CAPITULO 4

Me quedo viendo como Adam me cerró la puerta, no quiso hablar conmigo.

—Regresa hacer tu trabajo —Leonardo me habla serio.

—Si señor — me voy de ahí con un mal sabor de boca, Adam ha encontrado a otra mujer para ser su novia, siento un nudo en la garganta.

Regreso a mis obligaciones, termino el recorrido y vuelvo a la base, donde están mis demás compañeros y Michael.

—Lara, buenos días —el jefe me saluda.

—Podemos hablar—me pide

Nos lleva a un lugar privado.

—Seré honesto contigo, te acepte por que el coronel Díaz me pidió el favor, pero ahora que sé que… que tú y el presidente han tenido una relación, mi intención no es saber más de lo que ya se, solo te pido que por favor respetes tu trabajo, Jeremy Baker es el presidente y quiero que seas respetuosa con él al menos en el horario laboral, recuerda que solo es un tiempo mientras que el coronel te levanta el castigo.

Quería decir muchas cosas, pero por esas mismas cosas estoy aquí, debo aprender a callarme y no se una perica que no se calla.

—Hare lo que me dice jefe.

El me mira como pensando si lo digo en serio.

—Te voy a estar vigilando Lara, no me gusta los problemas

<< Yo soy un problema andante>>

—No seré un problema —miento.

Voy junto a Oliver para esperar a que salga el presidente Jeremy porque ahora lo tengo que llamar a si, ya que él me ha llamado por mi apellido.

—Buenos días a todos —Adam llega imponente, estoy segura que ese traje no llevaba hace rato, el peinado perfecto su barba recién perfilada, hace de nuevo estragos en mí y me lo reprocho porque es el hombre que me engaño no debe provocar nada en mi ¡Lo odio!

—Buenos días señor presidente —contestan todo al unísono.

Los mira a todos y les da una sonrisa excepto a mí, que no me mira.

Camina hacia los autos, se sube al primer carro que encuentra, todos empezamos a caminar intento subirme al mismo auto que Adam, pero la puerta tiene seguro, toco para que me abran, pero no lo hacen, no me queda de otra que subirme en el otro auto.

—¿No te dejaron subir al auto del señor presidente? —Oliver se burla

—Cállate Oliver —digo molesta

—Pensé que no eras una amargada.

—Pensé que no eras un idiota —le respondo

—Tranquila Lara con razón te llaman la ingobernable.

—¿Disculpa?

—Digamos que tu reputación es conocida.

—Tu y todos ellos son unos idiotas

Oliver suelta la carcajada.

—¿Quieres perder alguna parte de tu cuerpo?

—Oliver, Lara. No se comporten como niños son guardaespaldas del presidente —Julián nos regaña.

Por suerte Oliver ya no vuelve abrir su bocotá, quisiera saber quién me puso ese sobrenombre y romperle la cara.

Llegamos a una de las reuniones de Adam, se reunirá con personas importantes, pero no sé quiénes son. Y tampoco me importa.

Bajamos Oliver y yo somos los encargados de ver a los alrededores, el jefe Michael se queda con Adam, recorremos los pasillos y algunas oficinas para ver que todo esté en regla y lo está.

Me acerco al jefe.

—Todo está bien jefe, el señor presidente puede entrar sin problema.

EL Asiente y camina primero, de tras v Adam, yo camino al lado de él.

—¿Podemos hablar ahora? —le susurro.

—No tengo tiempo señorita William

—¿Qué te pasa? Adam, ayer estabas muy interesado en hablar conmigo y ahora no quieres.

—Si no confías en mí, no le veo el caso de seguir.

—Acepto —intento que nadie me escuche más que él.

Adam separa de repente me mira, no puedo descifrar su mirada.

—Lo siento señorita William, ya el puesto está ocupado, seguirás siendo solo mi guardaespaldas.

Me quedo parada por un momento, el empieza a caminar de nuevo.

—Yo si confió en ti — me dice antes de seguir su camino.

—Camina Ingobernable — Oliver me toma del brazo y me jala hacia adelante

Acto seguido hago lo que me caracteriza no dejarme, le doy una cachetada.

—¡No me vuelvas a tomar y no me llames a si tengo un nombre por si no lo sabes!

Cierro los ojos al percatarme que hice justo lo que debería evitar, y los Flashes me lo hacen saber.

—Lara, regresa a la casa por favor —me dice un enojado Michael.

—Si jefe —Miro de nuevo a Oliver él es el culpable de todo, el no hace nada más que sobar su linda cara.

Me voy al estacionamiento, la prensa me está tomando fotos ¿no sé por qué lo hacen no soy nadie, soy una simple guardaespaldas. Si me he portado mal, pero a ellos que les importa.

Me subo al auto donde Adam llego, los esperare aquí no creo que tarden mucho.

Decir que no tardarían mucho fue un error llevo más de tres horas aquí, he salido tomar algo, aquí cercas esta un local de café, me comprare uno y vuelvo no quiero que me vayan a dejar.

Estoy cruzando la calle, cuando veo que la chica de la mañana sale de un automóvil, se ha cambiado de ropa, tiene un vestido tinto que porta perfectamente, unas zapatillas de infarto ¿Cómo puede caminar con ese tacón? Los fotógrafos le toman foto y se acercan a ella, le están preguntando algo, ella sonríe a cada uno, seguro es modelo o actriz la verdad no soy de ver televisión y no la conozco, pero algo me dice que pronto la voy a conocer bien, es la novia ficticia de Adam.

Camino hasta el coche, la chica aún se está luciendo, se ha cambiado hasta el maquillaje, ¿cuántas horas le dedica a su imagen? Yo ni me he maquillado esta mañana, no estoy nada mal, me gusta hacer ejercicio, pero no lo hago por cuidar mi imagen si no para el trabajo.

—¿Son verdad los rumores que tiene una relación con el presidente Baker? —uno de los periodistas le pregunta.

—Bueno estamos conociéndonos —ella sonríe para las cámaras.

Entonces en verdad Adam a contratado a otra mujer, lo bueno que me dijo que me iba a dar tiempo de pensarlo y en la primera oportunidad se busca a una modelo, y a si me pide que confié en él.

Me subo a la camioneta de nuevo, saco mí el celular, pero es el del trabajo a sí que lo guardo, pero después recuerdo que debo tener el teléfono de Adam registrado a sí que lo busco, y bingo lo encontré sé que este teléfono está muy bien protegido. Abro los mensajes.