Ha dicho que se quedaría a mi lado
pero a mi corazón a matado.
Porque usted dijo que valdría la pena,
que amarle sería tener el alma llena,
el corazón enamorado y la vida resuelta...
Pero ahora aquí estoy; sola, herida
y encontrado consuelo entre sus amigos,
aquellos que me cuidaron de manera sincera
cuando usted me dejó medio muerta,
con miles de recuerdos y un corazón asesinado.
Ellos, han sido ellos quienes sí se quedaron;
arrullaron mi corazón y al ver mis lágrimas,
las que usted dijo nunca quería hacerme derramar,
me han visto a los ojos y me han dicho
que entre todas las cosas por las cuales llorar,
por las cuales morir, por las cuales no seguir,
usted no debe ser una de ellas.
Porque usted no es bueno,
porque usted no vale la pena
y eso no ha salido de mi pecho dolido,
salió de entre las entrañas de su familia,
de los amigos que lo conocen tal vez un poco más
de lo que creí.