Días de Alegría

13 de enero 2021

Escribiré esto de nuevo. 

Hace frío hoy, mi cuerpo se despierta tarde. Mi madre comienza su día haciendo ruido. El sonido me parece ensordecedor. 

Recojo mi teléfono del suelo, hay un mensaje. Paula, mi mejor amiga, me felicita por mi cumpleaños. La sorpresa sale unos momentos antes de ser devorada por la nada. Olvide mi cumpleaños, otra vez. Con este año ya suman tres. 

Escribí un mensaje de agradecimiento, ella pide disculpas por si la fecha es errónea, la consuelo diciendo que está bien. Comento que ha sido la primera en felicitarme, su emoción sale, luego se interrumpe diciendo que está ocupada y últimamente no recuerda las fechas importantes, la consuelo nuevamente. Menciono que ella me recordó que hoy era mi cumpleaños, envía un sticker de un perro triste. Dice que le alegra que seamos amigas, respondo que es bueno.

Me levanto de la cama y entro a la ducha, el agua es poco más.caliente de lo habitual, lo ignoro, comienzo a sentir punzadas en la piel. Mi madre entra a la habitación, comienza a cantar las canciones religiosas que tanto le gustan. Escucho el sonido por unos instantes, luego nada, sé que está hablándome, ríe, vuelve a decir cosas que no logro escuchar. 

Salgo de la ducha, comienzo a vestirme rápidamente, mamá pregunta algo, ríe, veo que espera una respuesta, sonrió. No se da cuenta. Continúa hablando. Le digo que Paula me felicitó, pregunta porqué, inmediatamente responde que olvidó mi cumpleaños, se disculpa. Le digo que no se preocupe yo también lo olvide. No dice nada más. Salgo a alimentar a los gatos, me extraña no escuchar maullidos de Frida, un enorme gato macho, se acerca tintinuando, hoy no está gritando exigente por su comida. Al contrario, restriega delicadamente su cabeza peluda y esponjosa en mi pierna, lo hace con mucho cuidado. Frida lo sabe. Luego se acerca Estrella, su pelaje negro brilla ligeramente, me mira. Ella tambien lo sabe. Solo lleno sus recipientes.

Dejo a los gatos comiendo, para salir a alimentar a mi perro. Sigue cómodo, olfatea un poco, despierta lentamente, se estira, bosteza, luego comienza a saltar de alegría. Me duele el pecho. Lo acaricio, se sienta, su pelaje blanco se ve esponjoso y suave. Lo dejo para que desayuné. 

Entro a la casa para tomar mis cosas, salgo de nuevo camino a mi trabajo. Hoy hace frío. Así que no hay personas para atender, hoy papá, mi jefe, no está otra vez. Me entretengo un rato. Recibo un mensaje, es Alex, mi novio. Está felicitándome por mi cumpleaños. Le agradezco. Reviso los archivos pendientes, no hay. Continuó curiosando encuentro una nota donde dice que hoy es el día mundial de la lucha contra la depresión, me río de mi misma. Luego la culpa comienza a instalarse en mi pecho. 

¿No sé supone que debería estar feliz y alegre? ¿Ni se supone que debería estar agradecida por vivir? 

Mi mente se inunda con todo tipo de preguntas, todo se detiene luego mis ojos comienzan a arder, el pecho duele mucho, el aire se siente pesado, lucho por respirar, no hay ruido afuera, comienzo a aterrarme al darme cuenta de lo que está sucediendo. Desesperadamente busco por mi escritorio, encuentro las tijeras y las saco del cajón de emergencia, apunto a mi pantorrilla izquierda. El dolor poco a poco se va abriendo camino por mi mente. 

Intento calmarme repitiendo las mismas frases una y otra vez...esta bien no estar feliz todo el tiempo, está bien sentirse triste, está bien no estar alegre, estoy enferma, estoy enferma y está bien, estoy enferma y es normal, estoy enferma y es normal, estoy enferma, estoy enferma, estoy enferma, estoy enferma, estoy enferma...

Frente a mi una mujer se va acercando a la entrada de la oficina. Entra, pregunta sobre el horario de atención, respondo mecánicamente, luego pregunta otra cosa, mi mente se hace cargo y pone a mi cuerpo a trabajar automáticamente. Desaparezco. 

Despierto sentada en la cama, parpadeo. Esto es nuevo,no había pasado en el trabajo. Voy al baño, miro mi cara, está bien. No hay de qué preocuparse. Mamá entra en la habitación, pregunta si ya comí. Digo que no tengo apetito, pregunta si estoy enojada. Pregunto si harán algo mañana, dice que sí, una comida para celebrar mi nacimiento, a las 4, menciona que Alex lo sabe. 

Salgo del baño, tomo mi teléfono. Alex me envió mensajes, respondo si va a quedarse dos días en mi casa, dice que no, le digo que entonces venga mañana y no hoy como me había comentado. Dice que está bien. Le comento el dato nuevo sobre hoy, él contesta  "Ay mi vida", su lamento me molesta, no digo nada. Digo que es irónico, vuelve a lamentarse, me molesta otra vez, dice que es realmente curioso. 

Desvió la conversación antes de enfurecerme, dudo un momento pero le confieso que me duele todo el cuerpo, dice que descanse no sin antes comer, digo que no tengo apetito, dice que está bien. 

Horas después despierto de nuevo, pregunto por mi hermana mayor, me contesta que está en su trabajo, mi sobrina me pregunta si va a venir su madre, respondo sarcásticamente, me regaño al instante. Mi madre está llamándome para comer, pregunta si me duele el estómago, respondo que no. 

Me mira, ahora sé que lo sabe pero no lo menciona.  Duda. Me mira de nuevo, no dice nada. Como un poco, lo suficiente para no preocuparla. Comenta sobre su día, respondo apenas. Dice que estoy triste, le digo que no, que estoy deprimida. Pregunta porqué, no sé qué decir primero, dudo, ni siquiera sé porqué comenzó, saco lo primero que pienso "es mi cumpleaños", "¿Solo por eso?" Responde. Digo que sí. No dice nada más. Nadie dice nada más. 

 



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En el texto hay: recuentosdelavida

Editado: 14.01.2021

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