No, usted no es el amor de mi vida,
porque una no me alcanza para expresarle
todo lo que siento cada que le veo;
una sola vida no es suficiente
para seguir admirando esos ojitos soñadores,
esa alma tan rota que me encaja tan bien en el pecho.
Una vida no es suficiente para poder soñarle como le sueño
y es por eso que, con toda autoridad le digo:
"Usted no es el amor de mi vida",
porque sé que incluso cuando esta acabe
usted seguirá permaneciendo siempre en mis huesos,
en mis entrañas y en lo más profundo de mi pequeño corazón
que está tan impregnado de usted, de sus risas, de sus jadeos,
incluso de sus lágrimas, porque si bien usted no es el amor de mi vida,
yo sé que soy suya en esta y en todas las demás.