Dime que te Iras (amor a lo Escoces #2)

Capítulo 6

—¿Tu aceptaste qué? —Ethan prácticamente gritó desde la pantalla haciendo que su voz en mis audífonos chillara

—Acepté decorar la casa de Aiden

—¿La casa que compartirá con su esposa y criará a sus hijos?

—emh sí.

— ¿Esa esposa eres tú?

—¿Que? No, sabes que no.

—Aléjate, espera un momento —Ethan alejó a la maquilladora y su celular se desenfocó de su cara permitiéndome ver su increíble pecho descubierto y su bóxer de Calvin Klein. Empecé a sentir calor— Ajá, ¿En dónde estábamos? Ah sí. ¡¿Te has vuelto loca?! —gritó—¿El frio escoces te ha congelado el cerebro, nena?

Mi cuerpo dio una sacudida y literalmente sentí a mi cerebro vibrar por su grito que entró por mis tímpanos.

—Tengo mis audífonos puestos, idiota. Me has dejado sorda.

—Sorda ciega y muda te voy a dejar. ¿Tú eres tonta apropósito o es que te gusta serlo?

Le hice una mueca para nada agradable.

—A ver, soy una persona adulta y madura... Deja de remedarme... No estas siendo maduro... basta —chillé porque Ethan remedaba cada palabra que yo decía como si tuviera tres años.

—¿No crees que es suficiente con trabajar en su cafetería como para aparte, decorarle la casa? ¿No existen más decoradores en Escocia?

Solté un suspiro.

—Es una excelente oportunidad profesional, no podía rechazarla. Un montón de gente visitará esa casa porque Aiden conoce gente famosa y...

—¿Gente famosa? Yo conozco gente famosa. ¿Sabes cuantos modelos entran en mi apartamento todas las semanas? Cariño, si quieres gente importante, ven a decorar mi apartamento

—Tu apartamento no necesita decoración, tu solito hiciste un muy buen trabajo.

—A ver, no estamos aquí para hablar de mi perfección, ya sé que soy perfecto. Necesitamos hablar es de tus imperfecciones

—Ethan...

—¿Qué? A este paso lo único que falta es que te pidan que seas madrina de la boda. ¿No te parece? Oh ya se, que decores la iglesia. Eso sería estupendo. Te puedo dar ideas de a gratis. ¿Por qué no te veo anotando?

—Eres un exagerado —me removí en la cama mitigando un bostezo, por la diferencia horaria y los quehaceres de cada uno era difícil conseguir una buena hora en la cual conversar.

Ethan soltó un suspiro

—Me preocupo por ti. No quiero que te hagas daño

—No lo haré. Estoy bien y estar cerca de ellos me hará darme cuenta de que lo que estoy sintiendo ahorita es una confusión por el recuerdo de lo que fuimos.

—Ojalá tengas razón —dijo y yo pensé lo mismo.

En la sala Nancy estaba recostada en el sofá con sus pies apoyados en las piernas de Bodric. Mi tía lucia increíblemente cómoda con sus ojos cerrados mientras Bodric le hacía un masaje en los pies

—Escúchame Fabiola, te daré un consejo —Nancy dijo sin abrir los ojos escuchándome llegar— Masajes en los pies. Es lo único que hace falta. Cásate con el hombre que te haga masajes en los pies.

—¿Solo masajes en los pies? —pregunté compartiendo una mirada con Bodric.

—¿Qué pasó con lo de aprender un idioma nuevo para poder conquistarte? — dijo el aludido y Nancy sacudió su cabeza

—No. Masajes en los pies. Eso es todo. —soltó un suspiro feliz cuando Bodric siguió untando la crema en sus pies. Sonreí porque verlos a ellos dos así de felices, me hacía inmensamente feliz.

Mi teléfono sonó y miré la pantalla para ver un mensaje de Han, él seguía enviándome mensajes extraños con preguntas acerca de qué prefería. Incluso, me mandaba el horóscopo diario. Y cuando digo diario era a diario

Han: Axilas.

¿Como?

Han: las axilas están infravaloradas. Son mi parte favorita del cuerpo. ¿Y a ti?

¿Por qué te gustan las axilas?

Han: Son suavecitas.

Han: ¿Cuál es tu parte favorita del cuerpo?

No lo sé, nunca me he preguntado eso. Supongo que los ojos.

Han: Vaya, que decepción, Esperaba más de ti.

Han: ¿Te gustan las axilas?

No me gustan las olorosas. ¿Suficiente respuesta para ti?

Han: Sigues siendo predecible. ¿Sabes que necesita una diseñadora? Innovación.

¿Gracias por el consejo?

Han: De nada. Entonces, nos vemos esta noche. Te busco a la una.

Miré el reloj en mi celular, eran las once y media de la noche. Nancy parecía haberse quedado dormida en el sofá y Bodric estaba muy instaurado viendo una película de Terminator.

¿A la una como en dos horas?

Han: si fuese a la una como en catorce horas ya no sería de noche, ¿No crees? Oye, ¿En el colegio no te enseñaron el ciclo solar?



#907 en Novela romántica

En el texto hay: humor, drama, amor

Editado: 19.04.2022

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