Jamás me dolieron tanto las promesas no cumplidas.
No como aquella que dijiste antes de partir,
no como aquella que salió de tus labios como una verdad fugaz,
que me consoló momentáneamente...
Jamás me había dolido una traición tanto como la tuya,
jamás me había resentido tanto con solo una acción...
¿En verdad era tan difícil quedarte?
¿Odiabas tanto estar conmigo que te fuiste al otro lado del silencio?