Dime Que Si Otra Vez

CAPITULO 6

Llegamos a la casa, Adam ha mandado a Megan a su casa sola, aunque ella quería que lo acompañara, Gracias al cielo la prensa no está aquí, ya que este restaurante cuida mucho la intimidad de sus clientes.

Huelo a Adam, me ha dado su playera, aun ha si huelo a diferentes bebidas, me urge llegar para bañarme y cambiarme de ropa, y tengo sueño porque no he dormido bien, hoy será una noche larga.

Cuando llegamos a la casa Adam me toma de la mano.

—¿Qué haces Adam? Me iré a bañar—susurro

—Primero hablemos.

—¿ahora si quieres hablar?

—No eres muy cooperativa Sofia.

Escucho la risa de los guardaespaldas.

—Hablemos después que me cambie, huelo mal.

—Te bañas en mi baño — suelta de repente.

—No eso no va a pasar —digo.

—Soy tu jefe —me toma más fuerte del brazo y me guía a su habitación. Cierra la puerta

—No he traído mi mochila con mi ropa extra.

Adam saca su celular, manda un mensaje y luego lo guarda.

—Te preparare el baño — me dice.

Se va y me deja sola, Adam está loco, no es que yo este cuerda, pero el me gana un poco.

Doy un recorrido por la habitación y en definitiva si es una habitación fría.

—Aun le he dado mi toque — me dice

—Tu otra casa si es muy tu.

Dan un toque a la puerta. Camino para abrir, pero Adam se me adelanta, abre la puerta y Michael esta con mi mochila en la mano.

—Gracias Michael

—Vamos a bañarte

—¿Vamos?

—No hay nada que no conozca de ti, o solo que tengas una operación o un arreglito que hayas hecho estos últimos siete años.

No soy la misma chica, he pasado por mucho estos años, tengo cicatrices que me ha dejado el trabajo que elegí, lo hice en un momento de desesperación quería desaparecer y la oferta me llego justo en el momento, no lo pensé simplemente me subí a ese avión para no volver.

—Sofia —me toma de la mano.

—Me bañare sola.

—Por qué te gusta contradecir tanto.

—No me gusta que me manden.

—¿Por eso estas aquí? —me pregunta.

—No soy la chica que conociste Adam.

—Déjame conocerte de nuevo —Siento su cuerpo pegado al mío.

—Ya veremos —le respondo, me alejo de él, por suerte no me sigue.

El baño es sorprendente, esta grande y muy bonito, el jacuzzi está listo para mí. Me quito los zapatos y los pantalones, me toco la primera cicatriz, recuerdo muy bien el día que recibí esta bala, recuerdo la cara del idiota que me disparo, pero esa primera bala me hizo ser más decidida a no flaquear.

—¡Sofia! —la voz de Adam me toma por sorpresa, se lo que está viendo mi cicatriz de la pierna, no me gusta hablar de aquellos días de esa misión secreta en la que participe.

—Salte por favor —me doy la vuelta de inmediato.

Pero él no hace caso, al contrario.

—¿Por eso no dejaste que te tocara más en el restaurante?

Estuvimos a punto de hacerlo, pero yo no se lo permití, y en realidad no fue por mis cicatrices, aunque me causan dolor recordar, no me causa ningún conflicto.

—No, fue por eso, entre y tú y yo no volverá a pasar nada esa es la única razón.

Su mirada se intensifica, y se acerca más a mí.

—Siempre me he imaginado una vida contigo, encontrar esa escena en tu casa me lastimo mucho.

—No creo que te haya solido más que la escena que tuve que ver yo hace siete años.

—Hagamos un trato —Cambia de tema

—¿Trato?

—Olvidemos todo lo pasado esta noche, déjame tenerte, y no me refiero a eso, solo déjame estar, sin reclamos.

Su mirada es suplicante.

—Ya nos conocemos Adam no hay mucho… —sus dedos no me permiten decir más.

—Primero báñate te espero afuera

Sale sin decir nada mas

Adam me volverá loca, no lo entiendo.

A pesar de todo disfruto el baño, me tomo mi tiempo, si mi superior supiera que estoy en el jacuzzi del presidente creo que le daría un infarto, pero el sería el único culpable conociéndome me manda con él. En contra de mi voluntad salgo, me envuelvo en la toalla, huelo a hombre ya que use los productos de Adam. Saco la ropa extra para ponérmela, siempre me ha gustado llevar mi mochila con cosas extras por si pasaban incidentes como esto. Guardo la ropa sucia en mi mochila, si también guarde la playera de Adam.

Salgo del baño, Adam no está, el balcón está abierto, salgo para ver si esta

—Escúchame Leonardo, no te estoy preguntando si puedo o no.

Adam está hablando por teléfono, por su tono de voz está molesto.

—Dile a Megan que se invente algo y que termine con esto.

Se voltea al colgar la llamada, suaviza su expresión cuando me mira.

—Ya iba a ir por ti —me dice

—¿Todo bien?

—Nada de lo que te debas preocupar.

—Soy tu guardaespaldas, tengo que cuidarte

—No estoy en peligro.

—¿No estes tan seguro? Puedo hacerte daño.

—Dejaría que lo hicieras —No sé en qué momento está junto mí.

—¿Vas a seguir con ella? —no quería preguntar, pero tengo curiosidad por saberlo.

—Acepte porque estaba enojado y dolido, me dijiste que no confiabas en mí, dudaste de las pruebas y si me precipite aceptar una relación con Megan.

—¿Qué gana ella?

—Poder, su familia es muy importante y ser novia del presidente son puntos buenos para ellos, pero para contestar tu pregunta, no seguiré con ella, Leonardo está en contra porque la prensa se me ira encima de nuevo, pero no me importa.

—Debes cuidar tu imagen Adam.

—No quiero volver a lastimarte Sofia.

—Eres el presidente tiene que importarte

—Solo me importas tú, en estos momentos solo me importa el nosotros, vamos adentro.

Para mi sorpresa en la cama hay una bandeja de comida, estoy segura que cuando Sali del baño no estaba.

—Le he pedido a Katia que te hiciera algo de cenar.

—¿La has llamado? Pobrecita Adam ya es tarde.

—No te preocupes, estaba encantada de hacerlo.

—¿Por qué le has hablado de mí?

—Ella perdió a su hija hace cinco años, para no estar sola empezó a trabajar, yo la contrate en mi antigua casa, y bueno ahora está aquí. Tú sabes que la relación con mis padres no es tan buena.



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En el texto hay: deseo, amor, presidente

Editado: 27.08.2024

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