Dile al corazón

Capítulo 8: Amigos de la infancia.

Movía los dedos con ansiedad, estaba realmente curiosa a donde me llevará, pero a la vez estaba realmente preocupada por estar a solas con alguien que desconozco, ¿y sí me viola? O ¿me secuestra? Miré de soslayo a su figura, estaba relajado, no le importaba en absoluto que yo estuviera nerviosa a su lado, llenándome de preguntas que no serían contestadas a menos que se las dijera a la cara.

—Luna, no soy un monstruo, soy tu amigo, Callum. —Lo escuché suspirar con un deje de tristeza, se me revolvió el estómago al imaginarme el sufrimiento de él, y no sé por qué, pero me duele. De alguna forma lo hace.

—Ya le he dicho muchas veces que desconozco su identidad en mi vida, lo siento, pero no lo recuerdo —detuvo el auto forzosamente, suponía que aquello no le había sentado del todo bien porque escuchaba su respiración agitada.

—Quiero saber, ¿te sucedió algo después de irte a Corea? No puedes olvidarte de todo lo que pasamos juntos, de las bromas que me hiciste, de nuestra amistad. Me niego a creerlo —me mira detenidamente, esperando encontrar la respuesta en mi rostro. Tuerzo los labios con confusión.

—La verdad es que tuve un accidente, no recuerdo bien los hechos ni donde fue, pero supongo que fue desde ese momento que no recuerdo nada. Mi madre no me mencionó nada de mi infancia, aunque se la había mencionado muchas veces —lo miro atenta, sintiéndome extraña de repente—. ¿Es posible que tú seas ese muchacho que viene a mi mente cada vez que te veo? Pero es que no puede ser, debería haber recuperado la memoria desde hace bastante tiempo, ¿Por qué ahora, que reapareces tengo leves recuerdos? Es demasiado extraño.

Creo ver una sonrisa en sus labios, pero fue tan fugaz que no sé si fue cierto. Se encogió de hombros y tomó mi mano, esta vez prestando atención a mi reacción.

—Lamento decirte que tu madre nos detestaba, no me sorprende que te haya alejado de nosotros cuando tuvo la oportunidad. Pero me alegra que estés bien, que no te haya sucedido nada malo, aunque, eso no quita lo molesto que estoy contigo, ¿olvidarte de mí? Mujer cruel te has vuelto Luna, mira que pensar que te volvería a ver, y sin tener oportunidades de camino, es algo loco —se ríe por algo en particular que para mí es desconocido—. Como sea, espero que el lugar que te voy a mostrar te haga recordar, aunque sea, el momento más importante de nuestras vidas, bueno, eso sí también lo fue para ti.

Sonrió antes de soltar mis manos con delicadeza, era alguien totalmente diferente al que esperaba, disfrutaba de sorprenderme y hacerme enojar, pero por alguna razón, su calidez y su rara forma de ser, me gustaba. Y el solo hecho de que lo sienta así, me sorprende.

 

~*~

 

Creía que las cosas en estos días serían suficiente para sorprenderme y hacerme perder la razón, pero no fue así, el lugar al que me trajo Callum, es una cosa preciosa. Esperaba algo así como una casa impresionante en la cual hicimos algo indebido —aunque sabía que algo así no sucedió, porque aún sigo siendo virgen—, pero a donde me trajo, era totalmente diferente a lo que esperaba, superaba mis expectativas. Observé con detenimiento las plantas, el color del cielo, como la brisa despeinaba mi cabello, y como el río ahondaba con hermosura sus aguas, sonreí sin poder evitarlo, me traía una gran alegría, no sé si se debía a lo que debía sentir al estar aquí, según las palabras de Callum, pero me sentía relajada, viva, y sin preocupaciones, lo cual es sorprendente porque ha habido cosas que no se me han sacado de la cabeza, pero este lugar hace que todo eso se esfume rápidamente. Sin darse cuenta.

—La primera vez reaccionaste igual, sin poder articular palabra alguna, solo admirando el lugar —giré a observarlo, sostenía una cesta de comida, tenía todo planeado—. No soy bueno en hacer esto, pero espero que comprendas que quiero que vuelvas, que me mires de la misma manera en la que lo hacías antes, que recuerdes todas las cosas que hicimos junto a Julie y Lesia, ellas te extrañaron tanto como yo, y les dije que no vinieran, pero ellas insistieron tanto que con ellas haré que recobres lo recuerdos. Intenta soportarlas ahora que no sabes como son, es un infierno tenerlas encima todo un día, y si me preguntas, no, no te sacaré de sus manos. Es mi venganza por haberme olvidado —me giñó un ojo antes de apartarse completamente de mí. Supuse que estaba bromeando, era la tercera o cuarta vez que las mencionaba y no sabía quienes eran, aunque tenía pequeños trozos de muchachas con el mismo nombre, no creo que sean las mismas.

—¿Ella fue la que nos abandonó en unas vacaciones de verano, sin decirnos nada, y sin dejarnos hacerle una despedida? —Busqué la voz que hacía ese escándalo, encontrándola recostada en un árbol que marcaba su figura, sus ojos me examinaban con curiosidad y a la vez nostalgia—. Vaya que has cambiado perra, te imaginaba toda modelo como lo es Julie, pero siempre estás sobre mis expectativas, ¿sabes que tengo intenciones de matarte ahora mismo? Sé que no debería, pero oye, eres imposible Lulú, ¿cómo crees que se siente uno al no saber nada de su mejor amiga, sabiendo que dijo que vendría luego de las vacaciones? Nos destrozaste, pensábamos que no querías saber de nosotros, que te irías definitivamente a ese lugar. ¡Y sabías que yo quería hacerlo contigo, hasta le pedí permiso a mi madre aquella vez!




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