buen modo. Y sé que todo se debe a ella, porque capturó mi atención, despertó mi interés y solo por eso la acepté. Me explico, realmente habría cortado toda esta situación que se presentó si no me hubiera fijado en ella aquel día en que la vi por primera vez en un parque hace tan solo unos meses.

Pero el detalle está en que en mi corazón nació el creciente deseo de saber más sobre su persona. Curiosidad de saber si no es sólo una carita bonita.

¿Esto es a lo que llaman atracción? Por supuesto que sí. Es innegable la atracción que sentí cuando la vi. Sentada en uno de aquellos bancos desgastados por los años, cautivada por el interminable cielo sobre nosotros. Me pareció la persona más bonita en ese momento, con una pequeña flor blanca haciendo un contraste con su cabello corto y su piel blanca. Ese día llevó un vestido ligero y floral de un largo hasta las rodillas.

Hizo que la admirara de lejos, como si un hechizo cayera sobre mí y no dejara que apartara la mirada. Cuando volví de mi ensoñación incrédulo, en un trote me alejé para alcanzar a Jack. Tenía pensamientos de que era hermosa, pero que no sería adecuado acercarme. Es decir, soy consciente de que tengo un rostro agraciado, pero no quita el hecho de que podía asustarla y ponerla en guardia por desconocer cuáles serían mis intenciones. 

En otras palabras, lo que tuve ese día lo asemejas a lo que sientes cuando ves a una persona de tu gusto en un autobús o sitio. Captura tu atención por unos segundos, piensas en ella quizás por unas horas y luego te olvidas.

Así sucedió conmigo, hasta que sorpresa. Fue como si hubiera desbloqueado un camino oculto, porque la comencé a ver en varias partes y momentos de la universidad.



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En el texto hay: amorjuvenil, universidad, mensajes

Editado: 31.08.2021

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