Dime Que Si Otra Vez

CAPITULO 5

No puedo creer lo que estoy leyendo, la prensa si es cotilla y yo salgo en una de las portadas

<<La nueva guardaespaldas del presidente es de armas tomar>> dice el encabezado y las fotos no me hacen justicia, yo malhumorada dándole una cachetada a Oliver.

Se lo merecía, esto me traerá consecuencias estoy segura que si esto lo ve mi superior me dejará más tiempo el castigo.

Mi celular suena, es Gerardo.

—Hola buenas tardes señor Gerardo.

—Buenas tardes primera dama.

—¿primera dama? — me rio

—ya has comido al presidente.

—Hace más de siete años.

—Pudiste ser la primera dama— me dice

No dejo de pensar si aquel día no hubiera pasado ¿seguiríamos juntos?

—¿Trabajaras esta noche?

—Si

—¿Puedes prestarme tu casa? Tengo una fiesta cerca y quiero tomar y divertirme y tu casa esta super cerca puedo irme caminado.

—Ya sabes que sí, pero sin meter a ninguna mujer a mi cama

—Tratare de hacerlo en la cocina entonces — se ríe.

—Idiota

—Llegare en una hora

Cuelgo la llamada y sigo viendo los cotilleos de la prensa, Megan hace su aparición el día de ayer se les vio cenando al presidente con su nueva novia, será que antes el año el señor presidente llegue al altar o se tomara con calma su noviazgo, hasta ahora no ha tenido nada serio con las mujeres que se le han relacionado.

Dejo la revista, no volveré a comprar ninguna revista de estas.

Gerardo llega puntual y con una botella de vino, amo a mi amigo, pero ama la fiesta y como es un ser afortunado nacido en cuna de oro a sí que va por el mundo sin preocupaciones.

—¿No te has bañado?

—Entro a las ocho porque me tengo que bañar a las cinco de la tarde.

—Para recibir a tu amigo, mira tus fachas — se burla.

—Y por favor maquíllate que ya vi tus fotos en la prensa y por dios no te hacen justicia amor

—Son unos idiotas todos.

—¿Por qué le pegaste a ese guardaespaldas?

—Se lo merecía — digo

—Estoy seguro que sí, te conozco recuerda.

—Si, pero ahora estoy en problemas con mi superior.

—tu siempre estás en problemas con tu superior Lara, siento que en cualquier momento necesitaras los servicios de mis padres.

—Espero que sea gratis por aguantar a su hijo, porque dinero no tengo.

—Mama te quiere, a su manera claro.

—Te traeré una copa para que empieces con esa botella, yo no puedo tomar

—Uno no creo que te afecte

Las horas pasan volando con Gerardo, siempre tiene un tema de conversación así que es divertido pasar tiempo con él.

—Ya es tarde me iré a bañar.

Gerardo ya está un poco tomado, tanto que ya hasta en calzoncillos esta, no es porque sea mi amigo, pero es un precioso, atlético y unas pompas de infarto, lástima que no es mi tipo y bueno tampoco es que quiera tener a su madre como suegra ya me da suficiente miedo como amiga de su hijo.

Me baño super rápido, ya van hacer las siete y media y yo entro a las ocho. Escucho que el timbre suena, me envuelvo en la toalla para ir a abrir.

Doy un paso atrás cuando veo que es Adam, está mirando a Gerardo, que está de más decir que él también lo mira incrédulo.

Adam me mira, su mirada refleja enojo y algo de tristeza.

—Lara te esperamos abajo —Michael habla.

—Si señor solo me cambio y bajo.

Michael cierra la puerta ya que Gerardo ha decidido quedarse pasmado.

—Ya puedes moverte —digo.

—Acabo de conocer al presidente Lara, deja que mi madre se entere de esto.

—No es nada del otro mundo Gerardo.

—Para ti no, pero para mí sí. ¿Por qué ha venido?

—No lo sé, pero ya me tengo que ir a cambiar.

Voy a mi habitación, me pongo la ropa, y me peino, otra vez no me voy a maquillar.

Camino hacia donde está la camioneta uno de los guardaespaldas está afuera.

—Lara sube, el señor presidente ha hecho una reservación iremos para haya, te estaba esperando.

Me subo a la camioneta, estoy muy confundida ¿por qué han venido a buscarme?

El recorrido es de treinta minutos llegamos a unos de los restaurantes más prestigiosos, he comido aquí un par de veces obvio con Gerardo, porque yo no tengo para pagar tan costosos platillos. Michael viene a nosotros.

—Lara, ve a dentro con Oliver lo apoyaras a dentro, ya sabes tu trabajo.

—Si señor jefe — Camino hacia el la entrada del restaurante, estoy tentada en preguntarle al jefe la razón por la que han ido a mi casa, pero por su cara es mejor que no lo haga.

Entro al restaurante, veo a Oliver parado en una esquita, atento a todo a su alrededor.

—Hola — lo saludo.

—Hola —me contesta.

Busco a Adam supongo que tiene una cena de negocios, pero no es así, está sonriendo con su noviecita ficticia.

—¡Disculpa! —Oliver habla.

Lo miro con curiosidad.

—No debí decirte eso, molestarte sin conocernos del todo.

—Olvídalo, esta todo bien.

—¿Te puedo preguntar algo?

—Si.

—¿Por qué han ido a mi casa?

—El presidente quería hablar contigo, es lo que escuche, pero según Vladimir te encontró ya sabes con otro.

—¿Con otro?

—No lo sé, yo me quede abajo. Vladimir me dijo que estabas con un hombre.

Miro a la mesa Adam me estaba mirando, pero lo disimula bien.

No había caído en cuenta que Gerardo estaba en mi casa, en ropa interior y yo envuelta en una toalla, lo malinterpreto todo.

Tomo el celular para mandarle un mensaje, pero la noviecita se levanta, Oliver y yo nos acercamos.

La vemos irse al baño, así que aprovecho para intentar hablar con él.

—¿Podemos hablar?

—Estoy cenando señorita William.

—Lo que viste en mi casa, no es lo que piensas.

—También se lo que vi.

—No hagas eso Adam.

—¿hacer qué? Decir lo mismo que tú me dices a mí.

—Son cosas diferentes.

—Diferentes, un hombre desnudo en tu casa ¿son cosas diferentes?

—hace siete años yo…



#3231 en Novela romántica
#966 en Chick lit

En el texto hay: deseo, amor, presidente

Editado: 27.08.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.