Dime Que Si Otra Vez

CAPITULO 13

Ha pasado una semana y los chismes de nosotros no ha cesado, soy la amante del presidente, la Escolta buscona y las indirectas de Megan en sus redes no ayudaban, al parecer ha roto la relación con Adam según entendí que a ella le está sirviendo quedar como la pobre chica engañada. Leonardo está muy molesto no deja de molestarme con que no puedo tener nada con Adam que seré su perdición y no sé qué más, ese hombre no me da buena espina, siento que oculta algo y sin decir que no sé cómo, pero tiene acceso a cosas altamente confidencial, supongo que tiene buenos contactos o utiliza los de Adam.

Me subo al coche, es hora de trabajar me toca por la noche, por suerte para mi Adam no tiene compromisos hoy a sí que espero que vaya a casa temprano.

Mi celular me avisa de un nuevo mensaje. Espero un semáforo para poder ver de quien es.

Es Charles, desde que nos encontramos en el evento, o ha dejado de llamarme o mandarme mensaje, quiere que nos veamos, pero yo no quiero, además que no tengo tiempo para salir, lo deje de la peor manera, nunca le dije la razón simplemente me aleje de él.

Justo me ha mandado una súplica para que acepte a cenar, se que estaba super enamorado de mí, no estoy orgullosa de lo que hice, pero es algo que ya no puedo remediar, tal vez en algún momento deberá pedirle una disculpa.

Llego a las oficinas donde sé que esta Adam, ya estoy lista solo me bajo del coche y ya estoy preparada para cuidar al presidente.

Hoy no trabaja el jefe así que será una noche tranquila.

—Llegas puntual —Oliver está sentado en la entrada.

—Donde esta Ad… el señor presidente—le pregunto.

—No tienes que ser formal, ya sé que duermen juntos.

—No dormimos juntos —musito

—Si y yo creo en santa Claus.

—Adam y yo no somos nada.

—Pues según las revistas tu eres la nueva conquista de Adam

Me da una revista, para mi desgracia es un reporte que consta de dos páginas, fotos mías y de Adam en lugares públicos, resaltan nuestras miradas, los roces sutiles que me da. Y por si fuera poco me comparan con Megan.

—No se cansan.

— No se cansarán hasta que se casen

—Que esperen sentados.

—El presidente está enamorado de ti, desde que trabajo con él, nunca lo había visto interesado en alguna mujer, ni con una noviecita que tuvo por unos tres meses era muy bonita pero muy toxica gracias a dios la dejo, porque era un dolor de cabeza para nosotros, creía que éramos sus gatos

—¿Por qué me estas contando esto?

—Por qué conozco a Jeremy y nunca había estado a si por una mujer, ojalá le des una oportunidad

—Hum

—Ve a dar tu primer rondín —cambia de tema

Recorro los pasillos hay muy pocas personas y ya están alistándose para salir, paso por la oficina de Jeremy, pero está cerrada, y no quiero interrumpir si está trabajando.

Pero tengo que hacerlo, tengo que asegurarme que todo esté bien.

Toco la puerta, escucho el delante de Adam

—Hola —musito.

—Hola cariño.

—Hola Adam, ¿Esta todo bien?

—Si, estoy firmando unos documentos importantes. Pero ya casi nos vamos a casa.

—Seguiré dando mi rondín.

Mi celular suena, lo saco de la bolsa de mi pantalón es Charles

—No vas a contestar.

—Estoy trabajando.

Adam me mira, después se levanta y camina hacia mí, el celular vuelve a sonar, entonces mira el nombre en el celular.

Me lo quita de las manos y lo contesta.

—Bueno.

Se queda callado escuchando lo que dice charles.

—Mi novia está ocupada yo le diré que marcaste. —dice de repente

¿Novia? Adam esta celoso claramente

Cuelga la llamada.

—¿Por qué haces eso?

—Eres mía no miento

—No me has pedido nada. —me burlo

Entonces como si de magia se tratara Adam se inca y saca de su pantalón una cajita.

—Cásate conmigo.

—¿De dónde sacaste ese anillo?

—Tiene siete años conmigo.

No lo puedo creer Adam tenía un anillo de compromiso desde hace siete años.

—Te lo iba a dar en navidad, no se pudo, pero lo guarde con la ilusión de dártelo después, este anillo siempre fue para ti, solo a ti te lo veo puesto.

—Adam por Dios no me puedo casar contigo.

Adam toma mi mana y me pone el anillo en mi dedo anular.

—Quédatelo y no me contestes, contéstame en un mes cuando te des cuenta lo importante que eres.

—Lo nuestro no puede ser.

—A un no pasa un mes a sí que aún no me digas nada.

—Estás loco

Adam me sonríe.

—Me gusta estar loco en un mundo de cuerdos.

Su dulce mirada me estremece, amo que Adam solo me mire a los ojos, me gusta lo que veo.

—Esperare por ti sin importar cuando sea, sé que pasara.

Me da un beso en los labios, solo es un toque.

—Tengo miedo —susurro

—Yo también, pero tu vales la pena arriesgarme.

—Acepto casarme contigo.

Acepto que Adam y su cara linda, sus ojos pizpiretos me hacen decir que si, acto seguido Adam me alza y da vueltas conmigo.

—Te amo, no te vas a arrepentir.

—Espero no estar cometiendo un error.

—Seré tu mejor error.

—Debo irme a trabajar, señor presidente.

—Claro que si primera dama.

—No me llames a si Adam.

—Está bien Señora Baker.

Regreso a mi puesto de trabajo, pero Adam llega diez minutos después, viene tarareando una canción.

—El jefe viene feliz —Oliver lo contempla curioso.

—Nos vamos — nos dice.

—Si señor presidente —Oliver se levanta para ir a las camionetas.

Adam me pide que vaya con él en su coche.

—Estoy tan feliz, he deseado esto desde hace más de siete años, a veces me pregunto qué hubiera pasado si esa noche no pasara.

Yo también lo he imaginado, si Adam no hubiera hecho lo que hizo seguro estuviéramos casados.

—Ojalá pudiéramos cambiar ese día, lo haría sin pensarlo

—Lo siento Adam, yo debí hablar contigo y no huir

—No me pidas disculpas, yo soy el único culpable no debí irme sin antes hablar.



#3231 en Novela romántica
#966 en Chick lit

En el texto hay: deseo, amor, presidente

Editado: 27.08.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.