Días

Día 32 - Domingo

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Nathaniel me tiene sostenida por los hombros y mi brazo pasa por su cintura –inesperadamente estrecha, que envidia hombre–, mientras caminamos detrás de la pareja a una distancia considerable.

Aunque Olivia y Jack pensarían que nos alejamos para decir cursilerías o darnos mimos, en realidad lo hicimos para chismear entre nosotros.

—¿Tú también lo notas? —murmura Nath con la vista clavada en la espalda de nuestros amigos. Ellos también cuchicheaban entre sí.

Hago un pequeño puchero y asiento. —En la semana me hice la que no se da cuenta de nada porque teníamos los exámenes encima, pero era obvio que algo no estaba bien entre ellos.

Nath besa mi sien mientras dice en un tono de voz baja. —Ellos aparentan estar bien frente a nosotros, pero a veces se les escapa miradas cansadas. Sigo sin estar seguro si la razón es por ellos mismos u otra cosa que los aflija.

Asiento dándole la razón porque yo misma vi esa mirada en Olivia.

Entrelazo nuestros dedos con la mano que se halla en mi hombro cuando veo que lo pide silenciosamente en un gesto.

Eso es otra cosa, para mi sorpresa, bajo esa apariencia engañosa que tenía sobre Nath de ser alguien serio y apático. Rompió mis esquemas al ser una persona muy dada a la demostración, aunque lo era más en privado que en público, pero igual no desaprovechaba la oportunidad de darme uno que otro mimo cariñoso.

De eso me doy cuenta poco a poco desde que nos dimos nuestro primer beso.

Estoy curiosa si la razón de su personalidad es porque en su familia la demostración de cariño era algo natural como para que él lo hiciera sin rechistar o vacilar.

Pero puedo hacerme una idea de cuál sería la respuesta correcta gracias a lo que pasó él ayer con su mamá y lo que me ha estado contando de su familia.

De todas maneras, no me molesta que sea así, me encanta ese lado suyo porque también aceptaría con gusto mis muestras de cariño sin problema.

«Bien Rebeca, ya estás divagando sobre tu novio, hay que centrarnos».

—¿Te parece si averiguamos qué sucede? —sugiero, elevo la cabeza justo para verlo hacer una mueca.

—No sé si sea el momento, se supone que vinimos a tener una cita doble en el cine, y si hacemos eso, podríamos arruinar el ambiente.

Alzo los hombros sin querer darle mucha importancia y acaricio su mano con el pulgar.

—Es posible, pero no perdemos nada intentándolo. Ustedes hagan fila para la comida y nosotras haremos para las entradas, ahí aprovechamos y atacamos.

Nath suspira y sé que todavía no le agrada mucho el plan, pero termina asintiendo. Baja un poco la cabeza y me da un beso en la mejilla.

—No sé por qué presiento que me costará decirte no en un futuro.

Sonrío y arrugo la nariz. —Es porque soy adorable —me mofo de lo que suele decirme.

Nath se ríe y asiente efusivamente. —Sí, probablemente.

—Bien. —Deshago la unión de nuestras manos y me separo un poco de Nath, agarro los lentes de sol que tengo colgando en mi blusa y me los coloco. —A trabajar. —Camino con paso firme, dejando atrás las risitas de Nathaniel.

Alcanzo a la pareja de felicidad dudosa y engancho el brazo con mi mejor amiga, sorprendiéndola en el acto.

—Fuchi, fuchi, me la llevo a hacer fila. —Jalo de Olivia hasta hacerla separar de Jack. Fue fácil porque nadie puso resistencia. Agito con mi mano libre y señalo a Nath que ya está a la par con él. —Ve con mi italiano a hacer la fila para las cotufas y así hacen algo bueno por la patria. ¡Ciao! —Sacudo en despedida la mano sin mirar atrás y apresuro el paso arrastrando a Olivia, llegamos teniendo a quince personas por delante.

Cuando estamos ubicadas, miro a Olivia que tiene una ceja arqueada con una expresión llena de acusación.

—¿Qué? —pregunto inocentemente.

—¿Qué? —remeda con un tono más agudo y burlón. Se cruza de brazos y suspira. —Vamos, te conozco un poco para decir que quieres hablar de algo. De lo contrario, estarías disfrutando todo lo que puedas con la compañía de Nathaniel.

—¿Qué~? —Alargo la e de forma aguda y me quito los lentes, pero aclaro mi garganta cuando veo que fui atrapada. —Está bien, te alejé para hablar contigo. En realidad desde hace días he querido hacerlo. ¿Sucede algo entre Jack y tú?

Olivia cierra los ojos y masajea su frente. Alza la cabeza y me mira por varios segundos. —¿No pudiste aguantarte unos días más? —murmura porque hay gente delante y detrás de nosotras.

—Pude, pero no quise. Ya atrasé mucho mis preguntas, quiero saber qué pasa entre ustedes y te desahogues si no te sientes bien —murmuro de igual modo. Que no queremos oídos chismosos.

Olivia echa su cabeza hacia atrás y suspira, pero no sigue reprochando, más bien se ve dispuesta a hablar. —¿Somos obvios?

—De vez en cuando. Nath y yo notamos una atmósfera rara entre ustedes cuando están juntos.

La rubia asiente y une nuestros brazos para poder charlar más de cerca.



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En el texto hay: amorjuvenil, universidad, mensajes

Editado: 31.08.2021

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