Diez razones para estar contigo.

Capitulo 5.

6 de Octubre.

Estornude por enésima vez en el día y me disculpe con las chicas que estaban sentadas a mis lados. Llevaba casi toda una semana enferma de gripa, no quería ir al consultorio porque primero, no estaba acostumbrada a ir, había sacado la terquedad de mi papá y prefería hacerme remedios caseros como comer miel, tomar limón o auto medicarme yo sola, no era la mejor opción, pero prefería eso a que me dieran capsulas para tomar o inyecciones. Las odiaba. Cerré los ojos escuchando a la profesora Nancy recitar un poema, la profesora tenía una habilidad para leer los poemas de una forma tan tranquila que hacía que a veces me diera sueño, y justo ahora sentía que estaba a punto de darme fiebre, y mis ojos se cerraban inconscientemente. Agradecí a que ya era hora libre y que podía simplemente a una mesa a dormirme. Cuando me enfermaba perdía el apetito, no tenía ganas de hacer nada. Salí del auditorio arrastrando los pies y con los ojos entrecerrados, sentí mi cabeza punzar pero lo ignore, camine a la cafetería y pude ver a Cecy con Jackson, les sonreí de lejos pero ellos simplemente pusieron un rostro de mera preocupación.

-¿Por qué eres tan terca?-Me pregunto Jackson una vez estuve sentada frente a ellos, me encogí de hombros y apoye los brazos en la mesa para luego esconder mi cabeza ente ellos.-Te vas a enfermar más Megan.

-Solo es un resfriado.-Absorbí los mocos de mi nariz y tosí.

-Megan, si dentro de dos días no te mejoras juro que pateare ese lindo trasero que tienes…

-¿Hablan de traseros sin mí?-Escuche la voz de Chase a mi lado pero no me moví nada, seguí con los ojos cerrados tratando de dormir.- ¿Qué le pasa a esta?

-Está enferma.-Dijo Cecy con un tono reprobatorio.

-¿Todavía?-Jackson murmuro un leve si y luego sentí como alguien me zarandeaba, no era muy difícil quien me estaba molestando, ya que desde que había entrado a la uni lo hacía diariamente.-Megan.

-¿Qué carajos quieres?-Levante mi cabeza y lo mire con los ojos llorosos, culpo a mi enfermedad.-Déjame dormir.

-Te vez completamente demacrada.-Hice un gesto desinteresado con la mano y volví a apoyar mi cabeza entre mis brazos.

Desde que Chase había hablado conmigo por primera vez, olvidando la vez de la papelería, solía venir conmigo a hablar de cualquier cosa, usualmente hablada de las chicas a las que se tiraba, obviamente ya había conocido a Victoria, y según él no le gustaban las chicas como ella. Curioso, yo creí que eran las que más le fascinaban. El punto es que estábamos siendo una especie de amigos, yo a veces lo buscaba para que me ayudara con química, ya que no era muy buena, y a él esa materia se le daba muy bien. Así que esta amistad nos convenía a los dos, yo lo escuchaba y él me ayudaba con mi materia.

-La llevare al médico.-Dijo de la nada y cuando iba a decir algo me cargo en su hombro haciendo que me mareara y viera todo negro.

 

 

***

 

 

**

 

*

 

 

Me desperté viendo una muy blanca luz, gruñí sabiendo en donde estaba. Me incorpore y pude ver a Chase que estaba sentado en un sillón al lado de mi camilla, tenía los ojos cerrados y se veía sumamente lindo durmiendo. Olvide por un momento el hecho de que es un completo idiota y que a veces puede ser muy insistente con todo. Lo vi como era, lindo.

¿Pero que estoy diciendo?

Negué borrando esos pensamientos de mi cabeza. Inspeccione la habitación viendo que no estábamos en la enfermería de la escuela, se notaba que era una habitación de un hospital. Lo que me faltaba.

-Veo que ya despertaste.-Mire a Chase quien tenía sus ojos levemente hinchados y bostezo. Pero qué lindo. Negué.

-Si.-Sonreí un poco y él se acomodó un poco más recto en el sillón.- ¿En dónde estamos? ¿Qué paso?

-Te desmayaste, te traje a un hospital de verdad, te veías muy mal Megan, no podía dejarte así como así.-Trago saliva y yo asentí lentamente.-Llevas inconsciente casi un día.

¡¿Un día?! Pero qué demonios.

-¿Mis padres?

-Están afuera.-Señalo la puerta y asentí de nuevo.

-Gracias, por haberme traído aquí.-Asintió despreocupado y mordí mi labio nerviosa.- ¿Desde qué horas has estado?

-No me he ido desde que te deje.

-¿Has dormido?-Iba a asentir pero dudo.-Ve a casa Chase, gracias pero también tienes que descansar tú.

-Solo me iré porque sé que estarás de terca hasta que logres convencerme y no quiero que te agotes.-Sonreí rodando los ojos y él se acercó a darme un beso en la frente, sentí mis mejillas y orejas arder.-Cuando salgas de aquí me mandas mensaje.-Asentí y salió por la puerta dejándome un poco confundida.

Ni se te ocurra Megan. Se lo que esta pensando y no. Chase es un jugador y ya lo has visto, solo quiere algo de un rato.

 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.