Dime "¡sí!"

CAPÍTULO 1. El Valle de las Sombras

CAPÍTULO 1. El Valle de las Sombras

En lo alto de las montañas, donde solo habitan los dragones y florece el resistente edelweiss, existe un lugar envuelto en misterio. Se llama el Valle de las Sombras. Esta región montañosa está rodeada por inaccesibles peñascos y profundas gargantas. Hace siglos, un viajero y sabio salixio llamado Vasorio fue el primero en llegar allí, liderando una expedición que buscaba yacimientos de minerales. Él describió el Valle como un sitio extraño, poblado de plantas inusuales, criaturas aterradoras y un gran asentamiento —casi una ciudad— donde vivían las Sombras. Así llamó a los habitantes que encontró allí, sin saber si eran humanos o alguna otra especie.

Vasorio descubrió en el Valle depósitos inmensos de oro y de maronio, el único metal capaz de absorber la magia como una esponja.

Al principio, Salixia estableció relaciones comerciales con las Sombras, que estaban gobernadas por un rey llamado la Sombra de Todas las Sombras. Luego propuso una colaboración para explotar los minerales, pero finalmente intentó arrebatar todas las riquezas del Valle por la fuerza. Así comenzó la guerra, liderada por un antepasado del actual rey Rugeor el Sabio: el infame Brandis el Cruel.

Aquella guerra duró solo cinco días. Dos días tardó el ejército del rey en ascender por las montañas, en un solo día fue aniquilado por las Sombras, y los dos días restantes sirvieron para que unos pocos soldados sobrevivientes regresaran a la capital y contaran la derrota. Las Sombras invocaron fuerzas del más allá —espíritus, fantasmas, demonios y criaturas aún más horribles— que devoraron las almas, y en algunos casos también los cuerpos, de los soldados.

Las Sombras no persiguieron al enemigo en retirada. Permanecieron en su Valle, sin buscar venganza por el ataque a su ciudad. Pero forzaron a Salixia a firmar un pacto que se llamó “La Promesa de Servir a las Sombras”.

Este pacto contenía apenas unas líneas:

«Salixia promete no atacar jamás el Valle de las Sombras. En caso contrario, será completamente destruida. Las riquezas del Valle de las Sombras solo podrán obtenerse a cambio de un ser humano con poderes mágicos, es decir, un mago. Dicho mago deberá aceptar este trato de forma voluntaria y sin coacción. Cada año, Salixia debe realizar al menos un intercambio comercial.» Y nada más.

Nadie sabe qué hacen las Sombras con los magos que llegan a su dominio. Casi nadie regresa. Pero algunos, los muy pocos que vuelven, no parecen haber cambiado físicamente… aunque ya no son los mismos. Se vuelven callados, indiferentes, tristes. En sus ojos brilla una melancolía profunda, un dolor inexplicable. Tal vez porque olvidan todo lo que fueron. Los sabios creen que las Sombras les borran la memoria.

Desde aquellos tiempos antiguos, en Salixia se anunciaba cada año una convocatoria para voluntarios con dones mágicos que no temieran adentrarse en el Valle de las Sombras. Esa incertidumbre sobre lo que ocurría una vez dentro, de algún modo, ayudaba a las personas a aceptar decisiones difíciles. Porque ofrecerse a las Sombras —es decir, aceptar ser voluntario— no significaba necesariamente la muerte (¡algunos regresaban!), sino simplemente lo desconocido.

Siempre había quienes, por pura curiosidad, deseaban descubrir lo que se escondía en el Valle (y su afán de saber superaba el instinto de supervivencia); o quienes, atrapados en situaciones desesperadas, veían en ese camino su única salida; o los que, condenados a muerte, elegían a las Sombras como una alternativa a la ejecución. El comercio con las Sombras no era muy activo, pero sí constante, ya que el oro y el maronio siempre tenían un alto valor.

Hoy, solo un sendero lleva al Valle. Pero está fuertemente custodiado por espíritus invocados del más allá, a quienes se les prometen sacrificios humanos como pago por su servicio. Todo aquel que intenta atravesar ese camino en secreto cae en sus redes y muere.

Al pie del monte Pico de las Ilusiones comienza la senda, y allí se encuentra un pequeño puesto fronterizo donde se realizan los intercambios: las Sombras se llevan a los voluntarios, y a cambio, entregan tesoros.

Y por ese sendero, hacia el Valle de las Sombras, latía con fuerza mi corazón. Quería llegar hasta allí en secreto, encontrar a Orest, y hacer lo imposible para que estuviéramos juntos otra vez. Deseaba traerlo de vuelta a casa, no permitir que me olvidara, ni que olvidara nuestro amor. Y si eso —¡que los dioses no lo permitan!— ya había ocurrido, haría todo para que lo recordara, lo sintiera, comprendiera cuánto lo amo...

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Queridos lectores:
Muchos de ustedes han pedido la continuación de la historia de Marta y Orest, ya que su relato quedó interrumpido en una nota dramática: ¡Orest partió hacia el Valle de las Sombras!

A quienes se preocupan por nuestros protagonistas, los invito a leer la segunda parte de esta historia de amor. Su apoyo ayudará a los personajes a superar nuevos obstáculos, y a la autora (o sea, a mí 😁) me dará la inspiración para seguir escribiendo.

¡Muchísimas gracias por su apoyo y por cada comentario que dejan! ❤️

Mi canal de Telegram: https://t.me/libros_con_amor



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En el texto hay: verdadero amor, magia, aventuras

Editado: 11.05.2025

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